ANSIEDAD: EL MIEDO PUEDE ARRUINAR UNA VIDA
Darwin nos describe como reacciona un ser humano ante algo que le resulta estresante o amenazador:” A medida que el miedo aumenta de intensidad acercándose al terror, podemos apreciar diferentes consecuencias en función de las violentas emociones a las que estamos sometidos. El corazón late de forma salvaje o fallar y producir un desmayo; la palidez es semejante a la de la muerte; se respira trabajosamente; las aletas de la nariz se abren de forma marcada; aparece un movimiento tembloroso y convulsivo de los labios, un temblor en las mejillas... la garganta necesita aclararse continuamente... las pupilas están muy dilatadas. Los músculos del cuerpo se ponen rígidos o pueden empezar a moverse de forma convulsiva...".
Esto que Darwin nos describe como algo normal ante algo que puede resultar peligroso no son más que los síntomas que se presentan en lo que los médicos llamamos ataque de pánico o crisis de angustia.
De esto podríamos sacar la conclusión de que miedo y angustia es lo mismo pero no es así. Podemos decir que el miedo es una respuesta fisiológica ante un estímulo externo, mientras que la ansiedad es un estado emocional desagradable con una causa menos clara y que a veces tiene las mismas consecuencias fisiológicas que el miedo.
¿Cómo podemos saber si lo que nos pasa es una forma normal de reaccionar ante estímulos externos o si estamos ante un trastorno por angustia?
Debemos puntualizar que un cierto grado de ansiedad es una respuesta normal a las exigencias de la vida cotidiana y permite mejorar el rendimiento personal y laboral pero que cuando sobrepasa un cierto límite deteriora el rendimiento y si se mantiene en el tiempo puede llegar a interferir en todos los aspectos de la vida.² Hay que saber diferenciar lo que es la ansiedad normal de lo que es claramente desadaptativo puesto que tiene consecuencias muy diferentes en nuestra vida cotidiana
¿Qué puede provocar un trastorno de angustia?
Existen numerosas patologías orgánicas que pueden producir o asemejarse a un trastorno de angustia, pero las más importantes y las que no podemos olvidarnos de descartar son: hipertensión arterial, crisis hipoglucémicas, arritmias cardiacas y alteraciones tiroideas.
Mención aparte merece el consumo de diferentes sustancias tóxicas, tanto drogas de abuso en fase de consumo o de abstinencia como fármacos que se usan en el tratamiento de otras patologías. Las más importantes a descartar son alcohol, exceso de cafeína, anfetaminas, alucinógenos, cocaína e incluso ansiolíticos e hipnóticos en fase de abstinencia. Existen fármacos muy usados tanto en Atención Primaria como en Atención Especializada que merecen especial atención. Estos pueden ser antihistamínicos usados en el tratamiento de las alergias tan comunes en nuestro medio, algunos antidepresivos sobre todo al inicio del tratamiento lo que tiene importantes implicaciones si son usados en el tratamiento de los trastornos de ansiedad, simpaticomiméticos alfa y beta adrenérgicos muy usados sobre todo en patología respiratoria, corticoides etc...
Existen ciertas formas de ser, o personas con ciertos rasgos en su carácter que están más predispuestos a sufrir trastornos de angustia. Estas son las que los psiquiatras encuadramos en el Cluster C, definidos como sujetos temerosos, ansiosos.
Uno de ellos es la personalidad evitativa (fóbica) que se caracteriza por una hipersensibilidad a la crítica y al rechazo pero deseosos de contacto social que, a veces evitan por vergüenza y su baja autoestima, suelen tener miedo a las relaciones íntimas. Pueden evitar actividades sociales e implicarse en proyectos personales, así como actividades donde se tengan contacto con otras personas por miedo a las críticas. Se ven inferiores a los demás.
El segundo tipo de personalidad de este grupo es la personalidad dependiente que es muy frecuente, sobre todo en mujeres y se caracteriza por una excesiva dependencia de los demás, un comportamiento sumiso y necesidad de apoyo y soporte emocional. Se muestran incapaces de tomar decisiones sencillas y permiten a otras personas tomar responsabilidades que les corresponden a ellos. Temen ser abandonados
El último tipo de personalidad que se encuadra en este grupo es la personalidad obsesiva que, a diferencia de la anterior es más frecuente en los varones. Son perfeccionistas, meticulosos, ordenados y rígidos, tienen dificultad para expresar sus emociones.
También en otras patologías psiquiátricas pueden relacionarse con trastornos de angustia. La que más se frecuentemente se relaciona es la depresión, tanto es así que muchas veces se confunden los síntomas no pudiendo precisar con claridad si el trastorno de angustia es secundario a la depresión o viceversa. Pero además de en esta, pueden aparecer en casi todo el espectro de patología psiquiátrica
¿Qué se siente realmente cuando se tiene ansiedad?
En la clínica de la ansiedad pueden aparecer diferentes manifestaciones:
SÍNTOMAS PSÍQUICOS
Dependientes del sistema nervioso autónomo:
Palpitaciones, sacudidas del corazón o taquicardia
Sudoración
Sofocos o escalofríos
Sequedad de boca
Síntomas cardiorrespiratorios
Dificultad para respirar
Sensación de ahogo
Dolor o malestar precordial
Síntomas digestivos
Sensación de nudo en la garganta o dificultad para tragar.
Diarrea.
Senasación nauseosa y malestar abdominal.
Síntomas del sistema neuromuscular
Temblores
Tensión muscular o dolor
Parestesias
Inquietud y dificultad para relajarse
Sensación de mareo, inestabilidad o desvanecimiento.
Desrealización: sensación subjetiva de que el entorno es extraño o irreal; sensación de cambio de la realidad.
Despersonalización: sensación subjetiva de irrealidad, entrañeza o falta de familiaridad con uno mismo, estar separado de uno mismo
Sensación de perder el control, volverse loco o miedo a morir.
Respuesta de alarma exagerada a pequeñas sorpresas o sobresaltos
Dificultad para concentrarse o sensación de tener la mente en blanco
Irritabilidad persintente
Dificultad para conciliar el sueño debido a preocupaciones
Ánimo expectante, como a la espera de malas noticias
Sensación de amenaza o indefensión
Sentimiento de incapacidad por las dificultades mnésicas y de concentración
Según el DSM-IV la clínica ansiosa puede presentarse de diferentes formas:
Trastorno de angustia: Es la aparición de crisis de angustia recidivantes que producen preocupación y cambios en la conducta del paciente. Puede ser:
Trastorno de angustia con agorafobia
Trastorno de angustia sin agorafobia
Las crisis de angustia son episodios súbitos que, a veces no se relacionan con un estímulo concreto. Los síntomas que aparecen son sobre todo somáticos con sensación de muerte inminente. Hay que tener en cuenta que son las urgencias psiquiátricas más frecuentes en la práctica habitual.
Al pasar el tiempo y repetirse las crisis se ponen en marcha mecanismos como son la ansiedad anticipatoria que no es mas que aparición de síntomas antes de exponerse a una situación angustiosa y conductas de evitación que son maniobras para no exponerse a la situación como puede ser no salir de casa, no coger el coche etc...
Fobia específica: Ansiedad clínicamente significativa ante un objeto concreto que produce conductas de evitación del mismo
Fobia social: Ansiedad clínicamente significativa como respuesta a exponerse al público y produce conductas de evitación de ciertas relaciones y eventos sociales.
Trastorno obsesivo-compulsivo: Existen obsesiones que causan ansiedad y para disminuirla se realizan actos para disminuirla, son las denominadas compulsiones.
Trastorno por estrés postraumático: Reexperimentar una situación traumática, como en todos los trastornos anteriores existen conductas de evitación
Trastorno por estrés agudo: Como el anterior pero existe en el momento del acontecimiento traumático
Trastorno de ansiedad generalizada: Según el DSM-IV se necesitan para el diagnóstico la existencia de preocupaciones por cosas cotidianas durante al menos 6 meses que el paciente no puede controlar. Aparecen con más frecuencia los síntomas psíquicos de ansiedad aunque tambien pueden aparecer somáticos como temblor y parestesias.
Trastorno de ansiedad debido a enfermedad médica o inducido por sustancias
Trastorno de ansiedad no especificad
¿Existe solución a tantas cosas encadenadas?
Para frenar esta cascada nos tenemos que plantear el tratamiento desde varias perspectivas. Debemos tener claro que es tan importante el abordaje farmacológico como el psicológico y que sólo trabajando desde varios campos podremos llegar al éxito definitivo. El tratamiento básico se centra en tres campos:
Biológico: Descartar patología que nos pueda producir esta sintomatología puesto que una vez controlada la enfermedad se controlarán los síntomas. Descartar también el consumo de tóxicos que puedan provocar la sintomatología y si existiera abuso plantear un tratamiento adecuado a esta situación. Más difícil es el abordaje cuando el problema es un fármaco que el paciente necesita para el tratamiento de otra patología.
Farmacológico: Tenemos dos armas terapéuticas: Las Benzodiacepinas que son el tratamiento básico y los Antidepresivos, sobre todo los ISRS aunque también se pueden utilizar otros como los triciclicos aunque son menos usados o los que actúan a nivel serotoninérgico y noradrenérgico
Psicológico: Tenemos que usar técnicas de afrontamiento, de relajación etc., para que el paciente pueda usarlas cuando se encuentre de frente al problema. Para ello se pueden utilizar técnicas psicoanalíticas, conductuales o cognitivas.
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