La reflexión que vas a leer a continuación no es solamente un conjunto de palabras correctamente ordenado, sino la esencia de una meditación o de una experiencia.
Si la aprendes de memoria, estará bien, pero solamente surte su efecto si la lees con el corazón, y si la dejas que se repita dentro de ti para que la comprendas y la integres.
Déjala que peregrine dentro de ti, que se expanda, que te llene, que te hable más allá de lo condensado…
EL GRAN ENEMIGO QUE TENEMOS QUE VENCER PARA PODER PEDIR QUE SE NOS PERDONE ES LA SOBERBIA, Y POR EL MIEDO A LAS REACCIONES QUE CREEMOS QUE LA OTRA PERSONA PUEDA TENER.