La reflexión que vas a leer a continuación no es solamente un conjunto de palabras correctamente ordenado, sino la esencia de una meditación o de una experiencia.
Si la aprendes de memoria, estará bien, pero solamente surte su efecto si la lees con el corazón, y si la dejas que se repita dentro de ti para que la comprendas y la integres.
Déjala que peregrine dentro de ti, que se expanda, que te llene, que te hable más allá de lo condensado…
FIJÉMONOS EN LA MAYORÍA DE LAS COSAS QUE NOS PROPORCIONAN ALEGRÍA O PENA DURANTE EL DÍA Y VEREMOS QUE, EN EFECTO, CASI SIEMPRE NUESTRAS ALEGRÍAS Y NUESTRAS PENAS DEPENDEN DE LO QUE NOS DICEN O DE LAS COSAS QUE NOSOTROS PENSAMOS QUE OCURREN.