CUANDO UNO DE LOS DOS QUIERE TERMINAR.
Cuando se termina una relación de forma inesperada, generalmente es porque hay enojo por ambas partes y eso ayuda a poner fin a dicha relación.
La esperanza que tiene al menos una de las dos personas es que el que decidió terminar, al día siguiente va a volver a rogarle y va a recapacitar en lo que hizo.
Este pensamiento le da la energía y aquí es cuando nace la fantasía de que esa persona lo(a) ama con locura y que no puede vivir sin su compañía.
Conforme los días pasan y la ex pareja no regresa, la auto estima empieza a bajar, la persona comienza a perder esas esperanzas y le entra temor e inseguridad.
Se siente con un gran vacío y desánimo como si le faltaran sus brazos y piernas.
Siente que ha perdido la ilusión por vivir y solo piensa en los recuerdos de los buenos momentos junto a esa persona.
El amor no correspondido puede convertirse fácilmente en una obsesión enfermiza y la persona que está sufriendo no puede enfocarse en los aspectos más importantes de su vida, como son el trabajo, la escuela ó su familia, porque el fantasma de su ex pareja le persigue donde quiera que va.
CUANDO LA DESESPERACIÓN LLEGA
Le llegan momentos de gran desesperación y piensa que ya no puede más si no va en busca de su ex, a la vez que por su mente pasan mil tonterías y fantasías que pueden conducir a eventos muy peligrosos.
En los casos menos graves, la persona se decide a buscar al otro para rogarle y prometerle que está dispuesto(a) a cambiar en todo lo que la otra persona le pida.
La persona que quiere regresar a la relación se rebaja, llora, se humilla, pierde su dignidad y le dice al otro(a) que no puede vivir sin él o sin ella.
Se ciega de tal manera que no se da cuenta que su ex conforme más ella se humille más pierde interés en la relación, menos la respetará y más pronto se irá porque ya no tiene necesidad de luchar por ella.
Por eso, aunque parezca algo muy difícil de hacer, es mejor que morder la almohada que pasar estas humillaciones en vano.
Lo que hay que hacer es esperar sin llamadas telefónicas, acosos al trabajo o ruegos pues esa sería la única posibilidad de que él o la que decidió terminar la relación regrese cuando sus ideas se aclaren.
MEDITAR SOBRE LO QUE PROVOCÓ LA RUPTURA
Lo que hay que hacer en estos casos es meditar en el motivo por el cual se terminó la relación analizando el problema, sin envolver los sentimientos y usando la inteligencia emocional.
Hay que ponerse a pensar si realmente la relación valía la pena sin idealizar a la ex pareja que no tiene interés en continuar.
Hay que tener en mente que el perseguir a esa persona lo(a) va a alejar más.
Hay que estar conscientes que todos los seres humanos tienen derecho a su libertad y a estar con las personas que quieren sin ser presionados. Esa persona que se fue no es la excepción a esta regla.
Es muy denigrante y triste mendigar amor a alguien que ya no siente lo mismo y lo expresó con sus propias palabras al terminar la relación.
El rebajarse hace indigno a la persona que fue abandonada ante los ojos del otro.
No debería ser necesario que tuviera que escuchar palabras tales como “no entiendes que ya no te amo? Como quieres que diga que ya no me interesas? Déjame en paz, te quiero pero no estoy enamorado(a)….etc.
Una de las excusas más comunes que algunos usan es “dame un tiempo para aclarar mis ideas”. Lo cual es un sinónimo de “me quiero ir porque ya no te amo”.
Ante palabras como las mencionadas anteriormente no queda otra alternativa que aceptar el adiós sin humillarse.
NO PROVOCAR LÁSTIMA
Sin embargo en la mayoría de los casos no ocurre así. Generalmente al que dejan se culpa por lo sucedido y trata de arreglar las cosas rogando, llorando y rebajándose hasta pidiendo perdón de rodillas y suplicando mientras el otro o la otra ya no sabe cómo irse y algunas veces se queda por lástima.
Es difícil pero la decisión que toma la persona que desea abandonar la relación debe ser respetada.
Nadie quiere la compasión de su ex y al suplicar en un caso como estos, el que quiere irse quizás se quede por lástima pero nunca por amor.
En síntesis hay que aceptar con dignidad que el amor se acabó y dejar las lágrimas para cuando la persona está solo(a).
Lo más sano cuando una relación termina es poner distancia entre el que se va y el que queda sufriendo.
Si trabajan juntos en el mismo lugar hay que evitar encontrarse y si es posible cambiarse a otro trabajo, pedir un traslado con la compañía y hasta moverse a otra ciudad si es posible.
BUSCAR OTRAS ALTERNATIVAS
Sobre todo hay que recordar que si vinimos solos a este mundo, la felicidad nuestra no depende de nadie más que de nosotros.
La persona a la cual se le extraña puede ser que esté en otra relación donde se siente a gusto.
El que sufre y fue abandonado(a) debe continuar con su vida aunque extrañe a su ex pareja.
Debe cambiar su estilo de vida, matricularse en cursos para aprender a actuar, a cantar, a tocar algún instrumento o aprender un segundo idioma.
Hay que valorarse a si mismo(a) y trabajar en construir el auto estima y no en destruirlo.
Se debe hacer una lista con las cosas malas de la relación que se rompió y meditar en ellas para convencerse que la ruptura era lo mejor que podía pasar.
Hay que recordar que uno de los aspectos más admirables en el ser humano es la dignidad.
Es algo que no se puede perder bajo ninguna circunstancia.
Rogar y suplicarle a alguien que ya no quiere estar en la relación es perder esa dignidad tan, pero tan valiosa.
By Sonia B.F. Arias
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