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 CHAMANISMO - 4ª parte



Febrero 09, 2013, 02:16:01 pm
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CHAMANISMO - 4ª parte
« en: Febrero 09, 2013, 02:16:01 pm »
Educar a nuestros futuros Maestros

Estuve trabajando hace tiempo con un joven y le dije: "Tú sabes que tu objetivo, en tu primera experiencia, es llegar a Dios". Entonces veía al joven acostado haciendo su trabajo. Tenía dieciséis o diecisiete años, había junto al él otro joven de su misma edad y le pregunte: "¿Cómo te encuentras?" Él me contesto: "Me siento muy bien, estoy muy bien"; yo le dije: "¿Tienes miedo?", y él me respondió: "Ahora no tengo miedo, estoy disfrutando mucho este estado que no conocía, estoy siendo lanzado al Infinito y hay una nube negra oscura que está interceptando mi camino"; le pregunte: "¿Tienes miedo de llegar a esa nube negra?" Me dijo: "No, no tengo miedo, pero sí una sensación extraña y rara." Le dije: "No te olvides que más allá de esa nube negra está el Padre, está Dios, está el Espíritu, a donde tú te diriges." Él me respondió: "Sí lo sé también y por ratos me preocupa o tengo la sensación leve de miedo, no sé que me puede pasar en esa nube". Empezó a atravesar esa nube y yo le pregunte: "¿Cómo estás?" "Estoy bien, sólo que aquí esto es más denso, es más lento, pero sé que estoy ascendiendo, estoy subiendo hacia Dios, estoy ahora saliendo de esta densidad, pero con calma, con tranquilidad, sin temor." Le vuelvo a preguntar: "¿Entonces atraviesas la nube negra?" "Sí ya la atravieso, ahora estoy en otro nivel del Espíritu, dirigiéndome a un Templo. Llego a un Templo." Le pregunto: "¿Cómo estás?" "Me siento en brazos de un hombre muy amoroso, muy cariñoso que me mece como a un niño, y que dice que es mi Padre, que me ama y yo le amo".

Este joven tuvo un encuentro, un contacto extraordinario con su Ser Interior y estoy seguro que jamás olvidará su experiencia y que eso le ha dejado una huella imborrable de lo que es la experiencia del Espíritu. Y yo continuaré obviamente trabajando para que su mente esté orientada hacia lo que es la experiencia del Espíritu. No sólo en las reuniones o en las meditaciones o en los talleres, sino también en su vida ordinaria, en su vida cotidiana. Porque la presencia del Espíritu, reviste a este joven de un regalo de más belleza, de más inteligencia, de más seguridad en sí mismo y en la vida y esto es bello, porque esto es como el trabajo de experimentación que se hace con los jóvenes en el mundo tibetano.

Hace unos años conocí en Brasil a un joven de unos doce años. Yo estaba trabajando con unos lamas tibetanos y este niño era el hijo del coordinador en Brasil. Un día se me acerca y se queda junto a mí, no nos decíamos nada, sólo estábamos juntos, nos gustaba, y ese día nos tocaba ir al teatro y cerca del teatro me dice: "Ven te quiero enseñar algo", "¿Qué es?" le pregunto y me dice: "Unos juegos muy interesantes", "Ah sí, ¿qué tipo de juegos son?", "Son unos soldaditos de plomo y unos manuales para jugar con ellos", "Yo nunca oí hablar de los manuales, yo sé de los soldaditos de plomo". Y entonces me dice: "Aquí cerca del teatro hay una tienda, ¿por qué no vamos?", "Bueno". Nos fuimos y vi los soldaditos de plomo y vi unos libros grandes y gruesos que eran las instrucciones para jugar. Yo menos entendía el tema y le comenté mis reflexiones: "No lo entiendo, hoy hay ordenadores y todo es tan fácil, por qué hay que estudiar este grueso libro para poder jugar con los soldaditos, ¿no será mejor un programa de ordenador y te ahorras la lectura?" Volvimos a vernos tres veces y a la tercera le pregunte: "¿Tú tienes alguno de estos juegos?", "No, no lo tengo", "¿Y tus padres no les importará que yo te regale uno?", "No", me dijo, "Pues te regalo uno". Y le regale uno.

Al poco tiempo supe que el Dalai Lama había dicho que en Brasil había un alto lama reencarnado, era el año 92 y yo lo volví a ver con dieciocho años. Estaba vestido con la túnica azafrán de los lamas, había estado viviendo en la India, sabe un perfecto inglés y un perfecto tibetano y es un lama de un alto rango del budismo tibetano. Lo vi hacer rituales con los lamas viejos, hacer mudras, tocar las campanas, rezar oraciones de una manera magistral. Lo vi hablar, dar charlas, fue un placer escuchar sus diálogos muy maduros, realmente un joven muy interesante. Es un joven, lo mismo que sucede con el lama Osel aquí en España.

También lo vi junto a María, en la India. Es un joven, tiene todos los rasgos de un joven, cuando llegamos casi ni nos miraba, nada más se mostraba al lama Zopa . Es el lama que le acompaña. Le mostramos una foto que nos hicimos junto al Dalai Lama, entonces él se asomó a mí, como un jovencito travieso. Pero a pesar de su juventud, el nivel de preparación que ellos tienen o la experiencia que tiene este joven que he mencionado antes, es realmente una experiencia y una preparación que necesitan todos los jóvenes del planeta y que nosotros, desafortunadamente, no tenemos dentro de lo que es la educación actual.

Una educación, un adiestramiento de esa naturaleza, como no existe en la sociedad, nosotros tenemos que crearlo y eso es posible. Cuando tú encuentras a un joven, cuando tú tomas a un discípulo o a dos, te haces responsable de él y lo puedes ayudar. Los jóvenes realmente son nuestros maestros del futuro, ¿por qué no cuidar a nuestros maestros? Porque ellos se quedarán cuando nosotros nos vayamos, y cuando ellos sean viejos, nosotros vendremos de nuevo y ellos serán nuestros maestros. Si nosotros nos vamos con una experiencia espiritual y los dejamos a ellos con una experiencia espiritual, esa sería la única forma de vislumbrar una sociedad iluminada, no de otra manera. No hay tiempo, no hay historia de que el planeta pase a otra dimensión y que se purifique y que los ángeles, etc. e historias de esas. No, estamos en un mundo material y espiritual donde hay que colaborar con el Espíritu para que el Espíritu colabore con nosotros. Aunque ha estado colaborando a través de milenios y los Maestros están colaborando también. Se necesita un despertar individual para generar un despertar colectivo. Necesitamos despertar y ayudar a nuestros jóvenes, y todo está, repito, en función al Espíritu.

Así que reflexionemos en el trabajo de hoy a cerca de la necesidad inaplazable, urgente, de tocar a Dios, porque Él tiene la varita mágica, Él es el hada que tiene la varita y la coloca en la cabeza y tiene el poder de transformar nuestra visión de la vida y nuestra relación con el Ego, nuestra relación con nuestros hermanos y una comprensión más rica de lo que es Dios.

El Espíritu

No podemos, ni debemos, encerrar al Espíritu en una sola palabra, en una sola experiencia. Debemos estar poniendo en jaque mate a nuestra mente, así como sucede con los Koan Budistas, que le hace una pregunta a la mente, que la mente no entiende y nos es capaz de responder. Por ejemplo: "Si todo se reduce a la Unidad, ¿la Unidad a que se reduce?", "Si dos palmadas suenan asi, plaf, ¿una sola mano como suena?" La mente no tiene estas respuestas, pero hay respuestas. Entonces la mente que no está adiestrada a una reflexión, a una vivencia o experiencia espiritual, hay que forzarla a trabajar al máximo .

En la antigua Grecia, hoy mismo en los patios de los monasterios tibetanos se practica, además el debate dialéctico, que consiste en que uno, por ejemplo, va a sostener que el Espíritu existe y cinco van a decir que el Espíritu no existe y que eso son patrañas. Entonces la forma en la que van a trabajar para poder hacerle creer al otro que el Espíritu no existe es con preguntas inteligentes muy bien elaboradas, para que el monje pueda trabajar al máximo su mente, la pueda desarrollar de tal manera que no sea capaz de sentirse engañado por los demás y por el propio Ego y esto es un trabajo interesante y que además no existe en las escuelas del planeta. Otro trabajo para nosotros y otro trabajo para los jóvenes.

Trabajando con la Abuelita

Bien, nuestro trabajo de hoy consistirá en una relajación profunda, oración, confiar, reflexionar acerca de lo que es la esperanza. No se espera lo que se ve, se espera lo que no se ve. Desde mi visión lo que no se ve es el Espíritu, y todo lo que tenga relación con el Espíritu nos depara éxito absoluto. También otro aspecto importante es aprender a observar, a fijarnos en ese otro nivel energético que tenemos en nuestro cuerpo, que está contenido en nuestro cuerpo.

Hay siete cuerpos y cada cuerpo tiene una vibración distinta y algunos están desplazados fuera de nosotros mismos pero todos están integrados aquí y ahora.

Si hay un corazón físico, hay un corazón vital, un corazón astral, hay un corazón en el espacio mental. Todas la dimensiones están aquí en nuestro cuerpo. El ser humano es multidimensional, pidamos que se nos revele este aspecto de la multidimensionalidad humana y así podamos percibir lo más sutil. Y nuestro trabajo en dirección hacia lo que es el chamanismo, entonces será en la dirección Espiritual. Será en la dirección del autodescubrimiento y en la construcción y en el reconocimiento de aquello que es lo más sutil en cada uno de nosotros, por ejemplo, ¿podemos sentir como corre la sangre por nuestras venas? Seguramente no. Necesitaríamos una relajación muy profunda para sentir como corre la sangre por todo nuestro cuerpo y esa deliciosa fricción que genera en nuestro cuerpo y es tan deliciosa, es nuestra vida y genera un campo electromagnético. Y así hay otros aspectos del cuerpo y de la energía que no percibimos. Es precisamente para internarnos en esos mundos sutiles y trabajar en ellos para lo que nos ayudan las Plantas Maestras, porque cuando aprendemos a trabajar en esos mundos sutiles, aprendemos también a ser menos burdos en este mundo material. Porque el Ego es burdo.

Pidamos a la Abuelita Ayahuasca, a nuestro ser y además quiero compartir con ustedes a un Maestro que es El Águila Dorada. Hay Maestros que son locales, otros que son regionales, hay Maestros nacionales, Maestros continentales y hay Maestros Cósmicos. El Águila Dorada es un Maestro Cósmico que puede trabajar con todas las personas simultáneamente, no sólo aquí sino en muchos lugares del mundo a la vez. Podéis invocar a este Maestro, a este Ser y también pueden invocar a otros Maestros o a otros Seres que ustedes tengan y pedir ver a esos Maestros o pedir ver a ese Águila Dorada para que aparezca. Y aunque no aparezca y no lo conozcan y aunque no lo llamen, tarde o temprano vendrá para que sean asesorados, porque no es posible un trabajo de tipo Espiritual donde no halla un Ser Espiritual instruyendo. Siempre es real, siempre estará ante ti escuchando.

Hace muchos años yo decía ¿por qué no lo puedo sentir y ver? Y alguien me decía: "Él está haciendo todo lo posible porque lo escuches, para que le veas, porque le sientas, pero tú estás muy dormido". El sueño en relación con nuestra conciencia y con los estados sutiles del Espíritu es muy profundo, no se imaginan lo profundo que es. El Ego es muy pesado, es muy denso. Cuando está nuestra conciencia dormida, es como consecuencia de este sueño profundo de nuestra conciencia respecto de La Conciencia.

Algunas veces uno percibe, conoce y siente esos mundos sutiles y por eso la mente, el ego, genera el materialismo y no cree lo que no ve y no tiene esperanzas, se hace el "trágico", entre comillas, y el ser humano abandona el camino Espiritual. El requisito, el ingrediente, la sal para el camino espiritual es la esperanza. Y el corazón de la esperanza es la fe y la esencia de la fe es el amor. Esto no son palabras vacías y huecas sino algo que ustedes también deben experimentar, porque es desde la experiencia que uno sabe y es difícil transmitir la experiencia con las palabras. Pero se puede generar una fuerza, como la fuerza y la energía del grupo con la que vamos a trabajar ahora, para que nosotros podamos tocar a Dios, experimentar a Dios, que nos enseñe también acerca de la esperanza y que se nos enseñe también hoy acerca de lo que son nuestros niveles de energía y acerca de nuestros cuerpos. En el futuro hablaremos con más detalle de esos cuerpos y trabajaremos con ellos.

Preguntas y respuestas

Participante anónimo: Hablas del Dios Interno y del Dios Cósmico, ¿podrías ampliar un poco?

Juan Ruiz: (cogiendo una botella de agua) Supongamos que esta botella de agua es Dios, el Gran Océano de la Vida. Esto es Dioa, entonces un día pasa esto (Juan se echa agua en la mano y la sacude, expandiendola en forma de gotas). Miles de gotas se esparcieron en el Universo pero cada una de ellas siguió siendo parte de Dios, en ese impulso primario. Cuando se colonizó el Universo todas las gotas se expandieron en el Universo y algunas reconocieron que había necesidad de venir a nutrirse de la planta de energía y volver a la misión: Cristo, Buda, Zoroastro, Lao-Tse, Quetzatcóatl, Viracocha, etc. etc. Todos estos son gotas de agua que reconocieron su genética divina y la necesidad de entrar nuevamente en el Gran Océano de la Vida para poder energetizarse y entonces volvían nuevamente a esos espacios. Pero otras gotas olvidaron regresar, olvidaron el camino y muchos de esas gotas de agua somos nosotros. Entonces la fuerza de esa gota de agua a través de los siglos, a través de los milenios, de la contaminación del Ego, ha deteriorado de alguna manera y ha cortado el Camino de regreso a casa de ese Dios, de ese Ser de Luz en pequeñito, de ese Ángel, de ese Dios que no está activado en el alma y en el cuerpo humano.

Entonces, así como lancé estas gotas de agua al aire, tienen que volver a la Botella para ser fortalecidas. Este es el Dios Cósmico (la botella de agua) y éste es el Dios Individual (gotitas de agua).

Somos el Dios Individual, vamos al Dios Cósmico para que Él nos nutra y después ese Dios Interior viene fortalecido, viene sabio, viene con fuerza y claro uno puede decir, pero esa energía nos dura muy poco. No hay que decir eso, más bien, que bien que tenemos algo de esa energía y la conocernos y como decía una persona hace poco: Que bien que todavía tengo unos veinte o treinta años más para disfrutar de la vida , y no decir "Sólo me quedan veinte años que lastima, quisiera vivir mas años"

Ese es el Dios Interior que está encapsulado, pero que tiene todos las posibilidades de activarse, de convertirse en una célula activa. Todos nosotros somos como células de un cuerpo, pero ese cuerpo está inerte, ese cuerpo debe activarse y ese cuerpo debe caminar, debe moverse. Y es la forma como Dios se mueve, como Dios camina, como Dios inaugura nuevas Eras de Luz, pero a través de nosotros.

Karina Malpica: ¿Cómo puedo conectarme con mis guías personales? .

Juan Ruiz: Bien en primer lugar, hay que tener esperanza. Esperanza decimos de aquello que no se ve, pero que se sabe que existe. Sabes que quieres conectar con tu guía y eso es una gran ganancia. Eso es realmente una gran certeza y de pronto quizás no lo sepas que es tu guía que se está manifestando y no sabes que se está manifestando, porque tú quieres que se manifieste de una manera específica y eso es importante que lo veamos, muy importante. Dios es una unidad múltiple perfecta y se puede manifestar tu guía a través de muchos modos variados.

El Águila Dorada tiene el poder de dar instrucciones privadas a cada uno de ustedes y sobre un área específica. Una lección colectiva, así como la estoy dando yo, en este entorno, tiene ese poder porque es una unidad múltiple pero a la vez perfecta, perfectamente constituida y diversificable también. El trabajo de conexión con el Guía es un trabajo de aprendizaje, es un trabajo gradual donde sus primeras manifestaciones no sólo son internas sino también externas y las personas que están o que llegan de alguna manera a nuestro alrededor, obviamente tienen que ver con la influencia de la energía de nuestro ayer. Tengo una amiga que conoce a un guía extraordinario, al Águila Dorada, lo conoce muy bien. Un día su hija le dijo algo relacionado con la Universidad y una reforma universitaria en algún país, y me dijo: "Yo escuchaba atentamente, pero no eran sus palabras, no eran las palabras de mi hija, eran las palabras de mi guía". El guía está moviendo a mi hija y yo lo puedo reconocer." Es otro tipo de educación que no conocemos pero sin embargo esa educación existió y hoy empieza a existir y a ser mirada con más claridad, a ser descubierta por las personas con las que estoy trabajando este tipo de experiencias. Hay que tener un fin recto, hay que estar pidiéndole a Dios la experiencia de la comunicación, siempre tendríamos que comunicárselo y alguna vez quizás de la manera como nosotros queremos.

Este documento es una transcripción editada de la charla pronunciada por Juan Ruiz Naupari el 22 de octubre del 2000 en Barcelona, España.
Se agradece el trabajo de transcripción de la misma a Braulio Porcel.

 

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