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 LA ASERTIVIDAD EN LAS RELACIONES DE PAREJA



Diciembre 01, 2013, 09:00:45 am
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LA ASERTIVIDAD EN LAS RELACIONES DE PAREJA
« en: Diciembre 01, 2013, 09:00:45 am »
LA ASERTIVIDAD EN EL CONTEXTO DE LAS RELACIONES DE PAREJAS
Por Arnoldo Arana


“En el tono correcto uno puede decir cualquier cosa; en el tono equivocado, nada. La única parte delicada de la vida es seleccionar el tono”. (George Bernard Shaw)

Las parejas necesitan practicar la asertividad en sus conversaciones, como un medio de mejorar su dinámica comunicacional


Ana viene a consulta porque se siente en conflicto con su esposo Juan.
Ana: - No me siento en armonía con Juan.
Yo: - ¿Qué te hace sentir en desarmonía con tu esposo?
Ana: - Se expresa en forma descalificadora de mí, cuando no estoy de acuerdo con sus opiniones.
Yo: - Cómo se expresa él en forma descalificadora hacia ti.
Ana: - Me dice que soy limitada e ignorante.
Yo: - Cómo te hace sentir escuchar de él esas expresiones.
Ana: - Me da rabia y tristeza a la vez.
Yo: - Le has manifestado tu inconformidad y tus sentimientos con respecto a cómo te sientes tratada por él.
Ana: - Bueno…no directamente, expresa con recelo.
Yo: - Si no le dices directamente tu inconformidad, cómo es que se lo dices.
Ana: - Ah…bueno…en realidad no le digo nada -responde ella después de permanecer en silencio por un buen lapso. - Lo que hago es que me encierro en mí, y tiendo a contestarle en forma seca y parca cuando él me habla, termina agregando.
Yo: - ¿Te das cuenta que en realidad no le estás expresando clara y francamente tu inconformidad?
Ana: Asiente con su cabeza, permaneciendo en silencio.
Yo: - ¿Qué te impide expresarle tu inconformidad directamente y con franqueza?
Ana: - No estoy acostumbrada a quejarme…además me inquieta su reacción.

Ana está adoptando una actitud pasiva (no afirmativa) frente a su esposo Juan, al permitir que éste traspase sus derechos, al no saber cómo expresar sus pensamientos y emociones, de manera directa y franca. El efecto de este estilo de comunicación, es que Ana no se siente congruente consigo misma, además de generar malestar y conflictos en la relación. En ocasiones Ana tiene estallidos de rabia por cosas que no tienen que ver con la situación, lo cual confunde a Juan.

Ana necesita desarrollar destrezas y habilidades comunicacionales asertivas, a fin de mejorar la forma como ella y su esposo se comunican.

Ana ha adoptado, la mayor parte del tiempo, un estilo pasivo (no afirmativo) de comunicación. En ocasiones actúa en forma agresiva (no afirmativa). Ana necesita ser más asertiva (afirmativa) en su comunicación.   

¿Qué es la asertividad?

La asertividad es la habilidad personal que nos permite expresar sentimientos, opiniones y pensamientos, en forma auténtica y honesta, sin ansiedad (con tranquilidad), en el momento oportuno, de una manera apropiada, que considere los derechos de los demás, pero sin negar los derechos propios.

Analicemos los componentes de esta definición:

Expresión  auténtica y honesta: Cuando se actúa en forma asertiva, se es congruente en el comportamiento con lo que se piensa y se siente; hay además congruencia con los valores personales. Hay un sentido de honestidad consigo mismo en lo que se hace.
Si Ana lograse expresarse en forma clara, directa y franca, terminaría sintiéndose en forma congruente consigo misma, independientemente de la respuesta de Juan. Por otra parte, al adoptar una actitud arisca, huraña y de retraimiento con Juan, no le facilita a éste tomar conciencia de cómo su comportamiento le afecta a ella.

Expresión sin ansiedad (tranquilidad): Al haber congruencia entre lo que se hace y lo que se piensa y se siente, esa congruencia  se traduce en satisfacción personal; en una sensación de tranquilidad emocional. Muchas veces la expresión ansiosa es consecuencia de tener expectativas catastróficas sobre la relación, o de asumir la responsabilidad por las conductas y emociones del otro. En el ejemplo citado, Ana teme la reacción de su esposo Juan. Pero ella sólo se puede responsabilizar por lo que ella siente. Ana necesita permitirle a su esposo, si hacerse expectativas catastróficas, responsabilizarse por sus emociones y sus comportamientos.

Expresión en el momento oportuno: La acción efectiva es oportuna y no extemporánea. Al no expresar Ana su malestar por la forma como Juan la trata cuando difiere en sus opiniones, lo que eso hace es que Ana acumule rabia, al desplazar ésta; para luego terminar teniendo estallidos de rabia fuera de contexto.

Expresión apropiada: Está en sintonía con los derechos de la otra persona. Puede ser asertivo elegir no expresar lo que se siente y piensa, por no considerarlo conveniente, o porque lesiona los derechos del otro. Por ejemplo, puede ser que una persona no me cause buena impresión a primera vista, pero no sería muy considerado ni apropiado decirle “no me caes bien, me pareces una persona pesada”.

En el caso que venimos tratando, Ana no necesita ser agresiva ni grosera para hacer valer con firmeza sus derechos, tal como dice el dicho: “lo cortés no quita lo valiente”.
La asertividad supone tratar con respeto al otro. Una máxima adecuada para expresar un comportamiento apropiado que respete al otro, son las palabras de Jesús: “Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos”. Esta máxima está alineada con la asertividad, pues implica una actitud proactiva (no reactiva). Una forma reactiva de esta misma expresión diría “no hagas a los hombres lo que no quieres que te hagan a ti”, lo cual es una tergiversación de las palabras de Jesús; pero eso es actuar reactivamente, por omisión, en sentido negativo, de tal forma que no les hago mal, pero tampoco les hago bien. Esta máxima es particularmente digna de ser tomada en cuenta, cuando se trata de relaciones de pareja.

Expresión que hace valer los derechos propios: El comportamiento asertivo implica la defensa de los derechos propios. No es posible mantener una relación armónica con otra persona, sin nuestros derechos no son considerados.

¿Pasivo, agresivo o asertivo?

Lo contrario a la asertividad (conducta afirmativa) es un comportamiento agresivo o pasivo (no afirmativo). En este sentido la asertividad puede ser definida como un continuum o línea de comportamiento, a cuyos extremos están el comportamiento agresivo y el comportamiento sumiso (no afirmativo). Ver figura.


Ante situaciones de interacción personal, tenemos tres posibles opciones de comportamiento.

Estilo pasivo – sumiso (no afirmativo)

Podemos adoptar un estilo pasivo – sumiso (no afirmativo), que permite que otros transgredan nuestros derechos. Las personas pasivas (no afirmativas) constantemente ceden antes los intereses de otros.

Estas personas pueden frecuentemente culpar a otros sobre la forma como son tratados. “Es que mi esposo es un grosero o desconsiderado”, “mi esposa es muy egoísta al no permitirme tomar descanso después del trabajo”. En el caso de Ana, ella pregona que su esposo es un descalificador; pero qué hace ella para remediar esa situación. “Es mucho más cómodo despotricar sobre lo terrible que es la gente y lo mal que le tratan”, que asumir la responsabilidad por lo que pasa en su vida. Asumir la responsabilidad por lo que pasa en su vida es un acto de madurez y responsabilidad personal.

El pasivo tiende a establecer relaciones perder – ganar, dada su dificultad para hacer valer sus derechos. Terminan permitiendo que los demás se aprovechen de ella.

En la relación de pareja, los cónyuges necesitan responsabilizarse por lo que sienten, y por lo que hacen o dejan de hacer. Así mismo necesitan aceptar las consecuencias de sus acciones u omisiones. Eso es lo saludable para cada cónyuge y para la relación. 

Estilo agresivo

El agresivo es un estilo comunicacional caracterizado por defender los derechos personales y expresar sus ideas y emociones de una forma inapropiada que traspasa los derechos de otros. El agresivo tiende a ofender y a amenazar a los demás. El agresivo tiene a obviar los límites de las otras personas. Su expresión está muy cargada de expresiones irrespetuosas, desconsideradas y violatorias de los derechos de los demás.

El agresivo tiende a establecer relaciones ganar – perder. “Yo tengo la razón y tú estás equivocado”, “es como yo digo y no como dices tú”, “lo importante es que yo obtenga lo que yo quiero”. Juan, el esposo de Ana es un buen ejemplo de este estilo.

Estilo asertivo

El estilo asertivo tiene la habilidad de defender sus derechos y expresar sus emociones de forma apropiada, sin necesidad de transgredir los derechos de los demás. Cuando la persona se comporta asertivamente tiene la sensación de autenticidad y congruencia, porque dice lo que piensa y siente. Lógicamente de una manera apropiada.

El ser asertivo se pasea por la posibilidad de elegir el comportamiento, lo cual supone que la persona se responsabiliza por su conducta y las consecuencias de ésta. Por el contrario, cuando la persona actúa reactivamente ante las situaciones (en automático), tiene más posibilidad de actuar pasiva o agresivamente.  Hay una diferencia importante entre reaccionar y elegir. Elegir implica una actitud proactiva y responsable, mientras que el reaccionar implica una actitud reactiva. Cuando no elegimos sino que reaccionamos, nos queda la sensación de haber querido comportarnos de manera diferente. Por otra parte, elegir supone tener conciencia de las necesidades, así como claridad de el sistema de valores.

Es importante reconocer que no existen estilos puros. Nadie es cien por ciento asertivo. Todos, bajo ciertas circunstancias, podemos actuar pasiva o agresivamente. Lo importante es la consistencia en elegir comportamientos asertivos.

En algunos casos podemos optar por ser pasivamente asertivos o agresivamente asertivos; Lo que hace la diferencia es si estoy reaccionando o eligiendo. Por ejemplo, si estoy en la cola de un banco, y una anciana se pone delante de mí en la cola, puedo ver con simpatía a la ancianita, y elegir dejarla colarse, sin que esa situación me genere ansiedad o malestar. En tal caso, elijo un comportamiento pasivo - asertivo. O cuando estoy discutiendo con mi cónyuge un asunto en el que está involucrado un valor no negociable para mí, puedo optar por un tono enérgico y firme, sin que implique ofender o amenazar. En tal caso estoy optando por una conducta agresiva - asertiva, lo cual no implica que estoy emocionalmente desbordado. Es una elección.


http://ellidercristiano.blogspot.com.es/2013/10/la-asertividad-en-el-contexto-de-las_24.html

 

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