Reconducir nuestros sentimientos es algo que se complica cuando se cierra el alma a lo que te puede presentar la vida, cuando por falta de confianza, o por los miedos, en vez de hacer senderos vas construyendo grandes murallas, en donde solo existe el materialismo, la confusión de los valores, el no saber estar porque vale todo y no hay más camino que el de la falta de tiempo para priorizar, para olvidarnos de nuestro ego y tratar de caminar juntos para hacer algo bello en vez de para destruir todo lo que hay a nuestro alrededor.
Pero si algo hay de bueno en toda la trayectoria de cada uno es que la vida te va poniendo sus claves para que aprendas a respetar, a saber lo que eres capaz de hacer, para que sepas dónde llegar y cómo cuando abres el alma y el corazón y dejas de pensar que solo existes tú en este mundo.
Reconducir el alma es querer empezar cada día como si fuese el primero, aun sabiendo que puede parecer igual. Está en ti hacerlo diferente con tu actitud, y eso podrá favorecer a ser más bello o menos, porque lo que tú hagas fundamental para ti y los que te rodean, pues cada vez que la reconduces para buscar aportaciones, soluciones, para compartir, expresar lo que no te atreves por miedo o por rutina, se convertirá en algo que brille por sí mismo sin tener que dejar de ser tú misma, y sabiendo que día a día se va logrando caminar, que no es fácil nunca, pero si se intenta, si se hace con perseverancia, todo lo que se ve negro se puede mirar con más luz y dejar de ser tan tenebroso como parecía que era.
Siempre habrá un motivo para hacerlo, siempre existirá ese ser que te estimula, ese detalle, ese sentimiento que te haga levantarte con una sonrisa aunque el dolor te invada por las diversas adversidades, pues observarás que cuando tú confías, cuando tú respetas, cuando sabes lo que eres, cómo eres, y conoces el fin, puedes luchar de una manera más segura y aunque te equivoques también podrás recomenzar y pedir perdón, pero a tu alrededor se respirará lo que tú quieras que se respire y desees porque lo propagas tú con tu forma y tu ser.
Reconducir la vida es hacer de ella un sendero lleno de flores que en un principio irán creciendo según tú las vayas sembrando, según tú las vayas cuidando y dedicando el tiempo necesario, a pesar de las desavenencias, de los temporales, de lo mucho que hay que hacer, pero si no lo cuidas se marchitará como todos los jardines, y la única responsable de ello serás tú misma aunque encuentres siempre mil excusas para no reconocerlo.
En un principio siempre es duro, es un aprendizaje, es una manera, es una filosofía de vida que se va adquiriendo poco a poco, sin prisa pero sin pausa, unas veces mas rápido, otras de una forma muy dura, pero de todo ello se aprende, se digiere y se forma la persona que eres, que no es ser mejor ni peor, es ser tú misma con tus errores, con tus virtudes y tus coherencias.
Reconducir es amar, es expresar, es vivir, es quitar la rutina, es valorarse y hacerse valorar, es conocer el rumbo, es saber que nos podemos equivocar, pero que siempre tendremos la oportunidad de rectificar, y esa es la belleza de este camino que nos lleva a un comienzo y a un final en el que nosotros somos y hacemos o le damos ese sentido para poder caminar hacia adelante aprendiendo, evolucionando, queriendo estar, y sabiendo que tenemos lo suficiente para ello.
Y hoy hemos reconducido una vez más, hoy lo hemos intentando, hoy estamos, hoy somos y hoy hemos querido, y eso es lo grande y lo que marca la diferencia.
EstheR., sé feliz.
Esther Sánchez Orantos