Quisiera pensar en que cada día que pasa es una oportunidad de superarnos, de ser más personas y poder darnos cuenta que no estamos solos en este mundo, que todo parece estar de una manera superflua, que intentamos hacer tantas y tantas cosas que muchas veces destruimos en vez de construir, y que a veces es la naturaleza la que hace estragos para que nos demos cuenta de que no se trata de hacer grandes edificaciones que se vean, sino de construir con suficientes cimientos para que, venga lo que venga, lo superemos y evitemos grandes pérdidas.
Quisiera pensar que en este mundo los seres humanos somos capaces de ser suficientemente tolerantes, suficientemente respetuosos, suficientemente solidarios, para poder aportar siempre y dar lo mejor cuando surgen adversidades fuertes y cuando se demuestra que sabemos hacerlo perfectamente, porque tenemos esos dones, esa forma, esa manera de valorar todo lo que hay a nuestro alrededor, y sobre todo a las personas que formamos el mundo, sean de donde sean, porque lo bello de esta vida es ser responsables, tener corazón, y mostrar que todos somos iguales ante los ojos de todos, y que somos seres especiales que estamos en un mundo para resurgir, para crecer, para embellecerlo, no solo para ser seres materiales en los que prima la superficie y dejamos atrás el amor, la ternura, el compañerismo, el formar de verdad no pequeñas patrias, sino un universo lleno de verdaderas personas.
Quisiera pensar que los seres humanos podamos dejar de mirarnos el ombligo, de pensar individualmente en que solo tenemos nosotros problemas, en que somos unos pobrecitos pues todo nos pasa a nosotros, para ser capaces de mirar por los que tenemos alrededor y lo que están realmente sufriendo por causas que a veces vienen añadidas por la vida, porque es un universo el que estamos formando, es un mundo lleno de incertidumbres, pero está en nuestras manos hacerlo mejor aportando lo necesario, estando junto a aquellos que realmente lo necesitan, sin quejarnos, sin perdernos en las tonterías que nos matan porque así será la única manera de conseguirlo, de evitar las grandes injusticias, de poder sonreír aunque el corazón sangre, pues la vida es un momento de olvidarnos de nosotros y resurgir de la nada para valorar, para aprender, para evolucionar, para dar sentido a todo lo que nunca lo tendrá.
Quisiera poder pensar que no todo es tan negro como parece, que hay más colores, que de todo se sale cuando de verdad se intenta, cuando nos olvidamos de nuestros egoísmos y damos más de lo que recibimos sin importar mucho no los propios egos, sino el del bien común de todos, pues los privilegiados son aquellos que saben ser felices con lo que tienen, con lo que son, con los que no se comparan para tener más sino para ser mejores cada día y estimularse para conseguir algo bello, algo que merece la pena: la hermandad, la amistad, el amor, la paz, el sosiego, la serenidad, la ternura, y olvidándonos de los egoísmos, la intolerancia, los fanatismos, la violencia y todo lo que va haciendo del camino algo difícil sin merecerlo.
Quisiera tantas y tantas cosas… pero lo bello y grande es que cada día lo intentamos y que hoy lo hemos hecho, lo hemos intentado y lo estamos contando y lo haremos posible.
Esther Sánchez Orantos
