LO QUE NO ME GUSTA DEL OTRO, UNA HERRAMIENTA PARA EVOLUCIONAR
Muchas veces me comparten comentarios o quejas acerca de lo que no les gusta de sus ex, o de su pareja actual, o de su madre, de su padre, de los hijos, la suegra, ¡o el presidente! Perciben muchos defectos. A veces me preguntan si eso que ven en ellos está también en ustedes, y la respuesta es sí, pues si te molesta, es que eso está en ti. Entonces, cada aspecto que no te guste de algún OTRO en el afuera y que te produzca rechazo, intolerancia, negación, puedes utilizarlo y puedes abrirte para ver eso mismo en ti. Como siempre digo, apunta ese dedo que juzga lo externo, hacia ti, y si no lo ves aún, mantén la intención de, en algún momento, verlo, sentirlo y hacer el ¡click! En realidad, si no nos adueñamos ni nos hacemos cargo de lo que sentimos y siempre lo estamos poniendo y proyectando en el afuera, no vamos a madurar, no vamos a salir de ese lugar de víctimas en el que nos colocamos al percibir las cosas de ese modo.
Tienes que ir adentro en tu sentir y encontrar allí eso que percibes que está mal afuera, esa superioridad en la que te ubicas y que te lleva a juzgarlo como malo y proyectarle el rechazo o el NO permanentemente. Comienza a adueñarte de eso, desprendiéndote de los juicios. No quiere decir que te vayas a quedar con esa persona, no quiere decir que tengas que convivir con esa persona, pero es necesario sanar el juicio, ya que aquello que rechazas, está en ti, es un reflejo magnificado en ese espejo frente a ti, está en tu interior, pero está siendo ignorado. Hacer eso es sanarte a ti misma.
Si me estás preguntando esto, si estás leyendo o escuchando esto, me indica que estás lista para un paso más de crecimiento en responsabilidad. Por supuesto que puedes ver ese aspecto en el otro, puedes hacer observaciones, pero si hay juicios, si hay una carga y eso transforma a esa persona en menos, entonces eso está dentro de ti. Donde sea que hay una carga en tu sentir, puedes estar segura que eso está en ti, ya no es una observación sino una proyección. Entonces, mueve todo lo que sientes con eso hasta que solo quede amor. ¡Si no, crearás a tu ex o a tu madre o a quien sea, en todas partes!
Todos buscamos el amor incondicional, pero en realidad le tenemos miedo y preferimos estar apuntando, afuera, a aquellas cosas que no nos gustan y nos hacen sentir mal. Elegimos relaciones plagadas de manipulaciones y frustraciones, porque tenemos la idea de que podemos ser abandonados.
O nos decimos, “Oh, mejor no voy a amar mucho, porque me acuerdo de una vez que me hirieron”. Y recordamos todas las frustraciones de nuestra niñez. Para mí era mi miedo al abandono, que venía porque yo creía que mi madre natural me había abandonado. Siempre me estaba escapando del amor, porque pensaba que no lo merecía.
Y esos surcos de separación que creamos para poder tener nuestra experiencia humana nos hacen buscar el amor afuera, y eso siempre es frustrante. Y pensamos que no merecemos amor. Pensamos que no podemos confiar en él. Pensamos que nos tenemos que proteger de él, porque nos hace sentir vulnerables. Siempre nos estamos protegiendo.
Pero el amor real - el amor incondicional – está adentro, se encuentra en el ser. En simplemente estar con nosotros mismos. Y esa es una de las cosas más difíciles de hacer para nosotros, porque nuestro intelecto nos dice que nuestro amor y nuestra satisfacción están afuera.
El amor verdadero simplemente da, y da sin expectativas, carece de resentimiento. No tiene un precio, no controla. Pero tiene que venir del ser. Tienes que brindarte ese amor a ti misma antes de poder brindárselo a otros. No importa lo agradable que seas como persona, es imposible que ames a nadie incondicionalmente mientras no te ames a ti misma incondicionalmente.
Yo solía ser una “buena persona espiritual”, y solía abandonarme en todo tratando de amar al resto del mundo. Pero a mí misma, yo no me amaba. Así es que cuando comencé a sanar y vi lo que había estado haciendo conmigo misma, lloré. Realmente quedé impactada de lo mucho que me había lastimado. Lo buena que había sido con todos los demás, pero lo mucho que me había herido a mí misma.
Y todos tenemos la tendencia a hacer eso, especialmente las mujeres. Aunque los hombres también lo hacen. Y lo único que necesitamos es poder verlo, y ser amorosos.
El amor condicional nunca podrá estar a la altura del amor que habita permanentemente en tu corazón. Así que vuelve a tu corazón, instálate en ese amor, y deja que ese amor verdadero se mueva hacia afuera, sin miedo, en su fluir natural: DAR.
Fuente:
http://ishanoshabla.blog.terra.com.mx/2011/09/22/lo-que-no-me-gusta-del-otro-una-herramienta-para-evolucionar/Sitio web de Isha:
http://www.isha.com/