En cierta ocasión, el Maestro puso en evidencia a sus discípulos sirviéndose de la siguiente estratagema:
Entregó a cada uno una hoja de papel y les pidió que hicieran constar en ella la longitud exacta de la sala en la que se encontraban.
Casi todos ellos escribieron cifras en torno a los cinco metros. Dos o tres de ellos añadieron además la palabra “aproximadamente”.
El Maestro les dijo: “Ninguno ha dado la respuesta correcta”.
“¿Y cuál es la respuesta correcta?”
“La respuesta correcta”, dijo el Maestro, es: "no lo sé”.