Cuando Omar supo que el Dr. Zen se presentaba como entendido en la Biblia, le preguntó cuántas veces la había leído.
“Nunca he leído la Biblia. No necesito leerla. Si se comprende un solo verso de la Biblia, se ha comprendido entera”, contestó.
Un curioso preguntó: “¿Qué verso es ese?”
El Dr. Zen contestó: “Jesús lloró”.