DIEZ COMPORTAMIENTOS QUE PUEDEN ESTIMULAR TU SISTEMA INMUNITARIO
Por Ana Muñoz
Cuando deseamos estimular el sistema inmunitario, muchas personas piensan en plantas, vitaminas o alimentación sana como medio para conseguirlo. Sin embargo, también hay otras cosas que puedes hacer que han demostrado ser efectivas, como pueden ser reír, cantar e incluso el control consciente.
1. Reír. La risa y el sentido del humor ayudan a afrontar mejor los problemas de la vida diaria. Además, estimulan la producción de linfocitos, disminuyen los niveles de cortisol (la hormona del estrés) y el umbral del dolor, y aumentan la tolerancia al estrés y la sensación general de bienestar. Así que reúnete con gente divertida, busca programas de humor en la tele, radio o Internet, anota los chistes o comentarios graciosos que encuentres para luego releerlos y reírte un rato (aunque estés a solas), o lee un libro divertido y no solo lo estarás pasando mejor sino que, además, le estarás haciendo un favor a tu cuerpo.
2. Cantar. No hace falta que cantes bien, basta con que cantes, pues hay estudios que demuestran que cantar también puede fortalecer el sistema inmunitario. ¿No te sabes las letras? No importa, entra en Internet y las encontrarás todas. Luego pon tu música favorita y acompaña a los cantantes. Además, cualquier momento puede ser bueno para cantar (excepto quizás cuando en el trabajo), por ejemplo, mientras estás conduciendo, mientras haces alguna tarea aburrida, como limpiar o fregar los platos, mientras te duchas…
4. Contacto físico. Abrazos, carias, relaciones sexuales, o masajes dados tanto por tu pareja como por un profesional hacen disminuir los niveles de cortisol, aumentar los nivele de oxitocina (que ayuda a regular la presión sanguínea, la temperatura corporal, favorece la curación de heridas y alivia el dolor), reducir la inflamación y fortalecer tu sistema inmunitario. Por tanto, abraza a tu pareja y a tus hijos, si los tienes, o bien acude a algún masajista profesional.
5. Meditación mindfulness. La meditación se ha estudiado mucho en los últimos años, y es mucho lo que se conoce ya sobre sus efectos positivos. Según uno de estos estudios, las personas que meditaron durante ocho semanas, mostraron una respuesta inmunitaria aumentada ante el virus de la gripe. Con solo tres minutos de meditación al día pueden ser suficientes.
6. Sé optimista. Un estudio realizado por Suzanne Segerstrom, de la Universidad de Kentucky, demostró cómo la respuesta inmunitaria puede aumentar cuando las personas se vuelven más optimistas y disminuir cuando se vuelven menos optimistas a lo largo del tiempo. El tamaño del efecto fue de 0.19, modesto pero significativo. Para entender lo que esto significa, la autora del estudio explica que el tamaño del efecto cuando tienes hipertensión y tomas un medicamento para combatirla, es de 0,03. Y el tamaño del efecto en la densidad ósea cuando tomas calcio es de 0,08. Por tanto, en comparación, el efecto del optimismo es bastante fuerte, de manera que realmente vale la pena practicarlo.
7. Bebe agua. Beber cualquier líquido y beber agua no es lo mismo. Algunas personas casi nunca beben agua, sino que toman refrescos, café, té o bebidas alcohólicas que, en realidad, les deshidratan. Sin embargo, al agua pura es sumamente importante para que todo nuestro organismo funciones correctamente, incluyendo el cerebro, como puedes ver en esta investigación.
8. Camina. Un paseo de entre 10 y 30 minutos diarios (por ejemplo, para ir y volver del trabajo) ayuda a estimular el sistema inmunitario, al igual que el ejercicio en general. El ejercicio ayuda a que las células del sistema inmunitario se muevan por todo el cuerpo, al estimular la circulación.
9. Evita el estrés. El estrés puede debilitar enormemente el sistema inmunitario y contribuir a la aparición de diversas enfermedades. Las hormonas del estrés, como el cortisol, pueden debilitar la respuesta inmunitaria. Además, los niveles altos de cortisol contribuyen a la hipertensión, reducen la función mental, contribuyen a la aparición de problemas de glucosa (azúcar) en sangre y debilitan la función de la glándula tiroides, entre otros efectos.
10. Control consciente. Si le dices a una persona de la limpieza que su trabajo quema calorías y adelgaza, perderá más peso que si piensa que trabajando no hace ejercicio. Eso no es control consciente, sino más bien inconsciente, pero es una prueba del poderoso efecto que tu mente tiene sobre tu cuerpo. El control consciente de los procesos fisiológicos se puede aprender, y el hecho de tener una mente abierta y pensar que puedes influir sobre tu sistema inmunitario y tu cuerpo ya es un paso importante