FRACASO ESCOLAR
Implíquese en las actividades escolares como una manera de interesarse verdaderamente por la educación de su hijo, y que él lo pueda percibir. A la vez, le permitirá informarse sobre el proceso educativo, y lograr una intervención más acertada en el problema.
Manténgase en contacto con los profesores de su hijo, para que le indiquen los avances y retrocesos pedagógicos de su hijo, y le ayuden a detectar dónde se encuentra específicamente su problema.
Ante el fracaso escolar, no valore a su hijo sólo por las notas obtenidas en el colegio; estime también sus actitudes, esfuerzos y valores personales. No lo compare con otros compañeros. De ningún modo, le haga sentir inútil, malogrado. Evite los mensajes negativos, rescate lo positivo y motívelo para avanzar y progresar en los estudios.
Son los padres los primeros en trasmitir a los hijos la atracción por la lectura y los conocimientos en general. Por ello, sea congruente con sus exigencias, y dé ejemplo a su hijo con su práctica de la lectura e interés por las actividades culturales, compartiendo estas experiencias con él y despertando su curiosidad intelectual.
No acose a su hijo con los estudios; tenga en cuenta sus tiempos y posibilidades reales al momento de plantearle exigencias. Esto no implica, que él haga lo que quiera en el momento que quiera, sino que usted debe valorar si los objetivos de estudio que le planteará son acordes a sus posibilidades y en el plazo adecuado.
Si su hijo se enfrenta al fracaso escolar, lo primero que debe hacer es escucharlo. Preguntarle su opinión sobre lo que le sucede. Saber cuál es su percepción del problema, así como posibles soluciones, es muy importante; pues es común que nunca se los escuche, cuando son los niños los que, muchas veces, más saben sobre las causas de su fracaso; y, principalmente, las motivaciones que le faltan para progresar en sus estudios.
El tiempo libre de su hijo debe ser a la vez recreativo y productivo.
Es importante supervisar las actividades de ocio de los hijos, así como ayudar a diversificarlas y planificarlas. No permitir que sólo ocupe ese tiempo en mirar la televisión, a la vez, acompañarlo frente al televisor y compartir los programas con él, para poder comentarlos, analizarlos o simplemente disfrutarlos juntos. Esto le permitirá no sólo informarse sobre lo que mira su hijo, sino además, que ese momento no sea de soledad y aislamiento para él.
De igual manera, si está frente al ordenador observe que programas o webs que utiliza y, si puede, muéstrele usted otras más interesantes. Propóngale intercalar las actividades en lugares cerrados con otras al aire libre, ya sea deportes, paseos, excursiones, viajes, etc.
Valore sus logros educativos, por pequeños que sean. Estimule la autoconfianza en su hijo, apuntalando su autoestima. Estime las buenas intenciones, más allá de los logros concretos, aunque siga promoviendo el logro de los objetivos pedagógicos.
No realice los trabajos escolares por él. Esté a su lado y responda a sus consultas pero no termine haciéndole los deberes. Si usted no se siente capacitado para asesorarlo con las tareas escolares, se puede buscar ayuda con clases particulares; pero éstas deben finalizarse cuando se vayan logrando los resultados académicos esperados, para que su hijo pueda responder sólo a las exigencias educativas.
Concédale a su hijo la posibilidad de tomar sus propias decisiones, y asumir responsabilidades acordes a su edad.
Anímele a ser tenaz, buscar soluciones y esforzarse para superar el problema del fracaso escolar.
Decimos que se produce fracaso escolar cuando el alumno no alcanza los objetivos académicos mínimos propuestos para su nivel escolar. Puede terminar en abandono escolar, con las graves consecuencias para el desarrollo personal futuro del joven.
Las calificaciones alcanzadas por el alumno dan cuenta de que se han malogrado los estudios, y que no cuenta con los conocimientos básicos, para su nivel escolar.
Si bien es una problemática multicausal, la importancia de la familia en la prevención y abordaje de la misma es fundamental. Además del apoyo de los profesionales de la Psicología.
El papel de los padres como posibilitadores, y motivadores del desarrollo intelectual de sus hijos es de una incidencia notable. Pues, un niño que crece en un ambiente familiar de contención afectiva, donde se cotizan los valores culturales y se trasmite el interés por el conocimiento en general; donde se respeta a las instituciones educativas y se admira la función docente, es muy difícil que se presente el fracaso escolar.
La familia es el entorno donde crecen los hijos, no sólo físicamente sino también psicológica e intelectualmente. En ella se proporciona la posibilidad de vivir experiencias estimulantes para el intelecto de los hijos, desde muy corta edad y a lo largo de todo su desarrollo cognitivo.
El respeto, la confianza, y la tolerancia familiar, crean un ambiente propicio para los avatares de los aprendizajes, tanto extra escolar es como escolares.
El entusiasmo por aprender se traspasa de padres a hijos, así como el respeto por la sabiduría de las personas, entendida no como acumulación de datos en la mente, sino como formación total del individuo; como persona integral, informada y con valores éticos; con una actitud abierta a los nuevos conocimientos; y con la capacidad fundamental, pilar de todo aprendizaje, de interrogarse e interrogar, aprendiendo a aprender en forma continua.
CAUSAS DEL FRACASO ESCOLAR
A continuación señalaremos algunas de las causas, que actualmente mencionan los expertos en Psicología educativa como responsables del fracaso escolar en los niños y adolescentes:
- Problemas psicológicos:
Carencias afectivas o sobreprotección paterna; hiperactividad; inseguridad; baja autoestima; adolescentes con una familia desestructurada y falta de motivación y apoyo por parte de ésta hacia los estudios de los hijos.
- Problemas cognitivos:
No se encuentra en el estadio de desarrollo cognitivo acorde a su edad cronológica; es decir, no ha alcanzado el nivel de madurez intelectual conforme a sus años. Desajustes a nivel de las funciones de la memoria, comprensión lectora, habilidades manuales, operaciones intelectuales, lógica, organización de la percepción.
- Problemas físicos:
Enfermedades orgánicas vinculadas especialmente con las funciones de audición y vista; síntomas físicos como decaimiento, falta de energías como consecuencia de trastornos del sueño; incidencias orgánicas derivadas de una mala alimentación enfermedades crónicas que generan cansancio físico;
- Problemas pedagógicos:
Relacionados con falta o inadecuados hábitos de estudio; como por ejemplo, falta de constancia, una mala programación; y la no utilización de técnicas de aprendizaje apropiadas. Por otro lado, las dificultades vinculadas al sistema educativo en cuanto a la formación pedagógica de los profesores; programas de estudio inadecuados o mal aplicados; falta de personalización en la enseñanza por exceso de alumnos por aula; falta de actividades prácticas estimulantes.
Psicóloga Claudia Alberto Fermanelli
colegiada Nº B-1698
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