CUANDO HAS HECHO LO QUE TENÍAS QUE HACER
La paz que se siente cuando has hecho lo que tenias que hacer, cuando no te has dejado derrumbar a pesar de todas las piedras que te has encontrado, cuando has sonreído a pesar de que en algún momento te hayan venido las ganas de llorar y gritar, cuando has sido capaz de controlar tu genio y has salido a flote sin necesidad de seguir el camino sencillo, el de “pobrecita yo, lo que estoy pasando”, cuando te has dado cuenta que la vida es mucho más que todo eso y no has dejado de confiar en ti y has dado la oportunidad a los que te rodean de andar con lo suficiente, para que no caigan en el derrotismo y en las comparaciones, cuando has dado lo mejor sabiendo que te puedes equivocar, pero lo has hecho de corazón y no te has parado a pensar en venganzas y en rencores pues para ello nunca debería haber tiempo posible, cuando has sabido poner los puntos sobres las íes, sin perder en tiempo en creerte el centro del universo, cuando no has dejado de ser tu a pesar de las circunstancias.
La paz que se siente cuando has ido haciendo ese sendero, cuando no has dejado de creer en la humanidad, a pesar de haberte encontrado con gente, que no con personas, que siempre hacen daño gratuitamente pues no saben ni valorarse ni valorar, cuando no has dejado de expresar lo que llevas dentro aun costándote, y estando cansada de ir contra corriente y no caer en la rutina de aquellos que solo viven para sí o para el mundo de lo superfluo, cuando has sembrado más luz que tinieblas, pues has intentado hacer de cada día un algo diferente, aunque todo pareciese igual, cuando te has dado cuenta que no por mucho correr llegas antes, cuando te has caído y te has vuelto a levantar más fuerte que la anterior vez, cuando has aprendido a ir más allá, a escuchar, a mirar y a ser tú misma frente a ti misma, cuando en pocas palabras te has dado la oportunidad de ser feliz a tu manera.
La paz que se siente cuando aun con dificultades has sabido coger las riendas de la vida, has conocido tu coraje, tu fortaleza, has buscado posibilidades, no te has hecho tu mundo y te has puesto a respirar fuerte sin perder la esperanza, porque no te haya gustado o porque no sea como a ti te gustaría, cuando has sabido serenar el alma y en vez de buscar solo lo malo has sabido dar sentido y has decidido avanzar, crecer y evolucionar, has decidido aprender y no quedarte en el rechazo, ni estancada, cuando no te has dejado derrumbar porque te valoren o te dejen de valorar, cuando has dado sin esperar y te has encontrado con muchas sorpresas gratas, porque has conseguido cambiar un poquito ese entorno, a lo mejor no todo lo que debería pero sí lo suficiente para poder continuar la marcha de la vida y hacerlo de una manera diferente y digna sin tener que reprocharte más que lo justo.
La paz que se siente cuando has renovado, cuando has resurgido, cuando no te has abandonado, cuando has buscado, has encontrado y te has decidido a comprender que la vida es como un gran manantial, que a veces se seca pero que de repente empieza a llover y otra vez vuelve a tener fuerza, cuando no has dejado que te manipulen con chismes y diretes de otros, porque sabes que nadie está exento de poder hacerlo, cuando sabes que no eres perfecta, que te equivocas una y mil veces, pero también sabes pedir perdón, dar gracias y mostrarte tal y como eres humildemente, y no sigues la corriente a aquellos que solo buscan destrucción, cerrar puertas y descarriar las cosas para que parezca que ellos son héroes y tú la víctima de ellos, cuando no te has cerrado a escuchar y cuando has dado un beso, un abrazo y has mostrado la luz que llevas dentro aun con el corazón sangrando porque te has dado cuenta que la única manera de poder romper la utopías es dando fortaleza, coraje y luz.
La paz que se siente cuando sabes que cada día es una oportunidad para hacerlo mejor, cuando averiguas que eres capaz, que eres tan especial como única y que está en ti todo, que si no lo haces tú no lo hará nadie por ti, cuando te das cuenta y valoras a las personas que tienes a tu lado, cuando no tiras por la vereda todo el camino andado porque haya adversidades que nunca sabes cuándo van aparecer, cuando sabes estar y ser porque te aceptas, porque enfrentas tu realidad, cuando tienes perseverancia, cuando no te rindes, cuando no abandonas, cuando sabes que dentro de ti esta lo suficiente para conseguirlo.
La paz se siente en tu día a día, en tu forma de mirar, en tu forma de avanzar y en es saber que hoy estas, hoy lo cuentas y hoy lo haces y eso es lo que importa.
Esther Sánchez Orantos
