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 CHAMANISMO - 3ª parte



Febrero 09, 2013, 02:16:33 pm
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CHAMANISMO - 3ª parte
« en: Febrero 09, 2013, 02:16:33 pm »
El Trabajo Místico

Así que después de comprender la necesidad del contacto con el Espíritu, de tener una vida espiritual, necesitamos también pensar en desarrollar un Trabajo Místico en nuestra existencia. Y ¿qué es un trabajo místico? Un Trabajo Místico podríamos decir que es como aquella capacidad que nos califica para poder conocer otros ámbitos del Espíritu. Un ejemplo de ello son las experiencias con enteógenos. De pronto yo medito, comulgo con la Abuelita o con el Venadito y empiezo a sentir unas sensaciones raras y extrañas. Como son sensaciones raras y extrañas mi mente no las tiene registradas y lo que hace la mente inmediatamente es producir Miedo. Miedo ante esa sensación rara y extraña. Lo primero que nos preguntamos es ¿Será malo entrar en contacto con plantas sicointegradoras o enteógenos, tendrá contraindicaciones? Y curiosamente jamás nos hemos preguntado si el Ego tiene contraindicaciones. Y el Ego es el causante de un gran porcentaje de todas las enfermedades humanas.

Sin embargo en la selva, en el Amazonas, se utilizan más bien los enteógenos para poder hallar la causa que motiva un problema físico. Entonces cuando empezamos a sentir ese tipo de experiencias viene nuestro temor, pero cuando uno ya ha recorrido ese camino muchas veces, entiende que ese color, que esa emoción o que esa atención obedece al pensamiento del miedo o a un pensamiento negativo, que está en esos momentos invadiendo nuestra mente y nuestra alma y que está impidiendo que nosotros aflojemos los músculos, la mente, la emoción y podamos fluir con tranquilidad hacia el mundo espiritual. Es como cruzar un puente de una orilla a otra. Sabremos que hay una serie de elementos amenazantes, pero sin embargo esos elementos, esas serpientes o dragones, son aspectos ilusorios, son espejismos que están allí precisamente, curiosamente, para apartarnos del camino, para seleccionar a los caminantes.

Es curioso. Es la forma como Dios se sirve de los espejismos que genera el Ego para no permitir la entrada a cualquier hijo de vecino a otro nivel espiritual. Eso es curioso. Entonces cuando uno entra en contacto con una experiencia transpersonal y observa en primer lugar una serpiente, por ejemplo, que uno no comprende, que no entiende, que está amenazando, entonces uno puede tener miedo y el cobarde se retira y el cobarde acaba. Pero sin embargo cuando uno reconoce que es un espejismo o también cuando uno puede decodificar esa información, decir esta serpiente me está engendrando miedo y yo me relajo, entonces el Espíritu entra a través de la Intuición y nos dice: ¡Ah, esta serpiente, esta relacionada con un miedo a enfermar", por ejemplo. Pero como estamos desde el corazón, haciendo el viaje desde el corazón, sabremos que no es necesario ese miedo a enfermar, es simplemente un temor irracional que se ha incorporado en nuestra mente, en nuestra sicología, de alguna manera porque quizás nuestra abuela se acaba de morir de cáncer y nosotros también pensamos que nos va a dar cáncer y que nos vamos a morir de la misma manera y que vamos a morir jóvenes. Entonces lo primero que aparece es el temor más fresco, más reciente: una serpiente, un dolor, un duelo. Son cosas que no existen, no son reales, son una locura. Pero otro hombre inteligente diría: A ver ¿qué es esta serpiente? , y descubre que es un temor al miedo, es un ejemplo simplemente, de acuerdo. Pero también tiene en ese momento la oportunidad de desbaratar ese miedo hacia la enfermedad y entonces continúa caminando y llega a la otra orilla y tiene una experiencia con el Espíritu.

Luego si otra vez aparece la misma serpiente se dirá, "Bueno ya conozco a esta serpiente, ya tengo un recuerdo de lo que es el miedo a enfermar pero continuo adelante", y ese continuar y esa comprensión hace que esa serpiente en la próxima experiencia ya no aparezca. Entonces son como guardianes de nuestros propios Egos y curiosamente se constituyen en guardianes de nuestro camino espiritual pero también como señales de que estamos en ese camino.

El estudio del Ego

Si nosotros sabemos tratar al Ego de una manera diferente, comprender el momento en que salta, en que sale, en que se manifiesta desde el corazón, desde el Espíritu, no nos detendremos dentro de lo que es. La magia aquella del Ego que nos paraliza y que no nos permite un análisis más serio y más profundo para caminar hacia el Espíritu.

También puede ocurrir que en contacto con el Ego, y estoy hablando del mundo del Ucu Pacha, podamos ver el dolor que hay en nuestra vida. Ustedes alguna vez han estado celosos. Cuando uno está celoso, uno se dice: "Huy, ¿qué estará haciendo, qué estará diciendo, con quién estará, estará otra vez con esa persona y qué le estará diciendo, y qué hora es y a qué hora vendré?" Y cuando viene, uno intenta averiguar, investigar, saber, qué ha pasado, si hay algo anormal. Pero el sufrimiento está ahí. Y curiosamente uno tiene la "capacidad", entre comillas, de "decidir", también entre comillas, si puede dejar de pensar en eso que le está torturando. Sin embargo nos torturamos. Hacemos todo lo posible por darle una llave de Kung-fu sicologico, pero otra vez se acomoda el pesado de los celos que está insistiendo, insistiendo y va produciendo otro tipo de pensamiento y va recreando pensamientos. Los va agigantando y va generando toda una escena grandiosa en torno a lo que es la infidelidad de la pareja, pero nos damos cuenta de lo absurdo que es, sabemos que lo que está sucediendo no está bien, que hay que volver a la tranquilidad y volvemos a la tranquilidad, pero otra vez la voz chiquitita: "¿Qué tal hombre..." y otra vez nos regresamos a la cúspide del Ego que hemos formado y hacemos el Ego mas grande. Hacemos el pensamiento, la emoción, más grande y más densa. Y hay personas que viven así todo el resto de su vida y no sólo con celos sino también con ira, con impaciencia, con odio, etc, etc. Uno se acostumbra y la emoción se acostumbra y eso genera una sensación extraña. Ustedes han estado en paz muchas veces, cuando viene una emoción así de negativa, ¿no es incómodo realmente, no es como ponerse un zapato gastado con un clavo que nos está haciendo daño todo el tiempo? Es mejor quitarse el zapato y caminar sin zapatos. Pero en este caso, quitarse el Ego no es como quitarse un zapato, si así fuera, entonces estaríamos bien todos, pero el Ego es como dice Castaneda: "Es un Pinche Tirano", que está allí precisamente con una acción tiranizante, haciéndonos pensar, decir y hacer aquello que no queremos decir, pensar y hacer.

Es interesante su estudio, es un amo, es un jefecillo que está ordenándonos constantemente hacia aquello que nosotros no deseamos, pero también está poniendo a prueba nuestra inteligencia. Si nosotros nos achicamos ante el Ego, si nos achicamos ante la vida, le damos poder al Ego, y la mejor forma de enfrentarse al Ego es observarle, porque curiosamente en la investigación que se hace del análisis del Ego lo que no le gusta precisamente al Ego es que le vean.

Supongamos, vamos a poner un ejemplo aquí mismo. Allí hay unos discos de música, si alguno de ustedes quiere robarse un disco, claro lo hará discretamente, no va a decir, oíd, me voy a robar un disco. Estar robando un disco y que alguien nos vea, hace que sintamos incomodidad. Al Ego lo que no le gusta es que le vean, porque cuando se ve descubierto, el Ego se escabulle, desaparece y se va a otro nivel de la mente, entonces, al menos ya hemos limpiado un nivel de la mente.

El chamán era un príncipe, no un brujo

En los trabajos más profundos y más sutiles de la meditación, podemos descubrir al Ego en otro nivel, en otro departamento de la mente, hasta que algún día nos saneemos totalmente de la influencia del Ego y limpiemos los espacios que el Ego ha contaminado en nuestra mente. El trabajo de sanidad de nuestra mente en cuanto a la influencia del Ego es el trabajo de chamán y fue el trabajo del chamán hace milenios.

El chamán era un príncipe, el chamán era un rey. No un brujo. Otra cosa es un brujo, como ya he mencionado, donde no existe ninguna experiencia espiritual y no hay un trabajo de autoexploración. Hay un manejo de la energía de la naturaleza, de la lluvia, del agua, del fuego, pero eso al fin y al cabo es circo.

Hay una historia sobre Buda. Se le acerca un hombre a Buda y le dice: "¿Sabes? Por fin ya he aprendido y camino sobre las aguas". Y le contesta Buda: "Hombre. ¡qué pérdida de tiempo, si para eso existen las barcas!". Entonces Buda lo que está intentando enseñar aquí es que lo más importante no era desarrollar ciertos sidhis o ciertos poderes de tipo síquico, sino que el poder más grande que hay es contener el Espíritu. Claro, el Espíritu tiene poder sobre el agua, sobre el fuego, pero Él no se pierde en estas historias, sino más bien va directamente a lo que es la expresión del amor y a compartir el amor y a dar amor a los demás, porque eso es lo que puede sanar a la humanidad.

Nuestra labor debe constituirse como una misión hacia el Espíritu, todas nuestras actividades mentales, nuestras energías, debemos concentrarlas hacia esa dirección.

El Centro del Espíritu

El Águila Dorada me hizo un diseño de una cruz y me dice: "Esta es la Cruz", y me hizo unos círculos concéntricos, y me dice: "Este es el cuerpo, esto es el alma, esto es el Espíritu y éste más pequeñito, el círculo más pequeñito es el Espíritu del Espíritu. Pero curiosamente siendo el círculo más pequeñito, es el más grande en el mundo real. El mundo real no es este, el mundo real es el del Espíritu del Espíritu.

Ese es el mundo real y el hombre debe acostumbrarse a reconocer su cuerpo como un instrumento del Espíritu, debe reconocer el alma también como un instrumento. Debe reconocer su propio Espíritu y ese Espíritu debe llevarlo al centro del Gran Espíritu, donde puede mezclarse con la Energía de fuego y agua que existe en el centro del Gran Espíritu.

En la Biblia, curiosamente, hay un versículo que dice: "Si no laváis vuestras vestiduras no podréis entrar en el Reino de los Cielos", y este lavar las vestiduras, como bien sabemos, no tiene nada que ver con lavar la camisa o los pantalones. Sino las vestiduras en este momento son el cuerpo y el alma. Y la forma de lavarlas es precisamente llevándolos al centro del Espíritu.

En el centro del Espíritu hay dos Templos: Un Templo del Agua, donde se lavan las vestiduras y un Templo de Fuego donde se continúa la limpieza de las vestiduras, y la iluminación de las vestiduras de nuestro propio Espíritu, de nuestra alma y de nuestro cuerpo. Un trabajo antiquísimo, como dije hace rato, que tiene que ver con el vacío iluminador, porque cuando uno entra en la experiencia del vacío iluminador, lo primero que se encuentra es el Ego.

La ayuda que presta la Abuelita ayahuasca

Una experiencia con una planta sicointegradora o enteógena, no sólo es una experiencia en cualquier tipo de relajación o meditación simple y común. Cuando uno está simplemente relajado de pronto no sabe de qué manera está ubicado su cuerpo o su mano. No siente el pie izquierdo, no siente el pie derecho, no siente la cabeza y ¿qué pasa? Nos asustamos. Intentamos mover nuestra cabeza para sentir que este es nuestra cabeza, intentamos mover la mano para sentir que esta es nuestra mano, pero lo que sucede es que nuestro cuerpo vital se desplaza y al desplazarse ya no sentimos nuestro cuerpo físico y eso quiere decir que nos hemos relajado bien. Cuando uno tiene una gran experiencia en la relajación, cuando se llega a esa etapa, uno puede dejar el cuerpo físico, ya no soy un cuerpo físico, ahora siento el cuerpo vital, pero también debe dejar el cuerpo vital para llegar al cuerpo astral, y dejar el cuerpo astral y ser el cuerpo mental, y dejar de ser cuerpo mental y ser el cuerpo de la voluntad, y también dejar de ser el cuerpo de la voluntad, y cuando dejo de ser el cuerpo de la voluntad seré el cuerpo del alma y cuando deje de ser el cuerpo del alma seré el cuerpo del Espíritu y me instalaré en el Espíritu.

Es una meditación muy antigua, pero claro tenemos que empezar por relajar el cuerpo, tenemos que sentir el cuerpo, entonces hay que tener una perfecta relajación y luego tenemos que percibir la energía de nuestro cuerpo vital y aun la energía de nuestro cuerpo vital puede estar tensa, porque todavía habrá pensamiento y emociones y hay que dejar esa tensión y conocer ese cuerpo vital para penetrar en el otro cuerpo, y así paso a paso, poder llegar al Centro del Espíritu. Esto es posible con las plantas sagradas.

Con la Abuelita se llega precisamente al Centro del Espíritu, aunque no seamos conscientes de ese proceso de relajación y de dejar esos otros cuerpos. Pero ese regalo se nos da simplemente para que nosotros después vayamos haciendo conscientemente ese camino y vayamos construyendo el Camino del Espíritu de una manera consciente, con nuestra experiencia, con la energía de nuestras manos, con nuestro propósito, con nuestra voluntad para que podamos llegar a tener un acceso fácil a nuestro Espíritu Interior.

Pero vuelvo a repetir que ese miedo a no sentir el cuerpo, nos hace mover el cuerpo y nos hace perder lo que es la experiencia de la relajación. Eso es lo que haría un principiante, pero sin embargo el cuerpo está allí y está entrando en otra etapa más sutil de relajación y cuando trabajamos en los estados alterados de conciencia, lo que se hace es entrar a estados sutiles. Necesitamos entrar a estados sutiles, deberemos percibirlos desde el corazón, desde el Espíritu. Por eso es muy importante la oración.

La postura y la relajación de nuestro cuerpo es importante, porque hay que soltarse, fluir, orar, observar, contemplar, confiar, tener esperanza por aquello que no vemos pero que existe y normalmente eso que existe es placentero, es Dios, es el Espíritu, es la Luz, pero para que tengamos esa certeza hay que pedir ir al Espíritu.

Aspirar a la iluminación en esta vida no es un atrevimiento

Hay que contemplar el trabajo que hay que realizar en nuestra existencia para alguna vez lograr nuestra auto realización, para lograr en está vida, en está existencia, lograr la Iluminación y esto no es un atrevimiento, aunque los budistas digan que se necesitan muchas existencias para la Iluminación. Esto es relativo, uno puede llegar a la Iluminación en esta existencia, el requisito es enamorarse del Espíritu. Es como enamorarse de una dama o la dama de un varón, entonces le seguirá a donde vaya y estará con ella o con él constantemente. Así tenemos que aprender a enamorarnos de Dios, a enamorarnos del Espíritu, pase lo que pase en nuestra vida, suceda lo que suceda en nuestra existencia. Me refiero a veces, a las aparentes dificultades, que realmente son exámenes o pruebas y las pruebas son para fortalecernos. Debemos pensar así, la prueba es para salir fortalecido. Entonces, a pesar de esas circunstancias que ponen a prueba nuestra convicción de ir hacia el Espíritu, uno debe continuar con la flecha lanzada al Infinito, al Sol, a Dios, no detenerse.

 

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