Haz el silencio a tu alrededor si quieres oír cantar a tu alma.
(Anónimo)
La palabra es de plata; el silencio, de oro.
(Anónimo)
La iluminación es el fin del sufrimiento.
(Buda)
La prepotencia es la potencia de los impotentes.
(Anónimo)
Felicidad no es hacer lo que uno quiere, sino querer lo que uno hace.
(Jean Paúl Sartre)
Los hombres olvidan siempre que la felicidad humana es una disposición de la mente y no una condición de las circunstancias.
(John Locke)
La verdadera felicidad no viene de obtener lo que nos gusta, sino de cultivar afecto a lo que no nos gusta.
(Mahatma Gandhi)
El hombre más feliz del mundo es aquel que sabe reconocer los méritos de los demás y puede alegrarse del bien ajeno.
(Johann W. Von Goethe)
Mucha gente busca la felicidad poniendo condiciones. La felicidad sólo puede sentirse si no se ponen condiciones.
(Arthur Rubinstein)
La paz buscada no es la ausencia de dolor, sino la ausencia de pelea contra el dolor.
(Anónimo)
Un terapeuta no es juez ni fiscal, no tiene que acusar, ni impartir justicia y, ni siquiera, descubrir la verdad. Es más un traductor que muestra al paciente qué le están intentando decir sus síntomas y problemas sobre sí mismo, sobre sus necesidades, sus fortalezas y sus lealtades.
(Anónimo)
Las cosas no cambian; cambia el modo en que las vemos.
(Anónimo)
Cuesta mucho vencer la inercia de enzarzarse en juzgar, pero cuando se consigue, se puede empezar a percibir el mundo tal cual es y dejar de ser víctima de las situaciones para convertirse en discípulo de las mismas.
(Anónimo)
Todos los túneles tienen un final.
(Anónimo)
Lo único que se requiere para ser feliz es tener entusiasmo.
(Antonio Gala)
Hay que sacarle a la vida todo su jugo. No conformarse con las tonterías habituales: el éxito, el dinero, la fama. No; hay que pedirle más, arrebatarle más.
(Antonio Gala)
El arte es la expresión de lo que, sin él, no podría expresarse.
(Antonio Gala)
Dios es una sociedad de seguros contra la angustia y el desvalimiento.
(Antonio Gala)
Quizás la tragedia de la vejez consista en eso: no tanto en ser viejo como en acordarse de los gozos perdidos; no tanto en la indefensión y la deriva como en caer del lado del recuerdo en vez de lado de la esperanza.
(Antonio Gala)
Un hombre puede hacer lo que quiere, pero no puede determinar qué quiere y qué no quiere.
(Einstein)