RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS: ACEPTANDO EL PROCESO
Escrito por Jaquelina Pievaroli
En el artículo de hoy quisiera hacer una reflexión sobre cómo nos relacionamos con la resolución de nuestros problemas, cómo afrontamos los procesos de aprendizaje y dónde ponemos nuestra atención.
Cuando nos encontramos sumergidos en un presente con dificultades automáticamente tenemos la necesidad de buscar soluciones para salir o para que se acabe ésta situación problemática.
El cómo lo hagamos hará la diferencia en su resolución.
Por esto me gustaría que no pensemos en el problema que estemos atravesando y su naturaleza, sino que reflexionemos desde qué perspectiva estamos tratando de resolver el conflicto.
Existe una manera de buscar soluciones en la que quisiera detenerme y veremos cómo esta manera nos genera mayor sufrimiento más que su resolución.
Tiene algunos puntos a destacar:
PONEMOS LAS EXPECTATIVAS EN EL RESULTADO. Todo nuestro interés se trasporta en el final del proceso y no en el paso a paso. Además es un resultado ilusorio y alejado de nuestras posibilidades lo cual nos genera mucha frustración.
No lo vemos como un hecho puntual sino generalizado.
El problema que tenemos tiñe toda nuestra vida incapacitándonos también en otras áreas.
ESPERAMOS QUE LA SOLUCIÓN APAREZCA DESDE AFUERA COMO CAÍDA DEL CIELO. Una solución salvadora, que nos saque mágicamente del conflicto. Esta espera está sostenida principalmente porque no nos vemos capaces de resolverlo.
BUSCAMOS SOLUCIONES DEFINITIVAS Y RADICALES. Parecería que necesitamos que el conflicto desaparezca por completo, no les damos cabida a las pequeñas y esto nos pone en una postura negativa donde vamos desechando las posibilidades de cambio mínimas que se van produciendo. No armamos la estructura ladrillo a ladrillo: queremos la casa ya hecha y completa.
Nos ahogamos en las emociones presentes, nos quedamos sumergidos en el dolor y nos apegamos a él.
Nos estresamos por el solo hecho de encontrarnos con un problema, no los incluimos como parte de la vida y del aprendizaje. Tanto el error como las dificultades nos paralizan.
Ésta perspectiva nos genera ansiedad, tenemos la sensación de que no podemos salir y nos estancamos. Queremos salir “ya” de la situación.
A través del tratamiento psicoterapéutico logramos revisar nuestros patrones y realizar un cambio de perspectiva más conectada con lo creativo y con el presente.
Ser creativos con nuestra forma de resolver nos reforzará frente a cualquier problema que surja en el futuro y lo haremos desde nuestras herramientas aplicándolas en el momento presente.
Una perspectiva diferente en la resolución de los problemas incluiría:
IDENTIFICAR EL PROBLEMA EN EL ÁREA DE NUESTRA VIDA QUE ESTÉ AFECTANDO.
PONER LA MIRADA EN CADA PASO QUE HAGAMOS PARA LLEGAR AL PUNTO FINAL DEL CAMBIO O RESOLUCIÓN.
RECONOCER LAS HERRAMIENTAS QUE TENEMOS PARA PODER SALIR, VALIDÁNDONOS Y VALIDANDO LAS POSIBILIDADES QUE NOS OFRECE NUESTRO ENTORNO.
PENSAR MÁS EN EL AHORA QUE EN LO QUE VENDRÁ AUNQUE NOS DESCONCIERTE LA INCERTIDUMBRE DEL FUTURO Y NOS DE MIEDO.
Podemos ver y aceptar que en la naturaleza cada cosa tiene su tiempo, ninguna fruta está madura antes o después del momento en que está madura. Esto mismo con nosotros, paso a paso, sin adelantarnos al futuro ansiosos porque llegue y sin quedarnos apegados al pasado.
ACEPTAR EL ERROR COMO PARTE DEL APRENDIZAJE Y LA RESOLUCIÓN DE LOS PROBLEMAS.
ACEPTAR, EN LA MEDIDA DE LO POSIBLE, LO QUE NOS PASA NOS AYUDA A SUPERARLO.
Si luchamos contra nuestras emociones y conflictos nos quedamos apegados a ellos, no los superamos sino que los ocultamos y lo que queda en la sombra de nuestro ser cobra un poder corrosivo. Si no le doy cabida a las emociones, si las reprimo éstas siguen ahí funcionando pero sin nuestra consciencia y esto nos provoca más dolor y malestar.
GENERAR ACTOS CREATIVOS FRENTE A LAS DIFICULTADES.
Especialmente en éstos momentos de crisis económica, que estamos viviendo, podemos ser testigos de la creación de emprendimientos autónomos dentro del mercado laboral.
Cuando reflexionamos sobre cómo nos relacionamos con nuestro mundo nos damos cuenta de cuáles son nuestros patrones y somos conscientes que muchas veces éstos son los que nos generan sufrimiento más que el conflicto en sí mismo.
Este acto de consciencia nos retorna nuestro poder interno y de co-creación de la realidad.
Ya no es la realidad la que elije por nosotros sino que somos nosotros mismos los que podemos gestionar nuestras emociones y reacciones frente a la realidad.
Un saludo para todos,
(Psicólogo en Barcelona)
