Es la encrucijada de la misma vida la que te va enseñando que no todo es de un mismo color, sino que va avanzando según tú seas capaz de moverte y pensar, es algo que está ahí siempre, que se piensa, que se siente y que algún día se sobrepasará y conseguiremos aprenderlo, de tal manera que se haga posible ese cambio tan necesario; es algo que nos cuesta dar sentido y es por ello por lo que nos entran los miedos, las inseguridades, los grandes vacíos y los obstáculos que nosotras mismas no ponemos: cuando no sabemos por donde tirar.
Pero el tiempo según pasa te va mostrando que todo es cuestión de aprender a serenarse, de querer avanzar, aunque cueste y sangre el corazón, es realizar todo aquello para no dejarnos vencer por lo que es lo más sencillo.
Es la encrucijada de la vida cuando te cierras todas las posibilidades, cuando te niegas a luchar, cuando solo haces juicios y echas culpas a terceros de lo que te está sucediendo, cuando buscas ese refugio que no te ayudará a enfrentarte sino a tapar la realidad, es cuando no te das la oportunidad de ser tú y pretendes que todos te valoren y te crean o te respeten por el simple hecho de ser tú, es cuando piensas que todo tiene que estar a tu gusto y no buscas soluciones para encontrar ese nuevo sendero que cada día resurge cuando se sabe mirar más allá de lo que se ve y se siente, es aquello que te nubla la vista cuando no eres capaz de expresar de buenas maneras las cosas que llevas dentro e intentas hacerlo a través de comparaciones, envidias o desasosiego, poniendo en frente tuyo la oscuridad de aquellos que nunca sabrán más que lo que ellos creen.
Y es la vida la que te va enseñando que esos senderos de oscuridad no siempre tienen que ser así, que poniendo un poco de nuestra parte todo podría ser diferente, pero que nos cuesta tanto ir contra corriente, que preferimos buscar solo la superficie y meternos en el valle de las lagrimas y del yo no puedo o no sé, pero te da la oportunidad de resistirte y poner en manos de tu alma, lo que realmente quieres hacer.
Es la encrucijada de la vida cuando solo miras la nostalgia, cuando no te haces responsable, cuando en vez de respetar, dialogar y dar lo mejor solo das lo menos bello que tienes dentro, cuando te abandonas en algo que nunca será esperando sentada a que todo venga, es cuando no tratas de dar ese sentido necesario a lo que es la realidad inminente, porque la vida es como es y no más y las cosas que tienen que pasar pasan, pero siempre sabrás que está en tus manos poderlas sentir de diferente manera sin tener necesidad de arrastrarte ni sentirte compadecida, sino que cogerás al toro por los cuernos y darás lo mejor pues es la única manera de poder crecer y madurar, porque no por mucho que te digan vas a superar lo que solo tú debes hacer, no por muchas palabras aceptarás las cosas, porque nadie somos inmunes, y porque nadie sabe lo que sucede hasta que no lo pasa en sus propias carnes, pero es en esos momentos cuando se ha de saber estar y ser. Y, en cambio, dentro de ti siempre vas buscando aquello que necesitas para encontrar ese motivo, para dar esa fortaleza que se necesita en los peores momentos, esa luz que te caracteriza y hace que seas diferente y que no te caigas antes de tiempo, aunque sepas que al final tendrás tu caída, pero al igual sabrás que te levantarás una y mil veces antes de sentirte derrotada.
Es la encrucijada de la vida cuando no piensas en el rumbo o proyecto que vas a tomar, cuando solo ves la superficie y excusas lo que otros dicen, para no tratar de luchar por tu vida, cuando al no poder con todo el universo no haces nada a tu alrededor por tratar de cambiar, cuando a pesar de que los grandes buitres te van robando, porque se creen que con ello van a superar las cosas, te dejas caer en un sin sentido que no te llevará a ninguna parte, cuando te olvidas que no eres el centro y te das cuenta que siempre hay personas suficientes que están, que o dejan de, que no siempre se ven, pero sin embargo hacen posible lo imposible; cuando eres un ego solo y no sabes ni lo que es la palabra humildad, pues según parece se programa para ser los mejores, sin importar cómo, sin mostrar ningún dolor ante el daño gratuito, pero lo haces y eso no hace bello el camino.
Pero siempre tienes esa postura para cambiar, para no quedarte en lo que tú creas o no, porque yendo más allá y no queriendo complicarte más, te darás cuenta de todo tu potencial, que no solo se trata de pasar la vida, sino de vivirla tan digna e intensamente que no te quede nada sin hacer más que lo que tú creas necesario, pero siempre teniendo claro que aportarás a los que te rodean más que si te lo niegas a ti por no entender o saber valorar lo que eres y lo que sientes.
Es la encrucijada de la vida cuando todo vale y no hay normas, cuando no ves dónde comienza y libertad y cuándo terminas, cuándo las cosas son justas y dejan de serlo, cuándo no eres capaz de sentir ni expresar, ni un decir un te quiero por lo que digan o dejen de decir, es cuando ni buscas el camino por miedo a las piedras y espinas que te puedes encontrar, cuando no dejas quererte ni querer a los que te rodean, cuando piensas que siempre todo es malo y no sabes buscar lo positivo o esa manera para poder encontrar la vía, el puente y las herramientas necesarias para seguir adelante.
Y así buscando todo esto te darás cuenta que sí vales más de lo que piensas, que no todo es así de un color, que merece la pena pues cada día lo intentas, te sacrificas un poco de tu yo para poder asimilar lo más difícil, que es sentir que estás sola ante tal encrucijada, pero a veces es necesario sentirse así para mostrarte a ti misma tu valía, que el no hacerlo es más sencillo pero no por ello más bello o más factible.
Es la encrucijada de la vida cuando te pierdes en los detalles que carecen de importancia, cuando das más valora a lo material que a lo que es de verdad importante, cuando te caes por esas pequeñas tonterías diarias y haces una montaña antes de sincerarte y analizar lo que está sucediendo, es cuando ni si quiera te das la valía de encontrar tu coraje, porque no dejas que ciertos sentimientos te vengan y los tengas que afrontar, es la vida misma cuando la hacemos cruel, cuando no toleramos nada y solo hay críticas y no son constructivas, cuando vas poniendo zancadillas en vez de raíles para unir esas vías, cuando entran dentro de ti sentimientos como el odio, rencor, avaricia, y no tener sentido de las cosas, que tú puedes estar arriba, pero lo mismo que se está arriba se está abajo y tienes que saber perder y ganar, que ahora eres o tienes poder, pero eso se va porque la vida es muy justa y te hace vivir lo que tú vas sembrando en tu día a día
Es la encrucijada de la vida la que te enseña a ser persona, la que te va mostrando los caminos de luz u oscuridad, es lo que te sirve de guía para no frenar tus sueños, es lo que tú quieres que sea y como sea refugiarte o buscando a quien echar culpas, pero en realidad eres tú con tus manos, tu corazón y tu ser la que vas caminando, cayéndote y mejorando o empeorando tu existencia y nadie más que tú sabes lo especial o no que eres, y eso es lo que te va ayudar hacer de todo esto algo grande y digno, así que adelante.
Esther Sánchez Orantos