Se responde a la vida cuando sabes hacia dónde vas -aun sabiendo que te puedes equivocar-, cuando te conoces y sabes que desde lo más profundo de tu ser puedes, siempre que tú lo quieras, hacer resurgir todas esas fuerzas que ignorabas que tenías, pero que siempre han estado ahí, porque en cada momento de tu vida han salido hacia afuera de la manera más inesperada y adaptadas siempre a la edad que tenías; cuando vas paso a paso y no te derrumbas ante lo primero que te surja, sino que te das la oportunidad de aprender y de saber que no siempre es como tú pensabas, pero que es necesario aprender con caídas y levantadas, para apreciar más lo que hay a tu alrededor, para poder avanzar y no estancarte, para poder elegir el camino a llevar, y para agarrarte a lo que sea necesario y soltar las riendas cuando ya estés fuerte, porque si algo bello tiene todo esto es que siempre eres tú la que mueves la ficha de tu ajedrez, si no dejas que te deslumbre lo superficial y vas construyendo lo bello dentro de ti.
Se responde a la vida cuando a pesar de tus temores no te arrastras por las esquinas, cuando afrontas lo que vienen y sonríes pesar del dolor, cuando conoces tus fortalezas y tus debilidades, pero aun así sigues esforzándote por conseguirlo, con sencillez, sin pisar, sin intolerancias y sin perder tiempo en ese camino fácil, en el que todo es una desolación y un montón de quejas absurdas ,que nunca te llevaran por el camino bello, sino por el que la vida pierde su sentido y todo vale y todo da igual; cuando sabes decir un no a tiempo y no te dejas utilizar como una marioneta, cuando no eres esclava del tiempo, si no que utilizas éste para crecer, madurar, disfrutar y vivir con dignidad, pues por mucho que corras nunca vas a llegar antes, pero si te dejarás esas cosas importantes que parecen que no existen cuando te carcome todo y solo vas a lo tuyo.
Se responde a la vida si sabes apartar lo menos bello, no por ir a lo más fácil, que es el camino de la pena penita, que al principio te da satisfacciones, pero después todo se aleja y entra doña depresión, porque no has sabido dar sentido a lo que lo tienes que darle y te has dejado llevar por lo sencillo y lo igual a lo que se lleva, pero de repente te das cuenta que no todo es así, que dentro de ti hay algo más que tristeza, que agonías, que tú sirves para mucho más de lo que crees y te das la oportunidad de sentirlo, y empiezas a expresar a mirar de otra manera, a querer resurgir como sea y te vas acoplando a tu realidad de una forma camaleónica, para poder conseguir aquello que tan difícil parecía y te das cuenta que en realidad tú eres la que no te dejabas, haciendo juicios, comparándote, y siempre pensando en cosas que solo cierran caminos y nunca te llevan a la verdad, y entonces es cuando sí que realmente vives la vida y eso es bello.
Se responde a la vida cuando eres coherente, cuando sabes lo que buscas, cuando no te invaden tus dudas o buscas lo que no debes, cuando vas perseverando sabiendo que no hay nada fácil, pero que tampoco es tan sumamente complicado como para no poder llegar a la meta con una sonrisa, porque siempre habrá espinas, siempre habrá dolor, siempre habrá injusticias, siempre existirán muchas cosas, pero también sabrás que tienes siempre lo suficiente para poder desechar, mirar a tu alrededor y expresar, hacerlo lo difícil o fácil que tú quieras, porque tienes dones, porque tienes herramientas, porque en ti está buscas soluciones, opciones, caminos y vías no para destruir, sino para construir y ser lo que tienes que ser sin excusas ni marchas atrás, con esa fortaleza que surge cuando te das cuenta que no consiste en cambiar todo tú sola, sino en que siempre puedes contar con los verdaderas personas y dejar atrás lo que ya se hizo y no puede hacerse de otra manera.
Se responde a la vida cada día, cada vez que sonríes, cada vez que no te apartas de tu realidad y la afrontas sin taparla, sin sumergirte en otra que no te va a ayudar a madurar, cuando dejas lo superficial y cuidas las cosas que son importantes, cuando no te dejas derrumbar por los que no se saben ni querer y vas despacito pero segura, cuando no dejas que los hombres grises, ni los oscuros, te atrapen, y eso es lo que vamos haciendo día a día y es lo bello.
Así que adelante.
Esther Sánchez Orantos
