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 DESARROLLO MENTAL Y EMOCIONAL DE UN BEBÉ



Julio 11, 2013, 05:43:41 am
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Desconectado Francisco de Sales

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DESARROLLO MENTAL Y EMOCIONAL DE UN BEBÉ
« en: Julio 11, 2013, 05:43:41 am »
DESARROLLO MENTAL DE BEBÉ
Las seis etapas iniciales enunciadas por Piaget
   


Tu bebé viene a un mundo terriblemente confuso, lleno de estímulos de todos tipos, muy distinto a su cómodo paraíso intrauterino, donde todo era tenue y sutil.

En sus primeras semanas, el bebé tiene que comenzar a encontrar un poco de orden en este caos, a distinguir entre los distintos estímulos y a familiarizarse con ellos. Mientras él hace esto, su cerebro va estableciendo conexiones entre sus neuronas y aprendiendo. Y por cierto, aprende muy rápidamente.

Según el eminente psicólogo suizo Jean Piaget, en los dos primeros años de vida el niño aprende gracias a su inteligencia sensomotora, un constante proceso de exploración de su entorno, durante el cual el pequeño prueba diversas soluciones para ver si funcionan, en un verdadero sistema de prueba y error, ayudado por dos facultades cerebrales básicas: la asimilación, que le permite adquirir cada vez más datos y experiencia, y la acomodación, gracias a la cual adapta sus respuestas a un mundo cada vez más vasto.

Piaget distingue seis etapas sensomotoras en este proceso elemental de aprendizaje, que ilustra el desarrollo mental de los niños.

Primera etapa
En el primer mes de vida, el bebé no tiene un control consciente sobre sus actos, sino que reacciona por reflejo. Sin embargo, al cabo de una semana, ya será capaz de reconocer tu voz, y de responder a tus tonos. A las dos semanas, dará señales de reconocerte, lo cual, seguramente, te hará muy feliz.

Segunda etapa
Del primero al cuarto mes de vida, tu bebé consigue repetir a voluntad ciertos actos reflejos, como succionar y asir objetos con la mano. Ya es capaz de sonreír, voltea en dirección a los sonidos y observa todo con gran interés. Se vuelve consciente de su cuerpo, y moverá las manos, mirándolas maravillado.

Tercera etapa
Del cuarto al octavo mes, tu bebé repite las respuestas que va aprendiendo, como golpear un juguete para que haga ruido. En este momento se despierta su curiosidad por todas las cosas. También reconoce objetos familiares, y será capaz de reconocer las rutinas, por ejemplo, cuando vas a darle de comer.

A los seis meses hará ruiditos para llamar tu atención, y le “hablará” a su propia imagen en el espejo. Es conveniente que le enseñes esta imagen al tiempo que dices su nombre, para que él o ella vaya adquiriendo consciencia de su propia identidad. A los siete meses, ya comenzará a entender el significado de palabras sencillas, como “no”, y su memoria comienza a desarrollarse.

Cuarta etapa
Del octavo al doceavo mes, ya es capaz de imitar actos simples, como caras y gestos, y provocar esta especie de juego para que tú le respondas. Reconocerá su nombre y a las personas cercanas, recordará las rutinas, y aprender “gracias”. Es que su memoria ha dado un gran salto hacia delante. También rechazará lo que no le gusta apartando la cabeza.

En esta etapa, disfrutan mucho jugando a las escondidas: tápalo y pregunta: “¿dónde está (su nombre)?” El o ella bajará el trapo para mostrarse. Aquí, habrá aprendido que las cosas y las personas están ahí, aunque no pueda verlas. Otra cosa que se desarrollará es su sentido del humor, su interés por los dibujos de los libros, y su comprensión de conceptos como aquí y allá, dentro y fuera, arriba y abajo.

Quinta etapa
Entre el primer año y el año y medio, comienza a resolver problemas, es decir, ya tiene un razonamiento básico. Prueba varias soluciones, aunque todavía no puede dilucidar cuáles funcionan o cuáles no antes de probarlas, es decir, no cuenta con un razonamiento lógico o deductivo.

Dará besos y dirá algunas palabras. Recogerá un juguete y te lo dará, y hasta es posible que reconozca tu rostro y el de su papá en una fotografía. También comenzará a comprender preguntas simples.

Sexta etapa
De los 18 a los 24 meses, da comienzo el inicio de la inteligencia representativa, es decir, en vez de usar la prueba y error, el pequeño comienza a pensar y se vuelve más selectivo en cuanto a las soluciones que intenta.

A partir de aquí, su desarrollo mental avanzará a pasos agigantados. Pronto comenzará a hablar, a resolver problemas mentalmente, a usar su imaginación y su creatividad para jugar, a inventar ficciones, a captar la diferencia entre ayer y mañana, y a familiarizarse con conceptos abstractos.

Enviado por Joseline Pérez

Desarrollo emocional en el bebé
Las primeras reacciones y sentimientos ante las cosas del mundo
Archivado en Bebés, Psicología
   
Los bebés vienen a este mundo equipados con un paquete de sentimientos básicos: los sabores y los olores dulces les gustan, así como las caricias y el acto de comer; en cambio, hay cosas que no les gustan, como el calor o el frío, los sabores amargos, los olores ácidos… ellos responden a estos estímulos con llanto o con calma, pero estas reacciones difícilmente pueden calificarse como emocionales.

Un poco más adelante, lloran cuando se sienten solos, lo cual ya indica un cierto despertar emocional. Sin embargo, las verdaderas emociones, o sentimientos emotivos, que involucran una interacción de las sensaciones corporales y la experiencia (es decir, la memoria que los vincula), suelen aparecer después del octavo mes de vida, cuando el bebé tiene una dinámica más activa con el mundo y las personas que lo rodean.

En ese momento, tu bebé puede comenzar a relacionar las causas con los efectos, como sentirse frustrado cuando no le das algo que quiere, o alegre y seguro cuando lo estrechas en tus brazos.

Aproximadamente al año y medio de edad, el cerebro y el sistema nervioso de tu hijo o hija ya están lo bastante desarrollados como para que empiece a manifestar las emociones complejas que son típicas de los adultos. Siente orgullo, vergüenza, amor, culpabilidad, incluso envidia y celos; todas estas emociones deberían conducirle hacia la autodisciplina, el control de sus propias emociones, y a tomar, en una palabra, las riendas de su vida.

Deberíamos, pero muchas veces, no enseñamos a los niños a controlar sus emociones, y éstas llegan a dominarlos, haciéndolos infelices durante toda su vida adulta.

Factores como la sobreprotección o la indiferencia, el exigirles más de lo que pueden dar, el no demostrarles cariño y confianza, y el no disciplinarlos a tiempo, pueden dejar estragos irreversibles en las delicadas fibras emocionales de los niños, especialmente entre los dos y los siete años de edad, que es cuando se sientan las bases de toda su vida emocional futura.


DESARROLLO DEL CARÁCTER DEL BEBÉ

Las primeras manifestaciones del temperamento del bebé
   
La sensibilidad y la excitabilidad del sistema nervioso de tu hijo o hija influyen decisivamente en su personalidad. Tradicionalmente, se distinguen tres tipos de temperamentos en los niños: difícil, tranquilo o lento en reaccionar, y fácil; sin embargo, se ha descubierto que estos tres temperamentos básicos pueden traslaparse y presentarse en forma distinta según las situaciones.

Los niños de temperamento difícil suelen ser hiperactivos: es misión imposible mantenerlos quietos y entretenidos más de diez minutos seguidos. Reaccionan inmediatamente a todo tipo de estímulo, y con frecuencia suelen llorar y gritar a pulmón herido. Son inconstantes para comer, dormir y despertar; se frustran con gran facilidad, y no les gusta que los toquen.

¿Sabías que…?
Es necesario predicar con el ejemplo. No puedes pedir a tu hijo o hija que haga lo que tú no haces, por ejemplo, perder la calma cuando se enfrenta a una situación difícil, o descontrolarse cuando pierde los estribos.
En contraste, los niños tranquilos, o lentos en reaccionar, suelen ser retraídos, incluso un poco indiferentes. De hecho, hacen tan pocas exigencias, que desconciertan a sus papás, y como son tan poco expresivos, no siempre es fácil entenderlos.

Finalmente, los niños fáciles son, afortunadamente, la mayoría. Por lo común están de buen humor, se adaptan a las rutinas y a las situaciones, y casi siempre responden positivamente a los estímulos, a la gente y a las circunstancias.

Desde luego, aunque los expertos piensan que los bebés nacen ya con un patrón de conducta, es posible ayudarlos a modificarlo, ya que, en muchos sentidos, son como los proverbiales “libros en blanco”.

Recomendaciones para que ti hijo o hija desarrolle un buen carácter
- Estimula su creatividad con colores, sonidos, texturas, formas, movimientos. Un niño creativo es siempre un niño feliz, que tendrá muchos intereses. Enséñale libros, cuéntale cuentos, haz que libere su imaginación.

- Estimula su curiosidad. No frenes su natural curiosidad; limítate a guiarla para que no se ponga en riesgo.

- Ayúdale a sobreponerse a la frustración. La baja resistencia a la frustración es fuente de graves problemas, que pueden llegar al alcoholismo o a la drogadicción.

- Interactúa con él o con ella. Jueguen, salgan de paseo, realicen actividades juntos. Esto le dará la seguridad y la estabilidad emocional que necesita.

- Demuéstrale que es importante para ti. Tú eres su primer amor, y recibe de ti las primeras lecciones de cariño y seguridad. Si él o ella siente que lo rechazas, que no te importa, o se siente abandonado, reaccionará con agresividad, o bien con introspección.

- Proporciónenle un hogar seguro e integrado. En muchos sentidos, el buen o mal carácter de un niño es el reflejo de su mundo inmediato, es decir, de la situación emocional que impera en casa.

Enviado por Ursula Portales

 

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