NOS VAMOS RENOVANDO
Sencillamente, nos vamos renovando cada día como quien no quiere la cosa, para saber dar lo mejor de nosotros cada día; vamos haciendo posible a pesar del cansancio, de las injusticias, del gran esfuerzo que supone no caer en la desertización de ideas, que todo vaya despacito pero seguro, que cada día exista un motivo para poder levantarse y poder ejercer nuestra realidad buscando opciones, formas y maneras. Porque siempre en este camino nos encontramos con lo que menos esperamos unas cosas mejores y otras menos, pero son las que hay y a las que nos tenemos que enfrentar día a día.
Sencillamente vamos aprendiendo a confiar en nosotros, en lo que nos rodea, porque le vamos dando un valor diferente, porque en los momentos de crisis es cuando se aprende realmente a hacerlo sin miedo, sin temores, sin peligro de caer, aunque no nos guste, aunque nos cueste y nos sorprende a nosotros, pero es cuando averiguamos todo el potencial que llevamos dentro, y nos entra la necesidad de confiar, pues te das cuenta que si tú no lo haces nadie lo hará, que de ti depende cómo se vaya renovando tu alrededor, cómo puedes mejorarlo cuando te das cuenta de ello.
Sencillamente vas cambiando formas y maneras y vas expresándolo de una manera u otra, de tal forma que se ve tú evolución y que tu mente se va abriendo a nuevas alternativas que te sirven para no cerrar tu corazón por las cosas banales que te cegaban, cómo el tiempo va pasando y vas madurando y así te vas dando cuenta que la vida es un sin fin de maneras para irradiar tu luz y apartar aquello que solo produce oscuridad al alma y no te deja ver más allá de tu horizonte, que siempre podrás mejorar porque tienes posibilidades de hacerlo, pues al abrir tu mundo consigues abrir también aquello que antes era tabú, era hacer por hacer y no te dejaba sentir lo bello que es ser una verdadera persona.
Sencillamente te vas olvidando de tus egoísmos, de tu vanidad, de tus rencores, de tus envidias, de tus cosas menos bellas , aunque de vez en cuando surjan cuando te vas embebiendo de la vida, y con ella vas creciendo y aprendiendo que lo malo no son las adversidades en sí, sino como tú te las tomes y las afrontes, porque de cada una de ellas aprendes a sacar tu fuerza, tu coraje, y a saber que eres capaz de hacer y pensar cosas impresionantes que nunca te habías creído y con eso aprendes a quererte, a saber que siempre estarás sola, pero aprenderás a estar, y que si tú no lo haces, nadie lo hará por ti y como consecuencia empezarás tu a dirigir tu vida y dejarás de ser esa marioneta que todos quieren, pero nadie controla, porque la que debes hacerlo eres tú y ya no vale echar culpas o dejar responsabilidades a otros como si contigo no fuera la historia.
Sencillamente sentirás, hablarás, serás coherente con lo que hay, con lo que tienes, con lo que vives, con serenidad realzarás lo más bello que hay en ti, porque si no lo haces no podrás saber lo mucho que tienes por ganar y lo poco que perder, pues si sabes mirar con los ojos que se debe, nunca perderás esa esperanza, esa luz que llevas, pues la cuidarás y motivarás para que siempre esté ahí y no desfallezca a pesar de los baches, truenos, que nieve o salga el sol, y con ello te irás dando cuenta que no eres la única que estas aquí, que somos una cadena de maneras diferente, que todas estamos y necesitamos unos de otros, para que todo esto tenga ese sentido que hay que darle, que no sea solo vivir por vivir y que es necesario que tu estés con consciencia de lo que eres, de cómo eres, para que marche y las consecuencias sean distintas que cuando somos robots en repetición de lo que dicen otros, por no querer pensar ni utilizar la cabeza como se debe.
Sencillamente irás caminando, irás dejando atrás cosas, irás llorando, riendo, sonriendo, amando, llenando de ternura, eligiendo, enfadándote y perdonando, pero sobre todo siempre irás dando gracias porque estás aquí, porque vas sembrando, porque no tiras la toalla, porque valoras, porque expresas, porque das lo mejor de ti sin importar si luego eres respaldada o no, pues la que te tienes que dar ese valor, esa confianza, esa ternura, eres tú cada día, y así poder hacer felices a todos y con ello a ti misma, que estás y eres como eres gracias a todas tus circunstancias.
Sencillamente vives, sencillamente lo cuentas, sencillamente estás y eso es lo que vas consiguiendo e intentando cada día como ese sol que a pesar de las nubes sigue dando su luz, su calor y su fuerza.
Esther Sánchez Orantos