EL SECRETO DE LA FELICIDAD SEGÚN LOS BUDISTAS
Creemos que la vida es un alternar de tristezas y alegrías y que la felicidad es pasajera. El budismo, por el contrario, sostiene que puede ser permanente si alcanzamos la paz mental. Nuestro problema es que confundimos “felicidad” con “satisfacción de deseos”. Que el error es creer que la felicidad se obtiene poseyendo cosas, afectos, sucesos, éxito, en lugar de concentrarnos en mejorarnos a nosotros mismos.
El budismo dice que la fuente de la felicidad está dentro de nosotros y que sólo hay que descubrirla, porque si no encontramos nuestra paz interior, lo externo no podrá dárnosla. Esa paz interior tiene un segundo efecto positivo, porque al hallar la calma somos más eficaces en la resolución de cualquier tipo de problema.
Las reglas del budismo tibetano para encontrar la felicidad son:
Liberar el corazón del odio.
Liberar la mente de preocupaciones.
Dar más.
Esperar menos.
Recuerda que siempre te recomiendo tener un pensamiento positivo, porque nuestra mente hace la realidad. Para ello, la meditación puede ser de gran ayuda. Porque nos conecta con la realidad y con nosotros mismos, lo que nos lleva a esa paz interior.
Vivir enfadados con el mundo e insatisfechos, no sólo es negativo en sí mismo, sino que, a su vez, constituye un hábito de comportamiento que tiende a repetirse y nos aleja de la felicidad deseada.
Por lo tanto, la única forma de empezar a cambiar esa situación es aprender a estar alertas y cuando sintamos que estas actitudes aparecen, detenerse un momento, relajarnos y recordar cuál es nuestro verdadero objetivo en la vida.
Algunas claves para que modifiques los sentimientos dañinos y obtengas la felicidad:
1. Cuando nos enfadamos, debemos concentramos en recordar los efectos negativos que la irá nos producirá, para así tomar conciencia de que realmente al molestarnos sólo nos hacemos daño a nosotros mismos.
2. En vez de culpar a las circunstancias externas o a los demás, debemos considerar que nuestra falta de aceptación y el enfado son causas verdaderas de nuestro malestar. Reconociendo ese sentimiento podemos buscar en nuestro interior las soluciones para conseguir lo que realmente queremos.
3. El auténtico antídoto de la rabia es la paciencia. Con ella podemos mejorar lo que deseemos y comunicarnos mejor con quienes nos rodean.
4. Shantideva, antiguo maestro budista indio, decía: “Si algo tiene solución, ¿por qué ser desdichados? Y si no la tiene, tampoco hay razón para serlo”
5. Cuando estemos con nuestros familiares y amigos, recordemos la bondad que recibimos de ellos. Si los aceptamos tal y como son, sin juzgarlos, mejoraremos nuestras relaciones y como consecuencia seremos más felices.
