CÓMO CAMBIAR EL MUNDO
Elvira López del Prado
Una de las primeras cosas con las que nos encontramos cuando despertamos por primera vez a este mundo espiritual, es el CONFLICTO. El conflicto con el mundo en que vivimos, el mundo que queremos y el mundo que ES.
Esa fue una de las primeras cosas con las que yo me enfrenté desde el principio: ¿Qué hago: acepto este mundo tal cual es o lo cambio?
A estas alturas ya tengo mis respuestas, pero esto que escribo va dirigido a aquellos que aún las andan buscando, por si les resuena mi descubrimiento.
Quien me lee sabe que no creo que el cambio de nada sea responsabilidad de los de “arriba” (políticos, multinacionales, farmacéuticas, ejércitos, Iglesias, etc.), sino de los de “abajo”, entre los que me encuentro.
Creer que el cambio está en manos de ellos es una falsa creencia que nos genera frustración y estancamiento.
El cambio no se genera con una gran y espectacular transformación, sino con humildes y, a veces, casi imperceptibles transformaciones individuales.
Yo sola no voy a mover una montaña, pero puedo apartar las piedras que me corresponden.
Cada vida de cada individuo puede parecer pequeña e insignificante vista de forma individual, pero ¿sabes qué?, que parte de la vida en este planeta (y digo parte, porque el reino humano es solo una parte de la vida en el planeta) está formada por la suma de todas y cada una de esas “diminutas” vidas.
Si cada uno de nosotros como individuos nos responsabilizáramos con consciencia de apartar las piedras que nos corresponden… en una sola generación habríamos movido entre todos la montaña.
Los romanos conquistaron imperios con su lema: “Divide y vencerás”, es así de sencillo… cada vez que nos dividimos entre nosotros creando la ilusión de la separación… nos debilitamos dejando que el MIEDO entre sin aviso… Cada vez que nos unimos en AMOR, el miedo se disipa y nos hacemos fuertes.
Sí, en el mundo hay tragedias, injusticias, calamidades, seres humanos con mucho miedo y poca consciencia…sí, los hay, lo vemos todos. Pero también hay bondad, amor, gratitud, gozo, felicidad y seres humanos excepcionales con una gran capacidad de amar, sin miedo y con mucha compasión que saben por dónde empezar el trabajo de transformación de la consciencia humana.
No se trata de negar lo que no está en equilibrio con La Fuente, sino de centrarse en hacer crecer y florecer aquello que sí está en equilibrio con la Fuente y con nosotros mismos… pasito a pasito.
Mientras dura el proceso de transformación de nuestras consciencias (evolución) seguirán sucediendo hechos que nos conmuevan y nos afecten profundamente; como he dicho antes, este cambio no va a suceder de un día para otro, pero no nos quedemos apegados al sufrimiento de vivir en un mundo “injusto”, seamos observadores y enfoquemos nuestra atención, intención y propósito en aquello que queremos que florezca.
Entrecomillo el concepto de “mundo injusto” porque el mundo es perfectamente justo en cada instante… todo tiene un propósito, que se transforma al transformar la consciencia colectiva.
Cuando te quedas estancado e identificándote con el sufrimiento del mundo, te quedas atrapado en esa frecuencia vibratoria de sufrimiento (ojo, hablo de sufrimiento, no de dolor, el dolor es natural en el ser humano, el sufrimiento no, es una creación mental provocada por el rechazo al dolor).
En cambio, si la observas, sin identificarte, sin entrar en el drama, respetando la perfección de ese momento, en esa vibración, es cuando tienes la opción de elegir entre el drama o entre enfocarte en co-crear el mundo que quieres, y por tanto de favorecer el cambio a una frecuencia mas alta.
Como ves, la transformación se produce cuando nos volvemos conscientes y por tanto dueños de nuestras realidades.
NO ES LO QUE VEMOS, SINO CÓMO LO VEMOS.
Todos podemos estar viendo una misma situación y sin embargo estar percibiendo cosas muy distintas, todo dependerá del grado de consciencia que cada uno tenga… y la consciencia es como un músculo: se expande o se contrae en tanto en cuanto la ejercites.
Para que quede bien claro, ¿a qué me refiero cuando hablo de “piedras”?, las piedras son tus desafíos cotidianos, esos que te hacen la vida mas difícil, y que cuando los superas te convierten en un mejor tú.
Muchas veces, cuesta mucho esfuerzo trascender una pequeña piedra en nuestro interior, y nos puede parecer que casi no hemos avanzado nada dentro…pero ese pequeño paso en tu interior se manifiesta en cinco pasos en tu exterior.
No transformaremos el mundo mediante la LUCHA contra nada (y cuando digo mundo, hablo del reino humano únicamente, el resto de reinos la única transformación que necesitan es la nuestra), sino mediante la FLEXIBILIDAD, LA ACEPTACIÓN, el ir a favor de lo que quieres y no en contra de lo que no quieres.
¿Estás dispuesto a transformar el mundo mediante tu propia transformación?
GHB - Información difundida por
http://hermandadblanca.org/
