PARA LLEGAR
Cuánto nos cuesta querernos a nosotros mismos y saber valorarnos tal y como somos, mirarnos en el espejo y ver el verdadero reflejo ante los ojos del corazón.
Qué de cosas nos perdemos cuando vamos buscando la forma de no encontrarnos a nosotros y no hacer resurgir de dentro todo lo bueno y el no saber ir más allá de las palabras, porque nos parece imposible que exista amor, que no haya maldad en las personas que nos muestran su luz; nos ponemos en plan ególatras y nos gustaría que todo fuese como nosotros, pero esto es algo que es imposible pues cada uno es como es ni mejor ni peor , pero no se necesita ver físicamente a alguien para conocerla y dar lo mejor.
Qué daño nos hacemos cuando no reconocemos las cosas, lo que nos angustia; qué de daño gratuito por no saber decir algo que sientes y tratas para taparlo y dices palabras y encima te llenas de tu propio orgullo para quedar por encima del otro; cuánto más sencillo es decir lo que piensas sin tratar de quedar por encima y con un respeto que haga sentir a la otra persona bien y no como una cretina por haberlo intentado.
Todos tenemos unas circunstancias diferentes y distintas, todos tenemos esos momentos de bajón y de subida pero son esos momentos lo que en tu caída te hacen levantarte y sentirte viva y no un mueble más que esta en esta vida pasando por pasar.
Cada uno sabemos cómo actuar, cómo ser mejores cada día y tenemos siempre lo suficiente para ello pero cuando arrebatamos el respeto a los que tenemos alrededor por creernos más que otros entonces es cuando perdemos los papeles y todo se vuelve oscuro y con tinieblas de las que luego es difícil salir, pero aun así también se sale y se ve la luz. Sólo tienes que cambiar la forma y la manera de actuar y todo dará la vuelta a lo que tú quieres y siempre dando lo mejor de ti, porque los seres humanos somos como somos pero tenemos más bueno que menos bueno.
Para llegar al rumbo primero te tienes que querer tú, pues si no nadie lo hará; te tienes que saber mirar, tienes que aprender de lo menos bueno y resurgir, porque la vida sigue a pesar de que tú creas que la puedes parar.
La vida es un sin fin de consecuencias de la que tú eres participe y en la que tú vas escribiendo cada día, cada momento lo que es y no es, y de tu forma surge la vida real y no la de ensueño, la que te hace renegar de todo, esa no es la vida real, es la que tú te montas en tu imaginación por tus miedos y por no saber que eres capaz de afrontar las circunstancias que se te presenten.
No siempre es fácil, no siempre surge de un día a otro pero el tiempo da la visión para saber que las semillas que plantas crecen, resurgen y merecen la pena tal y como son cuando tú las respetas, las aceptas e intentas dar sentido a lo que no lo tiene.
Hoy es un gran día lo hemos intentado aunque nos hayamos equivocado, pero hemos estado y lo hemos intentado que no es poco.
Esther Sánchez Orantos
