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 RELACIONES DESTRUCTIVAS: OBSESIONADAS POR EL AMOR



Marzo 05, 2013, 06:17:39 am
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RELACIONES DESTRUCTIVAS: OBSESIONADAS POR EL AMOR
« en: Marzo 05, 2013, 06:17:39 am »
RELACIONES DESTRUCTIVAS: OBSESIONADAS POR EL AMOR
Terminar con una relación destructiva es como un renacer

   
Pese a todos los inconvenientes emocionales e incluso físicos que produce amar demasiado, para muchas mujeres ésta es la única forma de hacerlo que conocen. Aprendieron de la relación de sus padres y lo imitaron en sus primeras experiencias amorosas.
Cuando amar significa sufrir, se está en el camino equivocado. Cada vez que se justifica el mal humor, la indiferencia o los desaires del hombre amado por problemas en el trabajo o de su niñez, se está amando demasiado.
No se detienen a pensar si eso es realmente amor u obsesión y les aterra tanto la idea del abandono y de la soledad que dedican toda su energía a hacerlo feliz. Esta es la misión de su vida y mientras más empeño exista en esta meta, más desgaste y menos felicidad logran para sí.

Si bien el problema de amar demasiado afecta tanto a hombres como a mujeres, la sociedad permite e incentiva que ellas sean perfectas en el hogar, madres abnegadas y buenas amantes, olvidándose de sus propios sentimientos.

Como explica la terapeuta norteamericana Robin Norwood en su libro “Las mujeres que aman demasiado” esta situación es similar a una adicción: comienza como una forma de evadir la realidad.

Según aparece en el libro, las causas de este problema se encuentran en la niñez, aunque darse cuenta de esto implica mucho dolor. Norwood explica que las mujeres que se obsesionan con un hombre presentan las siguientes características:

Hogares disfuncionales: mujeres que provienen de familias donde sus necesidades emocionales no fueron satisfechas.

Carencia afectiva: al recibir poco afecto en la infancia, la mujer trata de suplir ese déficit proporcionando afecto a hombres que, por alguna razón, parecen necesitados.

Trataron de cambiar a sus padres, pero nunca lo lograron: un hombre inaccesible y frío será para ellas un nuevo desafío, por lo que intentarán cambiarlo, y, así, recibir un poco de afecto.

Les aterra que las abandonen: hacen cualquier cosa para evitar el rompimiento, aunque esto implique dolor y sufrimiento.

Cualquier sacrificio vale la pena para ellas: si es para ayudarlo a él y para hacerlo feliz.

Están dispuestas a esperar y a conservar esperanzas: esto, porque se trata de personas acostumbradas a la falta de amor.

Se echan toda la culpa de los fracasos: asumen que si no funcionó se debió en gran parte a su culpa y no a la de él.

Baja autoestima: creen no merecer la felicidad. Piensan que deben esforzarse para ser amadas y que nadie las puede amar simplemente por lo que son.

Necesitan desesperadamente controlar al otro: debido a la poca seguridad que experimentaron en la niñez.

Tienen mucha paciencia: todas sus relaciones se basan en lo feliz que podría ser y no en lo que son en realidad.

Son adictas a los hombres y al dolor emocional: es probable que estén dispuestas a volverse adictas a las drogas, al alcohol o a ciertas comidas, en especial a los dulces.

Se involucran en situaciones caóticas, inciertas y emocionalmente dolorosas: se sienten atraídas por personas que tienen problemas por resolver, con lo que evitan responsabilizarse de sus propios problemas.

Es posible que estas mujeres tengan tendencia a sufrir episodios depresivos: los que tratan de prevenir a través de la excitación que produce una relación inestable.

No les atraen los hombres amables, estables, confiables que se interesan en ella: le parecen aburridos.

HAMBRE DE AMOR
Puede pasarle a mujeres que son exitosas en varios planos de su vida, pero estos logros no son suficientes para ser felices y buscan satisfacer la falta afectiva a través de un hombre. Se pueden definir como personas que están tan hambrientas que terminan saciando su hambre con cualquier cosa.

Esta situación se puede ejemplificar mediante uno de los testimonios que aparece en el libro: “cuando el sacrificio propio siempre había sido mi patrón de vida, no habría sabido quién era yo sin alguien a quien ayudar o algún sufrimiento que soportar”. Este sentimiento es algo que puede pasar inadvertido y mantener a la mujer en un estado inerte, casi sin vida, por mucho tiempo.

Y como sentirse necesitada es el ideal de vida de los que aman demasiado, un otro honesto, amable y cariñoso, no les parecerá atractivo, porque no implica un desafío para ellas, por eso buscan a un hombre “necesitado”.

Como explica la ginecóloga y especialista en sexualidad Elena Sepúlveda, las mujeres dejan de preocuparse de sí mismas, lo que se refleja en su apariencia física. Algunos ejemplos son:

Las mujeres dejan de maquillarse, peinarse y perfumarse; visten ropa suelta, con un look desaliñado y muy poco atractivo. Las prendas más representativas de su armario son las polleras largas y las blusas anchas.
No acuden al cine, al teatro ni a eventos sociales.
Su única preocupación es el hogar, los hijos y su marido o la pareja.
Sus labores preferidas -a las que enfoca toda su energía-, son: el aseo del hogar, preparar las comidas y hacer las compras.
El hecho de no tener ninguna relación amorosa -es decir, estar sola- es para ellas algo peor que el sufrimiento que produce esta situación, porque estar sola significa sentir un despertar del gran dolor del pasado combinado con el del presente.

CÓMO ROMPER EL CÍRCULO VICIOSO
Un hecho alentador es que la mayoría de estas mujeres logran encontrar un nuevo camino a seguir y, así, escapar de esta situación tan angustiante. Lo dramático es que pueden pasar años de sufrimiento y frustración hasta que se den cuenta.

Las mujeres que rompen con el círculo vicioso de las relaciones destructivas lo hacen por diversas razones:

No aguantan más y deciden acercarse a una amiga o a un terapeuta que las ayuda a ver la luz.
Terminan con un hombre que las ha violentado sicológica y/o físicamente, porque recurren a alguna institución de ayuda a mujeres agredidas.
El hombre, al que nunca pudieron cambiar, encontró a otra mujer y la abandonó. Aunque parezca terrible, esta situación es positiva, porque deja a la mujer libre para comenzar una nueva vida. Pero, la idea es que el dolor de la separación le ayude a darse cuenta de su situación y no a volver a buscar a otro hombre “necesitado”.
Para las mujeres que tienen cierta independencia económica, la opción es escapar del lado de este hombre y vivir una nueva vida, que aunque será solitaria en el comienzo, lo más probable es que sea mucho más grata que la anterior. Además, si existen los hijos, la mujer podrá dedicarse a ellos, sanarse y así prepararse para conocer al hombre indicado.
Lo ideal es que la mujer se acerque a una persona que la pueda ayudar a salir de esta situación. Existen una serie de organismos que prestan ayuda sicológica a mujeres, lo importante es que ellas se acerquen a estos lugares, o a una amiga o a quien sea, para romper con todo y volver a nacer.

Fuente: Dra. Elena Sepúlveda, ginecóloga, sexóloga y coordinadora académica del Diplomado de Sexualidad y Afectividad de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de Santiago de Chile.
Fuente: “Mujeres que Aman Demasiado”, de Robin Norwood, Javier Vergara Editor, Grupo Z, cuarta edición, 1999.


 

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