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 EL CAMINO DEL ENCUENTRO - Bucay - 3ª parte



Agosto 13, 2014, 05:24:26 am
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EL CAMINO DEL ENCUENTRO - Bucay - 3ª parte
« en: Agosto 13, 2014, 05:24:26 am »
EL AMOR A UNO MISMO

Sería bueno que yo me cuidara, que me escuchara a mí mismo, que me ocupara de darme algunos gustos, de hacerme las cosas más fáciles, de regalarme las cosas que me gustan, de buscar mi comodidad en los lugares donde estoy, de comprarme la ropa que quiero, de escucharme y comprenderme. Tratarme como trato a los que más quiero. Incluso para cambiar algo de mi mismo, el camino realmente comienza cuando dejo de oponerme (nunca voy a adelgazar si no acepto que estoy gordo).

La teoría paradojal del cambio dice que solamente se puede cambiar algo, cuando uno deja de pelearse con eso. Y si mi relación conmigo me condiciona tanto por dejar de vivir forzándome a ser diferente, imaginemos como condiciona mi relación con los demás creer que ellos tienen que cambiar.
Uno de los aprendizajes a hacer en el camino del encuentro es justamente la aceptación del otro tal como es. Y eso sólo es posible si antes aprendí a aceptarme (por ejemplo: Tu concepto de la puntualidad es tuyo y yo no lo comparto. No tenés que ser como yo, pero no me pidas que sea como vos).

Ser adulto significa hacerse responsable de la vida que uno lleva, saber que las cosas que uno vive en gran medida las vive porque se ocupa de que así sea, y a partir de allí, animarme a quererme incondicionalmente, por egoísta que parezca.

Sabemos ya que el amor no se agota, que mi capacidad de amar es ilimitada, y por lo tanto, que es ridículo pensar que por quererme mucho a mí mismo no me va a quedar espacio para querer a los demás.

El egoísmo es para mí un mago poderoso, capaz de revelarnos algunas verdades sobre nosotros mismos. Pero vivimos rechazándolo, lo queremos matar, sin darnos cuenta de que no podríamos vivir sin él. Todo lo que cada uno se quiere a sí mismo es poco. Con seguridad, a todos todavía nos falta querernos más.

El individuo se vuelve despreciable porque cree que tiene que elegir entre él y el otro, y cuando se elige a sí mismo cree que lo hace en contra de su moral. La idea que anima a concebir el egoísmo como un desmedro de los otros es plantearse la vida como una batalla mortal. Hasta que el individuo no descubre su mejor egoísmo, no se da cuenta de que él es el centro de su existencia y decimos entonces que está descentrado.

Por supuesto, algunos aspectos de nuestro mundo están compartidos; vos y yo podemos charlar, podemos ponernos de acuerdo y también en desacuerdo, podemos tener espacios en el mundo del otro y espacios comunes a los dos. Pero cuando vos te vas… te vas con tu mundo y yo me quedo con el mío.

Si yo renuncio a ser el centro de mi mundo, alguien va a ocupar ese espacio. Si giro alrededor tuyo empiezo a estar pendiente de todo lo que digas y hagas. Entonces vivo en función de lo que me permitas, de lo que me des, de lo que me enseñes, de lo que me muestres, de lo que me ocultes… Y por otro lado, cuando me doy cuenta de que soy el centro del mundo de otro, me empiezo a asfixiar, me pudro, me canso y quiero escapar.

Mi idea del encuentro es: Dos personas centradas en ellas mismas que comparten su camino sin renunciar a su centramiento. Si no estoy centrado en mí, es como si no existiera. Y si no existo ¿Cómo podría encontrarte en el camino? Hay que tener el coraje de ser el protagonista de nuestra vida, porque si se cede el protagónico, no hay película.

Cuanto más disfruto, cuanto más placer soy capaz de sentir, más entrenado está mi amor por mí. Si cuidarte y darte desde el amor me da placer, porqué no pensar que es desde la búsqueda de este placer que yo actúo y ejerzo el amor que te tengo. Cómo no va a ser así, si el amor por vos proviene del amor por mí.

EL SEXO

El contacto entre un hombre y una mujer genera de por sí evolución, genera la posibilidad de conquistar a partir de lo diferente nuevos espacios de desarrollo.

La sexualidad es para el ser humano, más que para ningún otro ser vivo, una fuente de placer.

Así como alguna vez dije que el amor tenía que ver con el sentimiento puro y no hacía falta incluir el deseo sexual, digo en esta oportunidad que el sexo no necesita incluir al amor para ser verdadero.

A medida que pasa el tiempo, uno se va poniendo más exigente con su sexualidad. Como si con el correr de los años conformara menos el mero placer y se buscara más comprometidamente aquellos encuentros que realmente satisfacen. Hacer el amor implica una conexión con el amor que no se da todo el tiempo, ni siquiera entre dos personas que se aman.

SEXO Y REPRESIÓN

Las estadísticas indican que parece más lícito para una mujer que para un hombre pensar que quizá su pareja haya tenido un desliz. ¿Por qué? Porque es más lícito para un hombre tener aventuras. ¿Por qué pensar que un hombre podría y una mujer no? En un entonces las madres de aquellas novias de mi hermano o mías les enseñaban a sus hijas que los hombres teníamos “ciertas necesidades fisiológicas”. La educación ha cambiado, es cierto, los jóvenes mismos son más sanos, sin lugar a dudas. Y sin embargo, hace falta admitir con humildad que nuestra ignorancia pasada influye todavía en nuestras vidas. Seguimos educando como si la sexualidad fuera diferente para mujeres y varones, y esto es manejado por una estructura machista de pensamiento. Casi todos los hombres llegamos al mundo sexual con esta imagen dividida. Las mujeres pertenecen a dos grupos: Madres y putas. Cuando una mujer se anima a ser madre y puta, tierna y sensual, buena y erótica, se siente otra vez completa. Si para la mujer el sexo estaba ligado al amor, entonces no estaba ligado necesariamente al placer. Me parece que hombres y mujeres somos seres sexuados que podemos elegir. Creo que para una señora a la que le encantaría acostarse con todo el mundo, quedarse con un solo señor es un esfuerzo. Habría que ver si debe hacerlo o no. En todo caso, la fidelidad es parte del pacto con su pareja, y cada pareja puede hacer el pacto que quiera.

Yo no tengo ninguna duda de que la sexualidad tiene que ver con el placer compartido; tengan plena certeza de que es así. Pero de ahí a creer que el placer compartido tiene que darse exactamente en el mismo instante geográfico, geométrico y planimétrico es una estupidez.

No vale la pena cancelar el placer del encuentro pensando en la coincidencia de llegar juntos al orgasmo.
Si queremos hacer algo por la sexualidad de todos, habría que: Insistir en que los padres reciban educación sexual para poder transmitirla. El aprendizaje empieza desde la cuna. Evitar censurarnos. La censura en el encuentro sexual es perniciosa. Hay que trabajar con nuestra libertad y con lo que yo llamo autonomía, la capacidad para imponernos nuestras propias normas. Revalorizar la sexualidad hasta conseguir que recupere el enorme valor que tiene. Si tratamos de reprimir la conexión con nuestro deseo, cada vez somos más esclavos de él. Manteniendo abierta nuestra conducta sexual podremos tener una sexualidad más sana, más placentera y, sobre todo, podremos mejorar nuestra capacidad de entrega. Si ocultamos, reprimimos y escondemos nuestro deseo, en algún momento explotará, se volverá pernicioso y terminaremos haciendo cosas dañosas para los demás.

EL AMOR EN LA PAREJA

La pareja no es un estado inmutable de dos personas que no cambian. Es más bien un viaje por un camino elevado psicológica y espiritualmente que comienza con la pasión del enamoramiento, vaga a través del escarpado trecho de descubrirse y culmina en la creación de una unión íntima, divertida y trascendente, capaz de renovarse en la reelección mutua, una y otra vez, durante toda la vida.

La pareja no es una prisión, ni un lugar donde engancharse o quedarse atrapado, sino un camino del desarrollo de ambos. Un camino elevado y quizás riesgoso. Pero sin duda uno de los más hermosos y nutritivos caminos que se pueden escoger.

La idea básica de la teoría de intercambio es que elegimos la pareja pensando que se adaptará a nosotros. La teoría de la búsqueda del reconocimiento sostiene que el factor importante en la elección de pareja es la forma en que la relación con ese otro podría incrementar nuestra valoración de nosotros mismos. La pareja permite que yo me descubra y tenga el placer de ayudar a que el otro se descubra. La pareja constituye, pues, un encuentro privilegiado en mi camino hacia mí mismo, un encuentro simultáneo con lo otro y con lo mismo. Se parte de uno para llegar a la unidad. El estado ideal de una pareja no es el de aquellos primeros meses en que estaban enamorados, sino el de todo el tiempo en que se aman en el sentido cotidiano, verdadero.

Estar enamorado y amar son dos cosas maravillosas, pero no hay que confundirlas. Es por la profundidad que el amor es capaz de aportar estabilidad al vínculo pagando con la desaparición del embrujo y la fascinación. Amor apasionado es el nombre que le reservo a aquellos vínculos donde, amándonos tanto como para poder construir una pareja sin dejar de ser nosotros mismos, de vez en cuando podemos encontrarnos enamorándonos de esa misma persona con la cual vivimos desde hace años. Encontradamente enamorados. Los re-enamoramientos ocasionales son la condición para mantener joven una pareja a lo largo del camino compartido. No vivas acá pensando qué lindo era allá. Tampoco pensando qué lindo era cuando estábamos enamorados, añorando el pasado. Esto que sucede ahora, que es amor, es fantástico comparado con el desamor. Así que, ¿Por qué compararlo con algo que pertenece a otro club?

LO IMPORTANTE DE TODA RELACIÓN INTERPERSONAL NO ES QUE YO TE DIGA QUE TE QUIERO, NI QUE TE LO DEMUESTRE. LO IMPORTANTE ES SI VOS TE SENTÍS QUERIDO O NO.

Sucede cotidianamente; no es forzoso ni obligatorio que al otro le importe lo que a mí me importa, o que al otro yo le importe tanto como él me importa a mí. Y hay que asumirlo.

Estamos entrenados para tratar de manejar la conducta del otro. Si yo consigo que vos te sientas culpable, entonces estás en mis manos. No hay que morir por el otro, sino vivir para disfrutar juntos.

FIDELIDAD

La palabra infidelidad viene de la palabra fidelidad, que viene de fiel, y fiel viene de fe. Fiel es el que profesa o tiene una determinada fe, por eso los creyentes de una religión se llaman fieles. Infiel quiere decir que no cree, ¿En qué no cree? No cree que en su vínculo de pareja pueda encontrar lo que está buscando.

El que es infiel, no le es infiel a otro, sino a su vínculo de pareja. La salida de buscar lo que me falta en otro, no es la solución. La idea de que al estar con otro u otra, donde no hay rutina o desgaste, todo va a ser fenómeno, es falsa. La verdad es que lo novedoso también se volverá rutina si yo no modifico mis actitudes.

Lo que más me gusta de mi relación de pareja es que ambos sabemos que cualquiera de los dos podría hacer una elección diferente. Lo que nos gusta es saber que nos elegimos mutuamente porque así se nos da la gana. Yo no dejo de tener una aventura porque me lo prohíbe mi matrimonio, sino porque yo lo decido.

El sexo sin amor existe, como existe el amor sin sexo, como por suerte existe el sexo con amor, y como por suerte existe nada, ni sexo ni amor, y todas estas son posibilidades de relación entre un hombre y una mujer.

NO SOMOS RESPONSABLES DE LAS EMOCIONES, PERO SÍ DE LO QUE HACEMOS CON LAS EMOCIONES.

Los celos tienen como motor las propias inseguridades: Confío en lo que yo te quiero y en lo que me siento querido por vos, no ando teniendo miedo de que vos tengas una historia por ahí.

No se trata de aceptar la fidelidad como una pauta establecida socialmente, sino de abrir la puerta para que se quede el que se quiera quedar y que salga el que quiera salir. Y entonces confirmar que el otro se queda. Esto es maravilloso.

La historia de que se ama una sola vez en la vida y para siempre es mentira. Es mentira que sea necesariamente para siempre y es mentira que no pueda ser más que una vez en la vida. Me gusta remarcar que se puede amar a alguien, que se puede dejar de amar y que se puede después amar a otra persona.

La pareja es un pacto que nos une, y aunque todo pacto conlleva una cierta puesta de límites, este pacto no está en oposición a la libertad de cada uno. Esta unidad no es estática, está en continuo movimiento y cambio. Es imprescindible ir modificando lo pactado para mantener el equilibrio inestable que es el vínculo de pareja. El cambio es constante y es gracias a él que seguir juntos tiene sentido.


(http://www.pasoalternativo.com/2011/01/el-camino-del-encuentro-jorge-bucay.html)


 

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