El desarrollo de un alma al abrirse temporalmente paso en perecibles cuerpos físicos por una sucesión de vidas humanas, es el resultado de todo aquello positivo que logre realizar y de la forma en que cada misión asignada a cada vida es cumplida. Lo negativo es una vibración densa que no tiene sentido ni cabida en el sutil nivel de las almas. Esto nos explica el por qué jamás hay un eterno castigo, ni jamás hay un retroceso en la individual evolución. En casos calificados como sucede con los traficantes envenenadores con drogas de las juveniles mentes que ellos dejan bloqueadas, los corruptores de menores, los que abusaron del poder temporal humano, los que mucho tuvieron y nada compartieron, los criminales y los suicidas, hay en ellos un variable período dormido antes de su alma volver a despertar y pedir nuevamente encarnar, diríamos que hubo una detención prolongada o no, con repetición de curso, pero no un retroceso. En el nuevo curso el alma, analizada la ley de causa y efecto, solicita sacrificarse voluntariamente con el fin de ajustar el daño causado, y toma un cuerpo que la hace perder la posibilidad de aprender, o que, con dolor, esfuerzo y sacrificio la faculta a realizar las leyes del perdón, la humildad, la tolerancia y la expiación, en una dura vida...
Los ciclos de nacimiento-muerte, muerte-nacimiento son una constante espiral en ascenso. Ascenso desde un primitivo, elemental y básico punto alfa humano hasta un excelso vértice o punto omega humano, que permite el salto cuántico a la cuarta dimensión suprahumana dar, para un nuevo ciclo de vidas más evolucionadas comenzar. Todo aquel que sólo se identifica con su cuerpo mortal, teme a la muerte, sufre por ello y frena su evolución por apego a la vida mundana. Quien sólo tuviera regaladas vidas jamás querría dejar la mundana dimensión. Todo aquel que proyecta su mente a la eternidad y la armonía universal tan sabiamente regida por la Inteligencia Pura emanada de Dios, vive más tranquilo, se proyecta sin límites hacia el futuro radiante y acelera su evolución, pues allá desea estar y allá estará.
Con sorpresa algunos connotados investigadores o científicos, comprueban que lo logrado con la nueva ciencia, como la física cuántica, les hace interpretar mejor y comprender al fin a la velada sabiduría milenaria antigua, como tantos lo están ahora haciendo. Entienden ellos además la realidad de la mente como parte del alma, del alma como parte del espíritu y del espíritu como parte de Dios.
Antes de nacer, el niño ya ha vivido y la muerte no termina nada.
La vida es un devenir y pasa semejante al día solar
que constantemente vuelve a empezar.
Enseñanza egipcia de hace 5.000 años.
Lo que ha sido bueno pasa a ser mejor,
y sigue hasta el bien; lo máximo.
Buda.
Max Heindel (1865 - 1919) en su extensa obra "Concepto Rosacruz del Cosmos" nos dice:
Cada Ley de la Naturaleza debe estar necesariamente en armonía con todas las demás leyes suyas. Indicaremos tres teorías:
1. La Teoría Materialista sostiene que la vida es un viaje de la cuna a la tumba; que la mente es el resultado de ciertas correlaciones de la materia; que el hombre es la más elevada vida inteligente del Cosmos; y que su inteligencia perece cuando el cuerpo se desintegra después de la muerte.
2. La Teoría Teológica afirma que a cada nacimiento o concepción un alma recién creada por las manos de Dios entra en la arena de la vida, pasando de un estado invisible, a través del nacimiento, a una existencia visible; que al fin del corto período de la vida en el mundo material pasa, a través de las puertas de la muerte, al invisible más allá, de donde no vuelve más; que su felicidad o desdicha quedará determinada por toda la eternidad por las obras que haya hecho durante el infinitesimal período comprendido entre el nacimiento y la muerte.
3. La Teoría del Renacimiento o reencarnación enseña que cada alma es una parte integrante de Dios, y que está desarrollando todas las posibilidades divinas, así como la semilla desarrolla una planta; que por medio de existencias repetidas en un cuerpo terrestre, que va mejorando la calidad gradualmente, esas posibilidades latentes se van desarrollando en poderes dinámicos; que nadie se pierde por este proceso, pues toda la humanidad alcanzará la meta de la perfección y la reunión con Dios.
Varios personajes famosos, pensadores de la humanidad, se han referido en diferentes épocas a la reencarnación, concepto que no rechazaron y sin temor han afirmado:
Cada individuo es exactamente lo que él se ha ganado el derecho de ser, y lo rodea aquella felicidad cuyos derechos ha adquirido en el pasado. Se enfrenta en la actualidad con las deudas contraídas en la anterior vida y que hoy le salen al encuentro. La infelicidad es el resultado del sufrimiento infligido a otros en la vida anterior y que antes de nacer aceptó reparar. El hombre es el resultado de su pasado y será el fruto de su presente. Si quieres conocer el pasado, mira tu vida presente. Si quieres conocer el futuro, mira tu vida presente.
Buda.
Necesitamos muchas vidas, revestirnos de múltiples cuerpos, nacer y morir y volver a nacer muchas veces para llegar al fin último de la perfección que es el que los dioses nos reservan. Esta ley de vidas sucesivas da la adecuada explicación a todas las desiguales manifestaciones de nuestra existencia.
Pitágoras.
Decir que no tenemos más que una sola vida aquí, habiendo semejantes posibilidades puestas delante de nosotros que no es posible desarrollar, es interpretar al Universo y a la vida como una enorme y cruel broma.
William Q. Judge.
El alma del hombre es como el agua. Viene del cielo, se eleva hacia el cielo y vuelve después a la tierra, en un eterno ciclo. Estoy seguro de que he estado aquí, tal como estoy ahora, mil veces antes, y espero regresar otras mil veces más.
Goethe.
La duración de la vida sobre la Tierra es un factor personal, y sucede lo mismo con la duración del tiempo que pasa antes de volver de nuevo a la Tierra, que es también un factor personal, dependiente de un gran número de circunstancias.
Papus (Dr. Gérad Encausse).
Así, a la luz de la reencarnación, podemos representar a la humanidad como ascendiendo por una inmensa escala, cuya parte inferior emerge del oscuro principio de todas las cosas y cuyo término va a perderse en la Gloria de Dios. No conocemos la longitud de la escala, pero eso no tiene importancia. Lo que importa es comprender que en la hora presente estamos en uno de los peldaños, y que nuestro lugar en la procesión señala exactamente el grado de nuestro desarrollo.
Irving S. Cooper.
Podía imaginarme perfectamente que tal vez había vivido en siglos anteriores y me había hecho preguntas que todavía no era capaz de responder; que tenía que volver a nacer porque no había cumplido la tarea que se me había asignado.
Carl Jung.
Donde estamos los siglos son como segundos, y después de vivir mil vidas, nuestros ojos empiezan a abrirse.
Eugene O Neill.
La idea de la reencarnación explica de forma muy reconfortante la realidad, permitiendo con ello que el pensamiento hindú venza aquellas dificultades que dejan paralizados a los pensadores europeos. De joven fui un estúpido. Aprendí alemán, francés, latín, griego y hebreo, pero nada de inglés. En mi próxima encarnación el inglés será mi primer idioma.
Dr. Albert Schweitzer.
Nuestra vida futura será la que nosotros mismos hayamos hecho. La reencarnación o continuidad de la existencia no es una vana teoría, sino una sólida realidad. No es ésta la primera vez que estamos en el mundo; de ser así la muerte nos suprimiría para siempre. Aquello que empieza en el tiempo debe finalizar en el tiempo. Si un determinado suceso no debiera producirse más que una sola vez en el tiempo y en el espacio, todas las cosas posibles habrían sucedido ya hace mucho tiempo, porque es la eternidad lo que ha transcurrido detrás de nosotros.
El anterior Dalai Lama.
¡Yace mi niño en la tumba y no estoy a su lado! Oye de nuevo la amada voz del difunto en boca del bebé que ahora tiene en sus brazos: "Soy yo, ¡pero no lo digas!", susurra mirándola a los ojos.
Víctor Hugo.
Creo que cuando alguien muere su alma regresa a la tierra. Con miembros más robustos y un cerebro más brillante la vieja alma emprende de nuevo su camino.
John Masefield.
Nada muere; los hombres fingen estar muertos y tienen que aguardar la parodia de sus funerales y afligidas necrologías, y ahí están, de pie, mirando por la ventana, sanos y salvos, con un nuevo y extraño disfraz.
Emerson.
Aunque puede que no sea un rey en mi vida futura, mucho mejor para mí: Seguiré llevando una vida activa y además no sufriré tanta ingratitud.
Federico el Grande.
Mi doctrina es: Vive de tal modo que llegues a desear vivir otra vez, ése es tu deber, ¡porque revivirás de todas maneras!.
Nietsche.
Sé que soy inmortal. No hay duda de que muchas veces he muerto en el pasado. Me río de lo que llamáis extinción y conozco la amplitud del tiempo.
Walt Whittman.
Qué interesante sería conocer la historia de las experiencias en esta vida de un hombre que se suicidó en su vida anterior; cómo tropieza ahora con las mismas exigencias que se le habían presentado anteriormente, hasta que llega a comprender que debe satisfacerlas. Los hechos de una vida previa encauzan la vida presente.
Tolstói.
Tú que eres joven y te crees olvidado de los dioses, sabe que si te vuelves peor te reunirás con las almas inferiores, y que si te haces mejor te reunirás con las superiores, y que en la sucesión de vidas y muertes te tocará padecer lo que te corresponde a manos de tus iguales. Esta es la justicia del cielo.
Platón.
Como creo en la teoría del renacimiento, vivo con la esperanza de que, si no en esta vida, en alguna otra podré abrazar con amor a toda la humanidad.
Mohandas Gandhi.
Léeme, oh lector, si en mi encuentras deleite, porque raras veces regresaré de nuevo a este mundo.
Leonardo Da Vinci.
No es más sorprendente haber nacido dos veces que una sola; en la naturaleza todo es resurrección.
Voltaire.
Estoy convencido de que, en una forma u otra, existiré siempre; y a pesar de todos los inconvenientes que conlleva la vida humana, no pondré reparos a una nueva edición de la mía, esperando, sin embargo, que los errores de la última puedan ser corregidos.
Benjamín Franklin.
El hombre muere y renace hombre, puede revivir más de una vez en esta Tierra y haber dado una vuelta en la vida reiterada, lo que trae consigo castigos y recompensas temporales, y otra vuelta, que justifica esperanzas de recompensas eternas. El alma debe volver con frecuencia para adquirir nuevos conocimientos y capacidad; pero puede también llevar consigo tantas adquisiciones, que no convenga que vuelva al mundo. El hombre se olvida, en verdad, de haber estado antes en este mundo. Pero esto es saludable, porque el recuerdo de la vida anterior no había de traer más que desgraciados modos de obrar. Por lo demás, no ocurre al alma olvidar para siempre, puesto que le basta olvidar temporalmente.
Lessing.
Después de la muerte todos nuestros pensamientos y representaciones mentales aparecen como un grandioso panorama delante del alma. La vida entre la muerte y el nuevo nacimiento es tan rica y variada como la vida entre el nacimiento y la muerte.
Rudolf Steiner.
La Reencarnación no está condenada por la Iglesia y de ninguna manera su creencia entra en conflicto con ninguno de los dogmas católicos.
Arzobispo Passarelli (1820 - 1897)