¿TE CHANTAJEAN EMOCIONALMENTE? ¡EVÍTALO!
La mayoría de nosotros hemos hecho un chantaje emocional alguna vez, o hemos sido sus víctimas. Suele hacerse de forma inconsciente y algunos son fácilmente reconocibles, pero otros son tan sutiles que es casi imposible darse cuenta.
Frases como Tú verás lo que haces; luego no me digas nada; si me quieres; o más claras como amenazas directas o gritos, se dicen con la intención de provocar miedo en el otro para que actúe como nos gustaría. El chantajista emocional se cree una víctima, es inseguro y está lleno de temor, pero en lugar de reconocer sus necesidades, pretende hacer creer que los necesitados son los demás, y lo consigue. Es difícil reconocerlo pues suele tratarse de personas muy queridas que actúan así con quienes las quieren. Se acepta por miedo a las consecuencias, a su enfado, pues si no logran lo que buscan, lo hacen pagar después haciendo sentir culpables, debido al rencor y a la frustración que sienten ante un "no". Pero no puedes decir que sí, si no es lo que quieres.
Puedes defenderte del intento de manipulación del chantajista emocional. En el momento en que eres consciente de que alguien está intentando manipularte, lo más importante es observar su actitud y manera de comportarse. Esta actitud espectadora te dará el suficiente tiempo y la claridad necesarios para corroborar que realmente está intentando manipularte. La manipulación suele hacerse sutilmente y es necesario tomar un poco de distancia para verla claramente. Adopta una actitud pasiva, sin aceptar ni negarte a sus peticiones, sino dejando todo en un paréntesis, mientras observas también tus sensaciones. Incomodidad, culpabilidad, desasosiego, indecisión, frustración y humillación, son algunas de las emociones que se suelen sentir ante la manipulación del chantaje emocional.
Lo más difícil es darse cuenta a tiempo. Uno de los signos más claros para detectar una personalidad manipuladora en los primeros encuentros, es el hecho de que cambian continuamente de tema en una conversación, bien con nuevas preguntas, bien con distracciones, o directamente hablando sólo de sí mismos y de sus problemas. La dificultad para mantener una charla con otra persona o fingir interés por un tema en concreto que les sea totalmente ajeno, es habitual en una personalidad manipuladora que sólo muestra atención por sus propios intereses. Necesitan ser el centro de todas las conversaciones y generalmente consiguen que se hable de ellos incluso cuando no están presentes, debido a la densidad de su comportamiento social. Y lo hacen, bien quejándose de algo, bien mostrando que lo suyo es lo único importante.
Para deshacerlo, lo mejor es no aceptarlo y dejar claros tus límites. Has de saber que no es el otro quien debe dirigir tus acciones, sino tú mismo. Creer que tienes tanto derecho a decidir como a equivocarte, es primordial. Sin tu consentimiento, el chantajista percibe su impotencia y deja de intentarlo. Si después, tienes que sufrir su enfado, sólo puedes esperar que te entienda, mostrándole tu forma de verlo y tus motivos a través del diálogo, pero si no se presta a ello, es mejor darle tiempo para que piense y analice su comportamiento. Sólo así será consciente de su forma nociva de actuar. Algunas personas necesitan más tiempo que otras. El silencio en esta etapa, es la mejor opción. Y otras, no se dan cuenta nunca porque no quieren hacerlo. Ante esto, sólo queda aceptarlo y alejarte de esa persona lo más posible.
Mar Cantero Sánchez
Escritora y coach (asesora) literaria
www.marcanterosanchez.com