5.3 Estructura Pasivo-agresiva
La estructura pasivo-agresiva puede formarse como resultado de una incapacidad del individuo para resolver satisfactoriamente un conflicto con la autoridad ante el cual se encuentra indefenso, y cae en una resignación llena de rabia y frustración. Su expresión agresiva, entonces, se ve coartada por la amenaza de consecuencias negativas y busca otras vías para manifestarse. Incapaz de ejercer su capacidad de protesta en su infancia o víctima de una figura autoritaria y dominante ante los que no tuvo más opción que sucumbir y rendirse.
Esta estructura manifiesta sus sentimientos de rabia de una forma enmascarada y encubierta por un lado, y explicita por otro. Cuando la persona se maneja en el lado pasivo se muestra indecisa, insegura. Detrás de esta pasividad hay un gran sentimiento de culpa, frustración, hay un miedo a expresarse, sobre todo su rabia. Cuando se encuentra en el lado agresivo su actitud es descalificadora, destructiva, defensiva al sentirse víctima, herido, ansioso o inadecuado. Tras su expresión indirecta puede haber un mensaje recibido en la infancia de “no es correcto expresar tu rabia”, “Harás lo que yo te diga sin rechistar” y como en este caso la rabia no es reprimida del todo, se expresa en forma más sutil e indirecta.
En cuanto al trabajo con una persona con estructura pasivo-agresiva que se encontraba en su lado pasivo, me di cuenta que tras su rabia se escondía una dificultad o una falta de aprendizaje asertivo. No se mostraba autentica en sus relaciones, se sentía inadecuada en relación con el otro. No se mostraba honesta en su expresión, podía decir “No me pasa nada, no estoy enfadada”, “No, si a mí no me importa”. Su comunicación era indirecta no expresando sus verdaderos sentimientos. Camuflaba la rabia cuando se sentía incapaz de expresarla de manera segura frente a sus figuras de autoridad.
En su manifestación de rabia había una incapacidad de establecer los propios límites o de tomar sus propias decisiones, por lo que aceptaba hacer cosas que no quería hacer o delegaba su decisión en otros, lo que al final le generaba mucha rabia por su percepción de “hacer lo que no quería hacer” o “Hacer cosas impuestas”. Bajo esto se encontraban sentimientos de incompetencia, inseguridad, falta de ser respetada en sus necesidades, irresponsabilidad, falta de confianza frente a la autoridad. También se escondía en ella una incapacidad de decir No ante las demandas de los otros, aceptando las demandas externas. Esta evitación de la confrontación directa encubría miedo a perder su amor.
La principal fuente de rabia de esta paciente era su percepción de que “era tratada mal por todas las personas”. Su sentimiento de culpa y frustración producía que en su entorno buscase personas que le sirvieran para confirmar que no vale, que no merece ser querida, tratada bien, merecedora de amor o valiosa. De esa manera, entrando en ese juego podía así justificar y descargar su rabia al sentirse ofendida, victima y despreciada. Por tanto, tras la emoción de rabia y frustración se encontraba un profundo sentimiento de vulnerabilidad y desprotección, un miedo a ser y a perder el amor de aquellos de quienes dependen.
5.4 Estructura Psicópata
Las explosiones de rabia en el psicópata son frecuentes, debido en gran medida a una falta de control de impulsos y de conducta. La forma de estar en el mundo de esta estructura es más bien agresiva, defensiva y antisocial. Esto producido por un aprendizaje o trauma temprano de falta de contención, de angustia o miedo.
Hay en el psicópata un sentimiento arcaico de falta de confianza y de seguridad hacia el mundo que lo percibe como algo hostil del que defenderse. Tras esta forma de estar puede haber una experiencia temprana de maltrato, negligencia, ausencia de normas o limites unido a castigos severos o ausencia de afectividad.
La rabia del psicópata se muestra por frustración, incapacidad de conseguir sus metas o alcanzar su acción. George Escribano nos comentaba como la necesidad de supervivencia del psicópata es tan potente desde la infancia que su frustración es enorme cuando vuelve a un estado niño en el que la única forma que tenia de sobrevivir era ajustándose a un entorno incoherente e impredecible y en el que tuvo que aprender a manipular como forma de sobrevivir. Por ello tras su rabia explosiva hay una cuestión de vida o muerte.
La rabia del psicópata enmascara las demás emociones que ha reprimido. Su incapacidad de contactar con emociones autenticas hace que reprima la tristeza, la alegría, el miedo, la angustia, en lugar de ello surge la rabia.
En su historia de vida hay una gran privación emocional, descuido de sus necesidades y relaciones afectivas discontinuas. Pudo crecer en un ambiente carente de expresión emocional, actitudes hostiles, desinterés. Tras su rabia también puede haber una inexistente capacidad de recibir críticas y tolerar la frustración. Por tanto, su emoción básica de rabia puede ser producto de un sentimiento más profundo de vulnerabilidad. Anfusso (2009) refiere que “El psicópata roba buscando a la madre perdida y destruye o molesta intentando recuperar el marco confiable, el hogar y la función paterna de los que fueron desposeídos”.
5.5 Estructura Borderline
Su rabia es muy primaria, puede ser expresada o surgir una defensa contra ella. Sus manifestaciones de rabia son en forma de hostilidad, reacciones de furia sin control, pasajes al acto, demandas externas excesivas.
Detrás de la rabia hay frustración o temor de pérdida o abandono. Tras su rabia incontrolable hay una proyección hacia el otro. El Borderline experimenta un conflicto interno entre el miedo a depender del otro y el miedo a quedarse solo.
En esta emoción de rabia hay un patrón de relaciones interpersonales inestables e intensas caracterizado por estados alternos de todo o nada. La personalidad Borderline suele manejar su rabia de forma retroflectada de modo que se hace daño a sí mismo en vez de sacarla hacia fuera, de aquí sus conductas abusivas de consumo de sustancias, conductas sexuales promiscuas o conductas limites.
Por tanto la rabia es una emoción con la que enmascara un sentimiento crónico de vacío y una capacidad afectiva polar amor-odio. Todo esto es producto de un profundo miedo al abandono. Detrás de su rabia puede haber también una manipulación para controlar a los demás como forma de no “dejarles escapar”, de retenerlos y así no ser abandonados.
La estructura Borderline proyecta como forma de defenderse. Cuando proyecta el objeto bueno, la estructura Borderline incorpora amor y seguridad, tiene una base segura, mientras que cuando proyecta el objeto malo (sus propios deseos o cualidades inaceptables, su yo malo) siente rabia por un fuerte miedo de rechazo. Se produce una lucha interna por mantener la imagen positiva de si por lo que descarga su rabia para controlar los objetos malos y de alguna forma destruirlo.
Por tanto, concibo la rabia en el Borderline como único o esencial afecto, encontrando debajo un sentimiento profundo de abandono y tristeza. En esta rabia que manifiesta hay una necesidad de tragar o destruir el objeto malo. La dependencia les origina rabia, sus sentimiento de soledad e incapacidad de expresarlo, propicia rabia, siendo esta rabia una forma de tapar una tristeza que no es capaz de tolerar.
5.6 Estructura Narcisista
El narcisista está atrapado entre su yo real y su yo ideal, identificándose con la imagen idealizada de sí mismo, quedando así negado un yo real que le resulta inaceptable. En la estructura narcisista hay grandes esfuerzos por mantener alejado su verdadero yo para lo cual utilizaran la rabia como forma de negarlo y mantenerlo a raya. Tras esta rabia hay un miedo a sentirse vacio, poco valioso e importante. Por tanto, para el narcisista la rabia es una defensa de esta imagen grandiosa con la que desciende su miedo.
La expresión de rabia de la estructura narcisista puede ser debido a una especial vulnerabilidad, por ejemplo a las criticas externas y a la frustración de sus metas. Ante la no consecución de sus metas y objetivos puede haber un fuerte sentimiento de vergüenza o envidia hacia aquellos que lo obtuvieron o que percibe “mejores que el” lo que desencadena una rabia muy potente. Andrew Morrisson decía: “La rabia narcisista es la cara visible de una vergüenza insoportable”. Esta rabia enmascara miedo y dolor ante la superación por parte de otro con el que obtendría un mensaje “No eres el mejor, no eres nada” y así temblarían los cimientos de su parte idealizada. Mediante su rabia se defiende de ese niño que tiene miedo, que se siente perdido, carente de amor y aceptación y que se avergüenza de sí mismo.
El narcisista al negar su yo e identificarse con su imagen ideal, pone en los demás los aspectos negados de sí mismo, por lo que el ataque y la rabia volcada hacia el otro es una forma de destruir aquellos aspectos que rechaza de sí mismo. Para ello el narcisista hace intentos de eliminar el objeto que el percibe como malo y así engrandecerse.
En mi experiencia con este tipo de estructura he percibido que bajo su imagen grandiosa, perfecta, altiva, prepotente se escondían marcas muy hondas de humillación sufridas en el pasado, sentimientos de ser invisible. A modo de supervivencia el narcisista opta por borrar cualquier tipo de recuerdo o experiencia negativa, negándolo y creándose una imagen que pudiera mantener sus partes buenas, su seguridad y no entrar en contacto con sentimientos de inferioridad. Por ello cuando se siente amenazado entra en conflicto con la parte negada y experimenta un profundo dolor, falta de seguridad y pérdida de autoestima, perdiendo así todo el sentido de si, su bienestar y aparente estabilidad. Esconde un miedo al vacío, a la soledad y al desprecio de quienes cree le quieren por ser “grande”.
Sin esta defensa nos encontraríamos con una persona frágil y vulnerable, con falta de apoyo, amor, calor y seguridad. Por tanto la función de su rabia es luchar para eliminar aquellas emociones que hay debajo de tristeza y miedo. Estar triste para el narcisista significa necesitar, echar de menos algo que le pone en una posición de vulnerabilidad. Le abre la posibilidad de ser rechazado y humillado, por lo que evitando la tristeza se defiende de ser herido. La rabia en este caso sería una defensa ante la necesidad de cuidado, armonía y amor que necesita.
5.7 Estructura Paranoica
El paranoico no acepta su rabia, la niega sintiéndose víctima de su entorno y experimentando el ambiente como amenazante. Al excluir su rabia de si mismo queda en una situación de vulnerabilidad, descendiendo su capacidad de defensa, y siendo susceptible de ser dañado. Anulada su rabia afloran sentimientos de indefensión, culpabilidad y debilidad, se sienten utilizados por los otros. La rabia les sirve para proteger un concepto de si muy frágil.
El paranoico trata de confirmar sus ideas negativas preconcebidas, respecto a la gente o las situaciones que les rodean, atribuyendo malas intenciones a los demás, lo que no dejan de ser proyecciones de sus propios miedos. Esto les origina dificultades para mantener vínculos estrechos con otras personas.
En mi experiencia la rabia del paranoico es producto de sentimientos de incomprensión, maltrato o percepción de ser víctima de los otros. Tras su expresión de rabia hay una percepción de que quieren dañarle o aprovecharse de sus buenas intenciones. Su desconfianza hace que esté en un permanente estado de alerta y que sienta como hostil el comportamiento del otro.
Esta expresión de rabia puede producirse por miedo a ser rechazados o abandonados, de manera que esta estructura ha desarrollado el ataque continuo y la desconfianza como estrategia de defensa y protección.
Reacciona ante las críticas con sentimientos de rabia o humillación. En terapia una paciente manifestó una rabia desproporcionada hacia su pareja al recibir una crítica, con sentimientos de estar siendo manipulada, burlada y no tenida en cuenta. Su rabia era una rabia proyectada hacia el exterior. Esta proyección e interpretación equivocada que " el otro quiere hacerle daño" produce que los demás son siempre los culpables de sus enfados y generan la idea de “Yo no estoy mal, ellos están mal y se aprovechan, abusan, engañan y desprecian”, con lo que aumenta aun mas su miedo.
Mirando detrás de esa rabia tan potente pude descubrir una persona con mucho miedo, entre los que destacaban su miedo a estar solo, ser abusado y a no tener amor, aunque también mediante su desconfianza y suspicacia evitaba ese amor. Lo expresa de manera clara Claudio Naranjo cuando afirma "el odio paranoide es una defensa contra el amor". Hay un miedo en el paranoide a la falta de amor pero también al amor ya que significaría ser vulnerable, ser íntimo y confiar, algo que no se puede permitir.
Su historia de vida estaba llena de momentos de desatención y negligencia y momentos de sobreprotección, una inconsistencia que hacia desconfiar a un niño que no entendía esos momentos de hostilidad y rechazo, por lo que se volvió suspicaz y desconfiado. El mensaje que pudo recibir es que tras un buen comportamiento, una manifestación de amor o palabras amables hay motivaciones ocultas. Por este motivo, no ha podido establecer una relación solida y estable de confianza quedando fijada, a lo largo de su desarrollo, un patrón de desconfianza emocional. Por tanto mediante la rabia evitan la intimidad con el otro, exponerse al otro, ser vulnerable y miedo a que le hagan daño.
5.8 Estructura Esquizoide
El fin del esquizoide es impedir la manifestación de su rabia, la cual vive de manera desafiante y amenazante. Para realizar estos fines, el esquizoide niega su emoción. Al negarlo presenta grandes cantidades de rabia no consciente. Considero que el conflicto central del esquizoide tiene relación con la expresión de su rabia, al reprimirla como forma de supervivencia. Debido a esta represión el esquizoide no moviliza su rabia por miedo a que se desborde y haya consecuencias fatales. Por este motivo, no hay una defensa mediante la rabia si no mediante la desconfianza y el miedo manifestándose a través del cuerpo.
El cuerpo del esquizoide es inexpresivo y rígido. Cuando el esquizoide experimenta una fuerte tensión interna, puede tener reacciones emocionales de rabia repentina e imprevisible manifestadas a través del cuerpo. Inmovilizando el cuerpo el esquizoide evita que se movilicen estas emociones. Al trasformar su rabia en miedo y aislamiento, su cuerpo se vuelve rígido sin capacidad de acción, lo que le ayuda a controlar una posible manifestación emocional. Por tanto, la carga emocional de rabia con la que el esquizoide vería amenazada su existencia, la vuelve hacia dentro, la congela, no dejándola salir.
Tras la congelación de la rabia hay miedo de ser invadido o aislado que experimenta a un nivel existencial de supervivencia o muerte. Pueden emplear la rabia para defenderse del amor que perciben como peligroso, un patrón que comienza tempranamente en la infancia.
Las experiencias tempranas del esquizoide pueden ser de una madre no confiable, normalmente cuando ella alterna periodos de invasión y de abandono. Existirían carencias de la madre ante las necesidades del niño que las trataba como algo malo o negativo. El niño podría concluir que su rabia puede hacer peligrar la relación con la madre y destruir esa relación implicaría la muerte. Estas experiencias van calando en el niño que como no puede expresar su rabia se aísla para protegerse y evitar el total abandono.
La movilización de la rabia resulta desconocida y amenazante para el esquizoide. Para él, su modo de afrontar un mundo amenazador, intruso, que no responde a sus necesidades, que le puede abandonar, es negando cualquier necesidad y emoción. En la manifestación de la rabia se experimenta un aumento en los niveles de excitación del organismo. Adaptándose, el niño aprende a interrumpir éste aumento de excitación cuando alcanza cierto grado que él percibe como peligroso. La rabia ya activada, que no puede ser reconocida como tal por estar negada la arroja fuera de él.
Cuando el esquizoide se encuentra en un estado defensivo en el que conecta con la frustración activa defensas de aislamiento y rabia retroflectada pudiendo sentir humillación, vergüenza, se siente defectuoso, malo. Si siente y necesita puede perder amor. Tras la rabia hay un miedo a ser invadido y perder su independencia, ya que vive las relaciones como su fueran una gran trampa. Se defienden de esto porque no confían en que puedan separarse cuando lo necesiten. La rabia esconde también un miedo a la intimidad, por lo que el esquizoide cuando percibe esto rompe la relación. Para el tanto la unión como la separación amenazan su vida.
En mi experiencia la rabia del esquizoide esconde un sentimiento de vergüenza muy profunda hacia sí mismos, ya que se vivencian como defectuosos, indeseables, incapaces, no dignos de amor. Por lo que la rabia es manifestada contra ellos mismos al internamente sentirse débiles o necesitados del otro. Para ellos necesitar es algo vergonzoso, por lo que niegan necesitar, y sienten rabia. Esta rabia queda enmascarada mediante la autocritica, la vergüenza o la tristeza cuando intenta manifestarse. Por tanto, si el esquizoide vive experiencias continuadas de censura, desaprobación, prohibición o amenaza hacia la expresión de su rabia, surgirán emociones de vergüenza o miedo.
Autora: Cristina Horna