KUNDALINI:
Es la fuerza vital del cuerpo. En la mitología oriental, el Kindalini se representa como la imagen de una serpiente enrrollada en espiral en la base e la columna vertebral. Cuando esta fuerza se libera o se despierta asciende por las diferentes Chakras y hace que una persona conozca lo esotérico, despierta la clarividencia, la telepatía y ola psicometría; permite vivir entre dos mundos y trasladarse d uno al otro.
El Kundalini es peligroso y no debe intentar despertárselo sin la supervisión adecuada de un Adepto. Si se despierta al kundalini sin asesoramiento de un maestro se pueden cometer una serie de errores que lleven al iniciado incluso a la locura. Quien despierta el Kundalini se hace más consciente de sí mismo y podría teoricamente dominar a los demás. Pero cuando se ha despertado se pierde el deseo de dominación en provecho propio, de hecho se pierde el deseo, la base de la búsqueda del poder.
La fuerza del Kundalini comienza a mitad de camino entre el órgano de la generación y el de la secreción. De ahí que al despertar esta fuerza primero pasará por los órganos sexuales, produciendo un renacimiento o exacerbación de los mismos. No es sino una fuerza más en esa ascensión del Kundalini que deberá pasar por los chakras generando diferentes estados mentales y emocionales.
El mito de Adán y Eva y de la serpiente en el paraíso es un mito iniciático. El despertar de la Kundalini. Eva lo mismo que María es la representación de la fuerza femenina del universo, Adán o Cristo representan l fuerza masculina, la manzana el conocimiento y la serpiente la Kundalini.
El Kundalini Yoga:
Esta práctica antiquísima, busca equilibrar cuerpo, mente y espíritu y para ello persigue despertar la kundalini que reside en cada uno de nosotros. A través de este tipo de Yoga, se intenta equilibrar las energías de los distintos Chakras hasta que la Kundalini pueda fluir libremente, transformando por completo a la persona que lo practica.
Así, el primer Chakra, situado bajo el hueso sacro, tiene que ver con el deseo de cosas materiales, con lo que nos proporciona seguridad física en este mundo que vivimos. El segundo Chakra, bajo el ombligo, nos habla de emociones y de energía creativa. En el plexo solar, encima del ombligo, encontramos el tercer Chakra, encargado de nuestra voluntad y energía para sacar nuestros proyectos adelante. El cuarto Chakra está en medio del pecho, cerca del corazón, y representa el amor, la compasión, el perdón. En la garganta está nuestro quinto Chakra, ocupándose de nuestra comunicación con los demás. El sexto Chakra, en el entrecejo, guarda el poder de nuestra mente: la imaginación, la capacidad de análisis, los presentimientos… El séptimo Chakra, que se alza en nuestra coronilla, en la parte más alta de nuestra cabeza e integra a todos los anteriores, nos conecta directamente con el mundo espiritual por medio de nuestra fe.