EL PODER DE LAS PALABRAS
Por Jossie Del Valle
La forma más usual de expresar un estado de ánimo es a través de las palabas.
Una palabra tiene potente fuerza capaz de sanar o de hundir, a veces no se tiene conciencia de el alcance de las palabras , pueden contener valiosos mensajes de aliento y animo cuando alguien perdió la esperanza y vive sin expectativas , puede ser también la mejor aliada para infundir valor y confianza cuando alguien se siente temeroso y con una crisis de autoestima, pueden ser una magnifica forma de expresar a alguien que le acompañamos en su pena, como pasa cuando ha partido un ser querido y damos ese apoyo para hacer sentir al afectado que no esta solo, que estamos para lo que necesite.
El poder de las palabras es inmenso y sus repercusiones también lo son.
Las palabras pueden ser una poderosa arma capaz de causar destrucción y dolor cuando transmiten sentimientos como el odio, la ira, la avaricia, el rencor, la intolerancia, la prepotencia, el discrimen.
Ofender, lastimar, mentir, acusar sin pruebas, criticar destructivamente, juzgar a los demás, todo ello se canaliza mediante el contenido de la palabra. Las consecuencias podrían ser muy graves, se rompen relaciones de pareja, se rompen lazos familiares, se alejan seres que una vez se quisieron, se hacen enemigos quienes fueron en su momento buenos amigos, y más terrible aún, si dos países no logran llegar a acuerdos satisfactorios las palabras pueden ser el preámbulo de la guerra. Tristemente sucede aún con quienes suponemos existen unos vínculos permanente, entre parejas, entre padres e hijos. Quien ataca a través de un mensaje se hace daño a si mismo, afecta su calidad de energía y expone a su alma a una hundirse en obscuridad espiritual.
!Cuánto maltrato se lanza por medio de la palabra¡ !Cuánto se subestima!
Nadie tiene derecho a hacer sentir a alguien inferior o incapaz.
Es muy importante desarrollar tolerancia y comprensión, cada cual tiene sus propios talentos y sus habilidades.
Antes de hacer daño con la palabra, pongámonos en el lugar de la otra persona y además intentemos serenar nuestro ánimo, no permitir decirlas en medio del enojo o de un mal momento.
Cuando las personas regresan a su paz se calman y hay más probabilidad de que el mensaje sea diferente.
El perdón honra a quien lo regala aun siendo victima de palabras hirientes, pero que maravilloso seria si el amor incondicional prevaleciera siempre en nuestras vidas, que por muy complicado que sean las relaciones humanas seamos capaces de que la armonía entre las personas fuera quien tuviera la última palabra.
Empecemos con una simple tarea, cuando el enojo ande rondando nuestras mentes, antes de decir algo contemos hasta diez, si no basta hasta veinte, respiremos hondo, dejemos que el silencio calme y nos serene, si aun estamos muy incomodos, apartémonos unos instantes, pongamos nuestra atención en algo diferente, quizás un libro, la música, o simplemente salir y buscar un parque, un área verde rodeados de naturaleza donde podamos ir recobrando una sensación agradable y positiva y cuando el tiempo haya realizado su labor reparadora entonces tengamos un intercambio de ideas, un dialogo positivo, y respetuoso así habremos obrado de una manera coherente con nuestros principios mas esenciales de personas en evolución espiritual, no tendremos razones para arrepentirnos, y permitiremos que la paz y las buenas energías que viven en nuestro corazón vibren y fluyan en el Universo.
Namasté.
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