Cuántas veces creemos que son utopías lo que pensamos y por eso no movemos nada ni hacemos el intento, pero la vida te va enseñando que cuando realmente quieres vivirla tienes que dar los pasos necesarios para poderla hacer posible, y en eso consiste la lucha de cada persona, para poder cambiar aquello que está menos bien, y que se ha de corregir poco a poco con mucha paciencia, paz interior y serenidad.
Cuántas veces por no conocer el rumbo vamos dando tumbos y decimos cosas que ni si quiera sabemos el significado, juzgando cosas que hasta que no se viven no se puede hablar de ellas, porque solo se saben cuando las has pasado personalmente, pero es mas fácil hablar y juzgar que comprender y analizar las cosas; siempre habrá radicalismos, juicios, y jueces, que estén para mandar; lo que no se dan cuenta es que la vida igual que está hoy de blanco y rosa, mañana puede estar de otro color diferente y que es en ese momento cuando te das cuenta de lo mucho que has perdido por no ser tolerante, por querer ser el centro del universo y creerte que así se llega más alto.
Cuántas injusticias y matanzas se ahorraría el mundo si nos diésemos cuenta que con la violencia no se llega a ninguna parte, porque nadie gana nada, y sí se pierde más de lo que se merece uno, porque los seres humanos luchamos por tierras, por mares , por todo, por el egoísmo de que todo es posesión, y somos capaces de estropear el universo por ese sentido de la posesión, y sin embargo qué bello sería si en vez de derrotar a otros consiguiésemos poblar la tierra de amor, paz y armonía; de compartir en vez de quedarse con todo unos cuantos, qué bello seria si nos diésemos cuenta el daño que hacemos cuando no somos conscientes de lo que nos rodea, haciendo cosas que no son ni medio normales, porque como yo tengo lo demás qué importa; qué pena da cuando sientes que todo se pierde, que los valores ya no significan más que otras cosas que los que están en la oscuridad es lo que pretenden.
Cuánta felicidad se lleva dentro, pero de la de verdad, no de la ficticia que se ve, cuando sabes que cada día tienes esa oportunidad para hacerlo, para dar lo mejor a los que te rodean, y vas creciendo de verdad y atravesando las murallas del odio, el rencor, la envida, todo lo que obstruye, porque dentro de ti sabes que tú eres algo más que todo eso, que puedes mirar a los ojos de frente y sabes que te puedes equivocar, sí, pero que esta en ti hacer posible algo tan sencillo o tan difícil como es vivir y renacer todos los días, porque hoy estamos aquí y más no sabemos.
Cuántos golpes nos evitaríamos si tuviésemos constancia y fuésemos sinceros con nosotros mismos, y supiésemos hasta dónde podemos llegar siempre, con un rumbo, un proyecto, y un sentido, conociéndonos y mostrando no lo malo, sino lo que llevamos dentro, que es suficiente para poder hacer algo diferente, porque no hay perfecciones, pero existen sentimientos, formas y maneras, que a través del respeto, la tolerancia, el diálogo, el amor de verdad, la amistad, se puede llegar más lejos que con lo más sencillo, que es lo contrario a todo esto.
Es más fácil renegar que actuar, es más sencillo decir que todo es un asco que luchar para que deje de serlo, es más sencillo hacerme el débil y seguir la corriente que ir contracorriente, porque me toca hacer mucho mas esfuerzo, y encima pasas por loca o lunática, pero todo va enseñando que tenemos dones, que sabemos hacerlo bien, que no consiste en no sentir, en no gritar, sino en formar parte de este mundo, y cada uno en donde esté y de la mejor forma ser coherente y responsable, sin querer sólo ser valorado o llamar la atención, sino en descubrir cada día las posibilidades para poder avanzar y ser mejor cada día.
Y eso es lo que estamos haciendo: sembrando caminos para poder seguir adelante sin necesidad de tirar la toalla antes de tiempo, valorando lo que hay y está mirando con los ojos del corazón, y eso es lo que es importante.
EstheR, sé feliz.
Esther Sánchez Orantos
