CÓMO LIBERARNOS DEL VIRUS DE LA CULPA
¿Cometiste un error y te sientes culpable?
Nos ocurre a todos, pero conviene reflexionar al respecto
y tener en cuenta algo: en aquel momento,
cuando actuaste, no te pareció un error.
Tus programas mentales, tu sentir de ese momento,
tus miedos y deseos, te llevaron a elegir desde tu interpretación de ese instante.
No encontraste nada mejor que hacer; la prueba es que no lo hiciste.
Puede que fuera el miedo el que te impulsó a actuar,
o la falta de información, o el desconocimiento, o la inexperiencia,
porque el error siempre es producto de la inconsciencia.
Si no veías, es decir, si no eras consciente, ni siquiera tenías la libertad de elegir.
LAS ACUSACIONES
"Debiste haber pensado más en ello", "Tenías que haber calculado las consecuencias". "No miraste el asunto desde otros puntos de vista"... La culpa dice que, cuando no eras consciente, bebiste haberlo sido.
Por eso te hace sentir que eres incorrecto o erróneo, que eres malo.
Pero aunque alguien te agarre de las solapas y te diga
"Hazte consciente" mientras te zarandea, no lo logrará.
La consciencia surge desde tu •darte cuenta•,
que es un gesto de apertura mental de índole personal y profunda trascendencia.
No sabemos por qué ni cuándo ocurre. Cuando lo ves lo ves.
LA PROYECCIÓN DE LA CULPA
Cuando algo nos duele, nuestro ego automáticamente proyecta su causa afuera, culpando a las personas que están más cerca de ese dolor.
Pero está fuera de lo razonable exigir consciencia de algo a alguien, igual que un niño no le pedimos que sepa andar antes de tiempo, ni le consideramos malo por caerse una y otra vez.
Asumimos que el error es parte del proceso de aprendizaje,
y percibimos el éxito potencial más allá del error presente.
Imagina que te encuentras realizando un trabajo casero,
como tender una colada. No te gusta,
y de repente algo en tu mente no te hace sentir muy bien.
Sientes que tú no deberías estar haciendo esto.
Es una leve irritación o, mejor dicho,
una resistencia a lo que estás haciendo.
Percibes que sufres, aunque sea muy levemente.
Y crees que si hay sufrimiento, hay error.
Inmediatamente y sin darte cuenta, buscas al culpable.
En tu mente nace una idea:
"Este trabajo debería estar haciéndolo mi marido,
él nunca hace nada en casa". Ya está.
No sólo sufres por el hecho de resistirte a hacer el trabajo,
sino que además te sientes atacada.
Este nuevo pensamiento justifica el que empieces a elaborar tu propio ataque hacia tu marido.
¡Necesitas defenderte, hacer algo con tu sufrimiento!
En poco tiempo te encuentras odiándole.
La guerra está servida.
La culpa da sentido al ataque
Estos ataques mentales,
convenientemente repetidos y con una constante inversión emocional, producen todos los conflictos, todas las luchas,
todas las guerras que la humanidad vive.
De los ataques mentales surgen los mal tratos emocionales y,
como consecuencia, los maltratos físicos.
Después, solo falta esperar la cadena de venganza.
Siguiendo con el ejemplo de la colada,
la persona que repentinamente experimenta resistencia
al trabajo que está realizando ha perdido la presencia,
la aceptación de su circunstancia presente.
Esa resistencia psicológica al momento,
estrictamente interna, es la causa verdadera e inatendida del sufrimiento.
Porque todo el sufrimiento que experimentas procede del interior de tu mente.
El perdón es la única forma de sanar la culpa,
y comienza por darnos cuenta de que, realmente,
la misma idea de la culpa es una locura.
A partir de ahí,
el trabajo pasa por hacernos conscientes de nuestro dolor inconsciente según surge,
y resolverlo responsablemente con herramientas liberadoras,
en lugar de dejarnos llevar por el programa estándar
de culpabilización y ataque que nos sume en el victimismo.
Ni tú ni nadie es malo o inadecuado. ¡Somos vida pura!
Sin embargo, todos hacemos la guerra al crear sufrimiento en nuestro entorno, porque constantemente nos estamos proyectando unos a otros la idea " eres malo" mediante el mecanismo de la culpa.
¿Como vamos a llegar a experimentar lo que realmente somos
si seguimos sometidos a semejante programa?
El perdón es el proceso interno y personal que sitúa toda tu atención en lo importante:
deshacer la culpa para encontrar la verdadera paz interna y la liberación de tu mente.
Supone un proceso de ampliación de la conciencia que te permite
mirar los modos en los que la culpa opera en ti,
para así poder ver que, en realidad, la culpa nunca ha existido.
Al desaparecer ese virus de tu mente,
comprenderás y sentirás qué es lo que tú y cada ser humano es realmente.
(
http://alsoldepacoalonso.blogspot.com.ar/)