¿QUÉ BENEFICIOS NOS DA EL ACEPTAR?
Aceptar es saber recibir a las demás personas o hechos sin emitir juicio alguno.
Aceptar es no manipular a las personas para bien propio.
La aceptación nos aporta múltiples beneficios: mejora la comunicación y las relaciones, nuestra comprensión de los demás, reconocemos a los otros como nuestros maestros para el cambio, nos aporta felicidad y nos aleja del estrés, ansiedad y depresión y nos hacemos responsables de nosotros mismos sin querer controlar a los demás.
Cuando hay total aceptación vemos a las personas tal y como son, desde su esencia, sin querer cambiar nada. Desde su libertad y su libre albedrío.
Toda persona es perfecta en esencia, de corazón, lo que quizás no son tan puros son sus actos. Si percibimos a la persona desde la aceptación, la vemos desde su pureza y esos actos no tan agradecidos se caerán por su propio peso, tornándose en amor genuino.
Estamos educados desde niños a poseer. A querer manipular emocionalmente la vida de los demás para bien propio. Un quiebre muy evidente en nuestra sociedad nace desde el estamento familiar. Los padres creen poseer a sus hijos. Esto hace que en aras de una buena educación se coarte el desarrollo emocional del niño, forjándose emocionalmente a creer que el amor no es más que apego y materialismo. Mi hijo es mío.
Cuando nos hacemos mayores extrapolamos esta idea con nuestros hijos, pareja, amigos y demás haciendo que sea una cadena sin fin. Todos siendo hijos o aprendices, tanto en la familia como en la escuela, debemos aceptar que nos educaron como mejor supieron.
BENEFICIOS DE LA ACEPTACIÓN
Mejora la comunicación y la sintonía entre las personas
Cuando se acepta al otro tal y como es, la comunicación entre ambos aflora. Es tan mágico como real. Desde la aceptación propia y la de los demás, se puede producir la sintonía perfecta entre las personas.
- Aumenta la comprensión de los demás y mejora las relaciones.
Cuando se acepta se comprende tal y como es al prójimo, y desde ese acercamiento es cuando se puede dar el cambio y mejorar las relaciones. Muchas veces el cambio ocurre en la persona de enfrente, a veces en los dos, pero curiosamente, la mayoría de veces hay un cambio en la persona que acepta. Y aquí es donde se hace grande el dicho que dice: Nada ha cambiado, yo he cambiado, todo ha cambiado.
Reconocemos a los demás como nuestros maestros del cambio
En esta vida cada persona nos hace de espejo para que nos miremos en ella. Lo que nos muestra es lo que tenemos que cambiar de nosotros mismos. Cuanto más intensamente duele, más cambio es necesario. Resulta paradójico que nos moleste, nos hiera y al final, hasta puede que tengamos rencor de las personas que son nuestros “maestros” del cambio.
Padecemos menos estrés, ansiedad o depresión
Todos hemos venido aquí a aprender, aprender es crecer, y crecer es progresar. El miedo muchas veces paraliza el cambio necesario y se disfraza de arrogancia y testarudez, haciendo que no tengamos evolución en nuestro despertar emocional y espiritual, y quedándonos satisfechos en nuestro propio gozo como burros con orejeras.
Cuando no hay aceptación la persona se cree superior a la otra y eso no es más que un maquillaje de su baja autoestima por lo tanto viviendo en plena aceptación no caben ansiedades, estrés o depresiones.
Aprendemos que no todo está bajo nuestro control
Cada persona tiene el límite de su responsabilidad en su propio Ser. Es de vital importancia aceptar que no todo está bajo nuestro control, que no se puede controlar lo externo a la propia persona, ya sea material o inmaterial, divino o pagano, político o económico.
Entendemos las diferencias entre resignación y aceptación
Muy importante es no confundir la aceptación con la resignación. Resignarse es cuando una persona se disfraza de víctima, en estado de sumisión. Resignarse no es ver la esencia de la otra persona, sino quedarse en la superficie, es un estado de carencia, de involución, que desemboca en frustración e infelicidad.
http://www.tobeefree.com/que-beneficios-nos-da-el-aceptar/