LOS CELOS Y EL AMOR
Los celos representan un sentimiento negativo que se apodera de un ser cuando se siente en minusvalía.
Al final es un problema de baja estima y de ego muy grande.
El celoso cree que tiene una posesión, que el otro le pertenece en cuerpo y alma, y que tienen derecho a reclamar ese bien a cualquier precio, incluso llegando a matar.
Es una especie de locura que demuestra la falta de perspectiva de un ser humano, porque considera puede obligar al otro a amarlo y eso es un absurdo.
Cuando nos dejan por cualquier razón, debemos dar libertad al otro, porque eso significa amar.
Soltarlo, dejarlo libre es una demostración de amor y respeto.
Las rupturas ocurren a diario. Las personas sienten que no valen nada cuando los abandonan por cualquier circunstancia.
Una de ellas podría ser porque se percatan que ya no hay amor, porque están ilusionados por otra pareja, o, simplemente, no desean compartir más la vida con alguien.
Cualquier motivo es válido para reclamar la libertad a decidir, a elegir y el abandonado, debe aceptarlo porque nadie le pertenece. No somos objetos propiedad de alguien. Este el primer aprendizaje que debemos tener desde pequeños.
En cualquier unión, uno de los integrantes puede amanecer un día, con ganas de estar solo, de seguir un camino sin compañero.
Debemos estar preparados para ello, especialmente si hay problemas de convivencia. No tenerlos, tampoco es signo de felicidad mutua porque muchas veces, la persona a quien dejan es la última en enterarse que su pareja no la quería, porque hubo un ocultamiento perverso de los sentimientos reales. Así que nada es seguro. No podemos tener la certeza absoluta del amor total, porque las palabras o el comportamiento de la otra persona pueden ser fingidos.
No tener expectativas, ni apegos es el punto clave para evitar el dolor o sufrimiento desmedido por una ruptura.
Todo cambia, nada es estable, este es un principio que debemos tener presente.
Nada es para siempre, ni las relaciones, ni los bienes materiales. Los amores, la atención especial pueden desvanecerse, porque pueden estar basadas en ilusiones y no en razones.
Algunas veces, se toma a la ligera un compromiso. No hay responsabilidad, ni deseos reales de echar raíces, de evolucionar o crecer juntos, por una inmadurez marcada, ya que solamente se desea satisfacer necesidades egoístas, sin percatarse del otro.
Una relación que comience sin piso terminará desmoronándose porque uno de los dos no tuvo la conciencia del otro. Por eso, debemos razonar mucho y ver las posibles consecuencias de una relación, antes de enamorarnos y perder la cabeza.
Cuando lo hacemos a primera vista, sin lógica, estamos actuando torpemente, al quitamos la venda, ocurre la catástrofe… allí nos percatamos que era la persona incorrecta.
Por lo tanto, amar es un hecho racional, responsable. Por ello, debemos construir el amor con una persona que tenga aspectos afines con nosotros, y no enamorarnos a primera vista, sin pasar por el filtro de la lógica.
Esto es lo que causa tantas rupturas y sufrimientos entre las parejas.
Reflexionemos si esa persona quien nos está gustando corresponde a lo que deseamos para el futuro, si somos capaces de aceptar los aspectos negativos que tiene, ya que con eso vamos a convivir.
Antes de ver qué cosas positivas tiene, debemos revisar lo que nos separa, lo que no nos gusta. De esa manera estaremos seguros que con esos aspectos podemos convivir.
Cambiar la personalidad de alguien es imposible.
Por otra parte, los celos corroen, es un ácido negro, irracional que nos lleva a actuaciones que pueden ser desastrosas, como la venganza, con las consecuencias que ella conlleva.
Vengarse implica hacer daño al otro, bien sea injuriando, quitándole bienes materiales, maltratándolo física, psicológicamente, incluso arrebatando su vida y arruinando la propia. Los asesinatos por celos marcan huellas en las familias, en los hijos, si los hubiere. Es la máxima expresión de la intolerancia, de la posesión mal sana, del apego a lo material que es el cuerpo, es una falta de amor.
Ningún celoso, obsesionado, agresivo, demuestra amor, todo lo contrario, es una señal de desamor.
Nadie que ame a otro es capaz de hacerle daño.
Mujeres y hombres deben percatarse de la personalidad agresiva u obsesiva de su pareja.
Hay señales que debemos revisar antes de acercarnos o tener relaciones con un posible agresor.
Sira Vargas Rodríguez.
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