Una persona, a quien le agradezco su sinceridad, me ha hecho ver que a esta web le falta corazón.
Otra persona, con una oración personal, me hizo aceptar de golpe que todo es más sencillo que como lo hacemos, y todo debiera ser más simple.
ORACIÓN A MÍ MISMA
Que pueda encontrar la quietud y el silencio.
Que logre acomodar todo el barullo de mis pensamientos.
Que pueda liberarme aunque sea por un momento de
la necesidad de entenderlo todo.
Que observe y me sorprenda de la sencillez de las plantas
y de los árboles que crecen y se renuevan en silencio.
Que esté atenta al acallar del canto de las aves cuando
emprenden el vuelo, hacia la suave caricia de la libertad.
Que aprenda y me prenda de la gracia...
de estar consciente de mi espacio y mi presencia;
en el aquí y el ahora.
A M É N.
Cuando puse en marcha esta web sólo me movía el deseo de hacer llegar, a quien le pudiera ser útil, toda la información de la que dispusiera, relacionada con la mejora de la vida, la comprensión de algunas cosas y situaciones, y el Crecimiento Personal.
A mí me ha servido, para “crecer”, este modo de acumulación de información, y de comprensión intelectual de las cosas. Soy así. “He sido así”, debería escribir para que fuera más cierto.
¿Conocen ese dicho de “el dinero no da la felicidad”? Casi siempre son los ricos, que ya lo tienen y no les va a faltar, los que lo dicen.
Algunos no tan ricos en lo económico, y sí en lo espiritual, también se dan cuenta de eso mismo y también usan, con más derecho, el citado dicho.
Pero todos reconocemos que se necesita algo de dinero para estar en este mundo, y también se necesita algo de conocimiento antes de llegar a la decisión de que no son necesarios muchos conocimientos.
En esta web hay mucha información. Y poco corazón.
Cuando escribo un artículo o añado una información que me parece interesante, no sé a quién va dirigido. No sé quién va a leerlo. No le conozco. Ni sé lo que está buscando en este su momento. Ni sé si a quien va a leerlo le parecerá pobre la información, o ininteligible, o desearía no sólo teoría sino soluciones personalizadas, o no se quiere ver reflejado en lo que parece escrito expresamente para él o para ella.
Así que es un riesgo que seguiré asumiendo y dejaré que sea el lector quien decida por sí mismo –que es lo que debe hacer-, y dejaré que cada uno escoja el Camino que le parezca conveniente aunque yo haya llegado a la decisión de que sobran conocimientos, y faltan silencio y atención a Uno Mismo.
El Camino del intelecto lo hace el cerebro y el Camino del sentimiento y la vida más plena lo hace el corazón. Cada uno decide a quién quiere alimentar.
A esta web le falta, también -pero esto ya no depende de mí-, la colaboración y las vivencias de los seres cotidianos, de los que aguantan sin rechistar pero sin hacer nada para evitarlo, de los que están perdidos, de los que escriben con faltas de ortografía pero con amor, de los que tienen historias humanas, de los que dudan, de los tímidos o los modestos, de los que ya se han encontrado y nos puedan orientar a los demás, de los que se encuentran un día con un pensamiento o un sentimiento dentro de sí que quisieran compartir… le falta la participación de los que viven, de los que tienen una idea y se la callan por el temor de su ego a quedar mal, de los que están sufriendo, de los que no saben pedir o creen que no tienen derecho a pedir, de los que leen pero cambiarían la lectura por un abrazo, de quienes sienten escalofríos, y los que sienten al Ser Superior a su lado, y los que dudan, tienen miles de miedos, y lloran.
Por mi parte, me comprometo a seguir aportando la información que encuentre que me parezca interesante, y empezaré a poner en mis escritos el maravilloso condimento del amor.
Le pediré a mi corazón que participe.