LA INTELIGENCIA ESPIRITUAL Y LA SALUD PSICOLÓGICA
La inteligencia espiritual puede ser asociada generalmente con la salud psicológica, aunque algunas formas de espiritualidad pueden ser disfuncionales o patogénicas (Deikman, 1990). Cuando las creencias espirituales producen negación y proyección y contribuyen a crear miedo y conflicto, pueden ser destructivas y seriamente problemáticas. Por ejemplo, cuando el líder de un culto ejerce control sobre la gente a través de la manipulación del miedo y la culpa, la comunidad puede exhibir las características de una familia disfuncional. Puede tomarle varios años a algunas personas recuperarse de haber hecho un compromiso espiritual sin discernimiento.
La religión convencional usualmente provee a una persona con un sentido de seguridad y pertenencia, sirviendo de soporte social a sus miembros. Entre aquellos que fueron desilusionados por la religión convencional, la espiritualidad está más probablemente dirigida hacia el interior. Una persona puede seguir perteneciendo a un grupo, pero con el desarrollo de la inteligencia espiritual el círculo de identificación empática se expande a toda la gente y toma en cuenta el bienestar de la mayoría. Cuando reconocemos nuestra interconexión e interdependencia, se vuelve posible ver el mundo desde múltiples perspectivas.
Desarrollar la inteligencia espiritual incluye y trasciende al crecimiento personal, extendiéndose hacia los confines del desarrollo psicológico saludable. Comienza con el cultivo de la autenticidad y la consciencia de uno mismo, y se desarrolla con la práctica hacia una preocupación por todos los seres. Algunas características personales que pueden ser relacionadas a la inteligencia espiritual son las virtudes tradicionales de veracidad, humildad y caridad, que también pueden ser descriptas como autenticidad, respeto por las diferencias y disposición a ofrecer servicio a otros. Una inteligencia espiritual bien desarrollada puede también ser asociada con la ausencia de defensividad y hostilidad, así como una inclinación hacia la amabilidad y generosidad. Por supuesto, estas características también se pueden encontrar en personas psicológicamente sanas que no se consideran a sí mismos particularmente espirituales. En otras palabras, estas pueden considerarse condiciones necesarias pero insuficientes para la inteligencia espiritual.
BÚSQUEDA ESPIRITUAL
A continuación hay algunos ejemplos de cómo se puede discernir la inteligencia espiritual en conexión con diferentes áreas de búsqueda.
BÚSQUEDA CIENTÍFICA
La investigación en espiritualidad se está desarrollando actualmente en una variedad de campos incluyendo medicina, psicología y tanatología. Aplicar la inteligencia espiritual a todas las áreas de búsqueda significa reexaminar creencias y asunciones acerca de la realidad, y profundizar nuestra búsqueda para incluir perspectiva tanto subjetivas como objetivas. Así como la información es necesaria pero no suficiente para el conocimiento científico, el conocimiento es necesario pero no suficiente para la sabiduría.
Decisiones espirituales
El amplio espectro de enseñanzas espirituales que está hoy en día disponible en cualquier librería confronta con muchas alternativas a cualquiera que busca guía espiritual. Cuando el mercado está inundado de información de calidad variable, cada persona debe discernir entre la información relevante y valiosa de aquella que es seductivamente atrapante (Anthony et aI., 1987). La inteligencia espiritual le permitiría a una persona reconocer qué realmente importa (Schwartz, 1995).
Relaciones
Aparte de profundizar las relaciones afectivas primarias, la inteligencia espiritual contribuye a sanar relaciones en familias y entre amigos y colegas, y ayuda a la gente a apreciar sus maestros y mentores. Mediante la integración del corazón y la mente, la inteligencia espiritual puede ayudar a la gente a reconocer el poder de la compasión y mejorar su capacidad de dar y recibir amor. En las relaciones íntimas, la inteligencia espiritual nos ayuda a aprender de nuestros errores y a tomar decisiones sabias.
EDUCACIÓN Y FAMILIA
Las experiencias de espiritualidad en la infancia temprana pueden tener un efecto duradero (Hoffman, 1992). Un niño aprende los elementos básicos de la inteligencia espiritual mientras explora el mundo interno de la imaginación. Por ejemplo, la comprensión del significado de símbolos puede ayudar tanto a adultos como a niños a apreciar metáforas e historias.
SOLEDAD
El descubrimiento del valor de períodos de silencio y soledad parece esencial al trabajo de búsqueda espiritual. Períodos de soledad, ya sea en la naturaleza o en retiro, pueden usualmente ayudar a una persona a entrar en términos con las realidades existenciales de soledad, libertad y muerte.
Variedades de experiencia espiritual
Cualquier discusión acerca de la inteligencia espiritual estaría incompleta sin reconocer el amplio rango de experiencias espirituales. Aquellas experiencias pueden significar introspecciones significantes, aunque las interpretaciones se ven inevitablemente formadas por las creencias, y una integración satisfactoria dependa tanto de factores cognitivos como emocionales.
AUTO-CONCEPTO
La investigación de las creencias personales acerca de quién y qué pensamos que somos es una parte importante de la búsqueda espiritual. Las enseñanzas del sabio Hindú Ramana Maharshi se centran en una sola cuestión, “¿Quién soy?”. La meditación sostenida sobre esta pregunta tiene como objetivo brindar a la juventud un estado de auto-realización y una paz y felicidad permanentes. Muchas enseñanzas espirituales alientan a una persona a des-identificarse con el ego, reconociendo que las demandas auto-centradas del ego nunca satisfacen al alma. Uno puede también des-identificarse de los pensamientos, sentimientos y sensaciones y simplemente atestiguar cualquier cosa que aparezca en la percepción. Las enseñanzas budistas señalan que cualquier auto-concepto puede ser deconstruído.
LA CAMINO ESPIRITUAL
Una persona en un camino espiritual puede identificarse con ser un alma en una búsqueda de sentido más que con un ego en búsqueda del poder personal. El alma es usualmente identificada como la más profunda y esencial parte de uno mismo (Vaughan, 1995). El camino puede centrarse en la búsqueda de la verdad o la iluminación, o en la realización de nuestra naturaleza pura. Algunas personas eligen hacer un compromiso de devoción hacia un maestro o un camino en particular que promete llegar al objetivo, pero otros prefieren seguir un camino más solitario de individualización.
En una época, el camino espiritual requería presumiblemente la renunciación a las preocupaciones seculares. Hoy en día, es más comúnmente tomado como un esfuerzo por balancear e integrar las fuerzas psíquicas que existen adentro nuestro (Moody, 1997). Aunque el camino es una parte integral de la profundización de la percepción y el cultivo de la inteligencia espiritual, uno puede perderse fácilmente en la búsqueda, siempre queriendo encontrar el próximo maestro o método que prometa la liberación. Hay un momento para buscar, un momento para practicar y uno para dejarse ir y dejarse ser, simplemente profundizando el silencio. Algunas veces una forma de práctica puede ser más tentadora que otra. La inteligencia espiritual puede ayudar a una persona a discernir cuál es el más apropiado en un momento dado.
Cuando la búsqueda está completa en un sentido de iluminación que brinda introspección hacia el sentido de la vida y surge un estado de contento, el cambio puede ser temporario o puede tener un duradero y transformativo efecto (Moody, 1997). El contento no debe ser confundido con la complacencia o el abandono. Un alma que resiste en el contento puede ver cualquier cosa en la vida como una oportunidad para aprendr.
En el sufismo, el ser contento acepta tanto la alegría como el sufrimiento sin quejas (Fadiman & Frager, 1997). El ser contento es atraído hacia la práctica de contemplación. En palabras de la mística cristiana Santa Teresa de Ávila, “Ustedes pueden pensar... que el alma (en el estado de Unión) debe estar tan absorbida que no se puede ocupar de nada. Ustedes se decepcionan a sí mismos. Ella se dirige con mayor facilidad y ardor que antes a todo lo que pertenezca al servicio a Dios, y cuando aquellas ocupaciones la dejen libre nuevamente, ella continúa en el disfrute de ese compañerismo.” (citado en Fontana, 1999, p. 5).
Cuando el alma está descansando en la paz que pasa a la comprensión, todo es percibido como gracia y el corazón rebalsa de gratitud y reverencia hacia la vida. La mente que es intencionalmente entrenada en la práctica espiritual está fuertemente conectada al corazón y abierta al mundo.
Según el Budismo Tibetano, cuando la mente está calma, el sentido de libertad y bienestar que aparece no depende de las circunstancias externas. Cuando la sabiduría de la mente ha sido descubierta en la persona espiritualmente despierta, la compasión sin fronteras hacia todos los seres surge espontáneamente (Wallace, 1999).
Pueden encontrarse prácticas que nutren la inteligencia espiritual todas las tradiciones de sabiduría y en todas las andanzas de la vida. Algunos individuos cuyas vidas han inspirado a otros a emprender la búsqueda son famosos, como el Dalai Lama, la Madre Teresa, o Thomas Merton. Muchos otros son discretos y prefieren permanecer en el anonimato. Tres de mis maestros, un Cristiano, un Budista, y un chamán, brillaban de publicidad y reconocimiento público. Ellos han tocado muchas vidas, simplemente demostrando inteligencia espiritual por ser quienes son. La inteligencia espiritual nos ayuda a apreciar el valor de los diferentes maestros en diferentes estadios del camino.
INTEGRAR LA INTELIGENCIA ESPIRITUAL
Una variedad de visiones integrales parece estar emergiendo de la desintegración caótica del postmodernismo. Estas visiones integrales —como la de Ken Wilber (1998) trabajan en la integración de la ciencia y la religión; las teorías humanísticas y transpersonales integrando los aspectos físicos, emocionales, mentales y espirituales del bienestar; prácticas integrales ínter-culturales; y el trabajo común de integrar la vida interna de la mente y el espíritu con la acción en el mundo —todas apuntan a una nueva apreciación de la integración como la clave de la sanación y la completitud.
Una visión integral de la inteligencia espiritual subsume las inteligencias múltiples y mira hacia la inteligencia espiritual en el contexto de la vida entera de una persona. No es suficiente para una persona reclamar sabiduría espiritual si esta no es expresada en el mundo a través de la sabiduría, la compasión y la acción.
Integrar la inteligencia espiritual significa vivir en acuerdo con nuestras creencias centrales. Esta integración refuerza el sentido de propósito, a diferencia de la fragmentación que lleva a la alienación y la desesperación.
He visto a mucha gente despertar a un sentido de gratitud y propósito significante cuando realizan el trabajo interno realizado para desarrollar la inteligencia espiritual.
Muchas preguntas continúan por ser exploradas. ¿Qué podemos esperar del desarrollo de la inteligencia espiritual? ¿Cuáles son los costos y beneficios asociados con la libertad espiritual? ¿Qué indicadores de madurez espiritual pueden servirnos como guías en el camino? En la historia de la continua evolución humana, la búsqueda espiritual refleja el camino perenne por la sabiduría que le brinda un sentido a la vida.
Integrar la inteligencia espiritual nos ayuda a profundizar el camino y expandir nuestra visión de las posibilidades.
Frances Vaughan
Vìa:http://www.zonatranspersonal.com.ar/