NO VIVIR EN EL PRESENTE
¡Mira que se ha escrito y hablado sobre vivir el presente!
¡Pues es igual!
¡Como si nada!
No sé si es que no somos capaces de aprender algo tan sencillo o es que nos empecinamos en querer ir por delante de la vida, creyendo que sabemos más que ella que es quien realmente marca los tiempos y quien maneja el tiempo.
Así que nos pasamos el tiempo pre-ocupándonos por el futuro, que no es lo mismo que previendo el futuro.
PREOCUPAR: “Dicho de algo que ha ocurrido o va a ocurrir: Producir intranquilidad, temor, angustia o inquietud”.
PREVER: “Disponer o preparar medios contra futuras contingencias”.
En PREOCUPAR hay una tensión y un desasosiego ante algo que aún no ha sucedido y que es posible que no llegue a suceder. Sólo tienes que recordar las muchas preocupaciones que has sufrido por cosas que después no llegaron a suceder.
En PREVER no hay inquietud, sólo hay una serena y atenta preparación.
Bueno, pues nos pasamos el tiempo sufriendo por el futuro, y además de padecer la intranquilidad y la ansiedad que eso nos produce –porque casi siempre cuando nos preocupamos por algo es porque sospechamos que va a ser malo-, además de perder la perspectiva y ecuanimidad necesaria para verlo con imparcialidad cuando llegue, nos perdemos el presente. Y esto es lo peor.
¡Cuántas veces al llegar eso que preocupaba tanto demuestra que no era para tanto!, y… ¿Para qué ha servido tanta tensión, tanta angustia, tan pre-padecer? Para nada bueno.
Ya se ha dicho de mil formas distintas, y tal vez hasta ahora no te haya hecho efecto, pero hay que dedicarle el tiempo que sea necesario hasta que esta visión se haga parte de la vida, y te recomiendo que lo hagas, porque el día que lo consigas podrás comprobar que tu vida, y tu forma de ver y vivir la vida, cambiarán para bien.
Reflexiona…
Ya lo verás…