¿ERES UNA PERSONA HIPOCONDRÍACA?
La hipocondría es un trastorno psicológico cuya característica principal es la creencia obsesiva de estar padeciendo algún tipo de enfermedad grave, sin que exista ninguna base real, como pruebas diagnósticas o síntomas fiables.
Y tú... ¿eres una persona hipocondríaca?
Antes de ser diagnosticado este problema, es aconsejable acudir a un especialista para que determine mediante pruebas y exploración los síntomas del paciente. Tendremos que descartar cualquier posible enfermedad real. Muy lejos de ser creíble, a menudo la hipocondría viene acompañada por una serie de obsesiones sobre la enfermedad en cuestión que nos harán sospechar enseguida que se trata de un problema psicológico y no físico.
La insistencia de la persona, la cantidad de sintomatología, la preparación sobre el tema, a veces saben más que el propio médico delatan una personalidad ansiosa y obsesiva plagada de creencias irracionales sin sentido que envuelven a la persona en una enfermedad gravísima y sin solución.
Síntomas comunes
Los enfermos con esta patología suelen presentar síntomas muy diversos, algunos se centran en una patología concreta como el cáncer y, a partir de ahí, desarrollan toda una sintomatología, pero otros solo presentan síntomas más leves y comunes que no son el signo de una muerte inminente, pero que les incapacita para desarrollar su vida normal, algunas de estas dolencias son:
Problemas estomacales, dolor abdominal, úlceras, gases, diarreas, ardor, etc.(Muy comunes también en las personalidades ansiosas).
Dificultades en la vista, vista borrosa o doble. Sensaciones de mareo típicas también de problemas de ansiedad.
Dolores agudos en diversas partes del cuerpo. Somatizaciones, dolores inexistentes que el paciente vive como reales debido a su obsesión y focalización en el tema.
Molestias cardiacas como presión en el tórax o palpitaciones elevadas.
Problemas de memoria y concentración. Si te obsesionas con un tema es imposible centrarte en otro.
Miedo a la enfermedad y a la muerte
Como vemos, todos estos síntomas son comunes en todos los trastornos de ansiedad, no cabe duda que la hipocondría es un trastorno ansioso y, por ello, muchos de sus síntomas son los mismos que padecería un ansioso, aunque el hipocondríaco lo deriva hacia el campo médico y se preocupa por estar enfermo y no es consciente del poder que él mismo tiene para controlar el dolor. Cosa que si tienen las personas ansiosas, que conocen su sintomatología y que aprenden a controlarla, no lo viven como enfermedad sino como característica de personalidad.
La hipocondría se va a caracterizar principalmente por una preocupación excesiva por las enfermedades que se conocen, se leen o se ven en medios de comunicación. La persona cree tener todos los síntomas de cualquier enfermedad que oye. Suelen acudir al médico muy a menudo y se convierten en un verdadero sufrimiento para los doctores que no saben que diagnosticar ni qué hacer para derivarlos a salud mental.
Normalmente se da en personas que padecen un excesivo miedo a la muerte y a estar enfermos, en vez de prevenir el contagio de posibles enfermedades conflictivas, sufren por si las pueden contraer y se produce el efecto contrario: cambiar la tranquilidad que genera la sensación de control por el desasosiego de no poder controlar el contagio.
Exageración y tremendismo
La interpretación que hacen de cualquier síntoma físico está distorsionada, ya que conlleva mucha exageración, tremendismo y catastrofismo, distorsiones muy características en las personas ansiosas, pero que en los hipocondríacos se vuelve insoportable ante la inminencia de la muerte o la enfermedad grave.
Sufren su enfermedad sin tenerla y su malestar no disminuye a pesar de realizarse las pruebas oportunas, ya que no confían en los médicos puesto que no comparten su criterio. Los tacharan de malos profesionales e incompetentes y buscaran en unos y otros la prueba que les certifique su enfermedad, su vida se convierte en un peregrinar por médicos y hospitales sin ningún resultado.
Es muy probable que estas personas hayan estado sobreprotegidos desde la infancia y no se encuentren preparados para enfrentarse a unos síntomas leves, tienen una baja tolerancia al sufrimiento y el miedo a pasarlo mal les hace generar este tipo de trastorno.
También suele aparecer este problema tras la muerte de alguien cercano o tras la superación de una enfermedad grave en la propia persona. Después se genera un miedo a volver a contraerla y se asocia negativamente cualquier síntoma similar. Es muy típico que sientan los mismos síntomas del familiar fallecido con lo cuál a ellos les ocurrirá lo mismo.
Se trata de sustituir el pensamiento negativo por otro más placentero que me ayude a estar relajado
Pautas a seguir para controlar las situaciones
Todo este problema se reduce a una sintomatología ansiosa que remitirá cuando el sujeto sea consciente del por qué de sus síntomas, con una explicación clara de lo que es la ansiedad y de los síntomas que ocasiona, el miedo desaparece cuando la persona tiene la sensación de control. Para controlar todos estos síntomas físicos será necesario seguir unas pautas muy concretas:
En primer lugar, aprender a identificar todos los síntomas y a entenderlos como lo que son, síntomas de ansiedad que aparecen por picos y que desaparecen cuando nos tranquilizamos.
En segundo lugar la tranquilidad y la relajación física serán buenos aliados para controlar el malestar, técnicas de relajación, respiraciones largas y profundas, baños relajantes, música suave, tensión y distensión de la musculatura, etc. Cada persona se relaja de una manera, busca la forma que mejor te vaya y ponla en práctica todas las veces que puedas durante el día. No acumules tensión un día tras otro, la ansiedad irá en aumento y los síntomas también.
En tercer lugar, existe un componente a nivel de pensamiento que será el más complicado de controlar. La persona que sufre este problema ha generado una serie de expectativas erróneas respecto a la enfermedad que tendrá que aprender a controlar, lleva tanto tiempo pensando en lo peor que le costará mucho trabajo pensar en positivo o quitar importancia al síntoma que lleva martirizándole durante meses.
http://mujer.terra.es/muj/articulo/html/mu28441.htm