¿QUÉ ES LA SUERTE?
Por Ana Muñoz
Todos deseamos tener buena suerte. Queremos que suceda algo en el último momento que nos evite un problema; que pase algo inesperado que nos aporte algún beneficio; que se hagan realidad nuestros deseos; que nos elijan para ese trabajo soñado; que aparezca la persona que estamos buscando…
Cuando hablamos de suerte parece que estamos hablando de algo esotérico o mágico, algo que está más allá de nuestro control, que simplemente nos sucede o no sin que podamos hacer nada, como si el universo, el destino, los dioses, los astros o cualquier otra fuerza o poder superior se hubiese puesto de nuestro lado y quisiera, aunque sea por una vez, hacer realidad nuestros deseos.
Pero la suerte es mucho más que eso. Si observáramos la vida de un grupo de personas y pudiéramos ver todo lo que les ha sucedido desde el día en que nacieron, a menudo vemos una especie de patrón relacionado con su suerte (buena o mala) que se mantiene constante a lo largo del tiempo, como si eso que llamamos suerte fuera en realidad un aspecto o rasgo de nuestra propia personalidad.
Nuestra personalidad es algo tan complejo y ejerce una influencia a menudo tan sutil que nos resulta muy difícil darnos cuenta de esa influencia; es decir, de cómo creamos nuestra suerte y la mantenemos al mismo nivel durante años, sin ser conscientes de lo que estamos haciendo.
Aunque el azar, indudablemente, existe, la suerte no es algo tan ajeno a quienes somos. Tus actitudes, decisiones, puntos de vista, formas de ver el mundo, de relacionarte con los demás, de interpretar las cosas que te suceden… Todo eso va moldeando tu suerte. Por eso parece tan estable a lo largo del tiempo. Así, vemos a una persona que se mete en problemas una y otra vez. Si alquila un apartamento, los inquilinos dejan de pagarle a los dos meses de instalarse; si inicia un negocio, su socio desaparece con el dinero. Parece que la mala suerte le ha perseguido toda su vida.
Sin embargo, si nos detenemos a observar la vida de las persona, su modo de comportarse, sentir y relacionarse, empezamos a ver por qué algunos tienen tan mala suerte y otros todo lo contrario. Una persona que no observa a los demás, que no aprende a leer en ellos, que no presta atención, sino que va por la vida a ciegas, elegirá muy mal su compañía, ya sea un socio para emprender un negocio o un inquilino para su apartamento. Y lo hará así durante años y años mientras no se dé cuenta y cambie su comportamiento.
CÓMO MEJORAR TU SUERTE
Crearte una personalidad más propensa a la buena suerte es algo que está en tus manos. Por supuesto, no es fácil; no hay una fórmula que pueda explicarse en pocas palabras, pero si quieres mejorar tu suerte, puedes empezar por practicar lo siguiente:
1. Abre los ojos y cierra la boca. Prestar atención al mundo que te rodea (y tu propio mundo interior) es una de las cosas más importantes para mejorar tu suerte. No vayas a ciegas por la vida, abre los ojos sin miedo a ver la realidad tal y como es; observa, escudriña, piensa y cierra la boca más a menudo: si hablas demasiado seguro que observas poco porque estás demasiado pendiente de todo lo que tienes que decir.
2. Aprovecha la ocasión. Se prestas atención verás más oportunidades. Y si las sabes aprovechar cuando surjan, estarás haciendo mucho para mejorar tu suerte. Por ejemplo, si un desconocido se te acerca para hacerte alguna propuesta de colaboración, escucha lo que tiene que decirte. Puede ser una oportunidad o bien puede darte la idea que andabas buscando. Escucha lo que el mundo tiene que decirte. Es posible que te estés perdiendo muchas oportunidades porque ni siquiera las ves o porque te has cerrado a todo lo nuevo.
3. Escucha a tu inconsciente. Tu mente racional funciona de una manera. Tu mente inconsciente funciona de otra manera distinta. Ambas se complementan y te hacen una persona más sabia.
4. Mantén una actitud positiva y optimista. La buena suerte nunca llega a las personas pesimistas, negativas y refunfuñonas que siempre se están quejando, ¿verdad? Espera tener suerte, espera que las cosas salgan bien. Esto no significa adoptar una actitud ingenua en la que no haces nada porque te has convencido de que todo saldrá siempre bien. Como hemos estado viendo en todo este artículo, la suerte requiere de una actitud activa por tu parte, no pasiva. Haz todo lo que esté en tu mano para atraer a la suerte y espera conseguirlo.
5. Piensa bien de los demás si no tienes motivos para pensar lo contrario. Si sabes observar y prestar atención, te darás cuenta más fácilmente cuando alguien no es de fiar. Por tanto, puedes confiar en los demás cuando confías en tu propia capacidad para darte cuenta de que alguien no es de fiar.
6. Borra de tu vocabulario expresiones como: Qué mala serte tengo, soy gafe, todo me sale mal, por cada cosa buena siempre viene una desgracia... Destruye esos pensamientos quémalos, tíralos a la basura. Son veneno. No te alimentes de veneno.
7. Cambia. Esfuérzate en ser la mejor persona que puedas llegar a ser. Lo positivo atrae a lo positivo. La persona alegre, optimista y amable atrae a su vida gente como ella. Tal vez diga: “Tengo suerte con la gente. Suelo toparme con buenas personas”. Sí, pero es una suerte que se está creando por ser como es. Si hay a tu alrededor personas a las que consideras afortunadas, obsérvalas, imítalas, aprende de ellas, pues tienen el secreto de la suerte en sus manos.