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 EL ORIGEN METAFÍSICO DE LAS ENFERMEDADES - 2ª parte



Septiembre 11, 2014, 08:44:21 pm
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EL ORIGEN METAFÍSICO DE LAS ENFERMEDADES - 2ª parte
« en: Septiembre 11, 2014, 08:44:21 pm »

Ansiedad, la otra cara de la depresión. Depresión y ansiedad, distintas manifestaciones de la misma enfermedad. Pensamientos y creencias negativas. Se tiende a proyectar la mente en el futuro, lo que no nos permite vivir el presente. La preocupación y el sufrimiento psicológico, es un camino directo a la enfermedad. La fiebre de la prisa, aumenta la ansiedad.

Insomnio, Miedo, culpa, pensamientos negativos. Desconfianza en el proceso y fluir de la vida. Angustia, miedo de la vida, falta de confianza en el proceso de la vida. Resistencias, falta de fluidez. Pensamientos negativos. Apatía, negativa y resistencia a sentir, porque no agrada lo que se ve y se siente. Miedo.

Esclerosis múltiple, rigidez mental, dureza de corazón contra sí mismos y contra el mundo, miedo, inflexibilidad. No aceptar otra forma de ver las cosas. Su mismo nombre ya lo indica, múltiples endurecimientos. Al ser incapaces de imponerse, su frustración la interiorizan re-dirigiéndola contra sí mismos.

Problemas de espalda, se suele sentir una falta de apoyo en la vida. Suelen ser personas que se sobrecargan de trabajo y presión, más de la que pueden aguantar. Y sienten este exceso de tensión en forma de dolor de espalda. Cargar demasiada responsabilidad sobre nuestras espaldas revela un afán oculto de grandeza o quizás un complejo de inferioridad.

En la parte superior es un sentimiento de falta de apoyo emocional. Sensación de no ser amado.

En la parte media, sensación de llevar una pesada carga, atascamiento en el pasado.

Las personas con dolores en la parte baja de la espalda suelen padecer constantes problemas económicos en su vida, o al menos esa es la percepción que ellos tienen. Sienten una falta de apoyo económico.

Ciática, temor al futuro y a carecer de bienes materiales, inseguridad ante el porvenir. Rencor, agresividad reprimida, rechazo a algo o a alguna persona.


Tortículis, falta de flexibilidad en nuestras opiniones y forma de ver la vida, rigidez de pensamiento. Terquedad.

Problemas de estómago, Incapacidad de digerir, asimilar lo nuevo en nuestra vida. Temor a lo nuevo. Falta aceptación.

Indigestión, miedo visceral, terror, angustia. Quejarse por todo.

Estreñimiento. Temor a soltar. Sentimiento de falta y carencia. Negativa a abandonar viejas ideas. Tacañería. Mezquindad.
Hemorroides, rabia por el pasado, temor a soltarse, sensación de carga.

Fibromas, quistes. Resentimiento, rencor contra la pareja afectiva.
Sentimiento de “me han lastimado y herido injustamente”.

Fibrosis quística, convicción de que la vida no va a ir bien, sentimiento de víctima.

Problemas en las articulaciones, representan cambios en la orientación de la vida, y la dificultad con que se llevan a cabo. Resistencia al cambio. Los cambios producen miedo.

Los riñones son la sede de la convivencia y de la comunicación con el prójimo. Los dolores y afecciones de los riñones se presentan cuando hay problemas de convivencia, problemas de relación con nuestros semejantes.

Vejiga de la orina, ante determinadas situaciones que nos producen tensión psicológica, experimentamos una necesidad de vaciar la vejiga. La tensión que se experimenta a nivel mental, acaba manifestándose en el plano físico, a través de la vejiga.
Hepatitis y problemas de hígado, es la sede de la rabia, ira, indignación y agresividad reprimida. Miedo y resistencia al cambio.
Cálculos biliares, amargura, juicios condenatorios, agresividad reprimida y petrificada.

Ictericia, prejuicios internos y externos, la forma de pensar y la razón están desequilibradas.

Herpes labial, enfado, disgusto y temor de expresarlo.

Herpes genital, culpa sexual, remordimientos.

Problemas menstruación, rechazo de la feminidad, culpa, temor. Relacionar genitales con sucio y pecaminoso.

Menstruaciones abundantes, se deben a que la mujer está sometida a un estrés emocional excesivo, combinado con la creencia de que no tiene ningún poder de elección en su vida y de que sus opciones están controladas por otros.

Problemas de la menopausia, miedo a envejecer, miedo a dejar de ser deseable, sensación de cualquier tiempo pasado fue mejor. Amargura por las oportunidades perdidas. Rechazo de una misma.
Rechinar de dientes al dormir, agresividad no manifestada, muchas veces inconsciente. Agresividad impotente, en estado latente.

Hipertensión. Personas que tienen un conflicto, pero que no lo afrontan. Viejo problema emocional no resuelto. Indicio de agresividad reprimida. Rehúyen los conflictos.

Hipotensión, ante un conflicto se evaden. Les falta ánimo y valor. Rehúyen los conflictos. Derrotismo.

Cuando padecemos algún tipo de gripe, catarro, resfriado, suele ocurrir que alguna situación de nuestra vida, nos ha hinchado las narices (metafóricamente) y nos está produciendo enfado (conflicto mental) y esa rabia se acaba manifestando en nuestro cuerpo. El conflicto mental al igual que un disgusto provoca el debilitamiento del sistema inmunológico y por tanto mayores posibilidades de enfermar.

Infección, enfado, irritación, rabia, fastidio.

Inflamación, ira, rabia pensamientos inflamados. Miedo.

Mononucleosis, enfado y rabia por no recibir amor y aprecio.
Adicciones, esconden algo.

Toda adicción evita el contacto con la emoción. Puede ser un sentimiento de vacío existencial, falta de amor, sentirse solo, desconexión con nuestro ser superior. Nuestra realidad nos hace sufrir y la adicción enmascara nuestro sufrimiento, de forma temporal para luego recrudecerlo.

Heridas, enfado con uno mismo, conflicto mental. Culpabilidad.

Sida. Amor y sexo deben ir juntos, tienen que estar en equilibrio, sino no es posible alcanzar la unidad. Disociación entre amor y sexualidad. El amor no vivido, pasa al subconsciente, y a la larga se manifiesta en el cuerpo en forma de destrucción de las defensas del organismo. Amor es apertura, vulnerabilidad, entrega, unión. Amor no vivido en el plano espiritual, se vive en el plano físico, con una aniquilación de las defensas físicas.

Alzheimer, Negarse a enfrentar la vida. Desesperanza, desamparo.
Accidentes, incapacidad de hacerse valer, rebelión contra la autoridad. Problemas no resueltos. Son aprendizajes forzosos. Los accidentes a pesar de venir de fuera, están íntimamente ligados con nuestro interior. Por la ley de resonancia no podemos entrar en contacto con algo con lo que no tengamos nada que ver. La propensión al accidente existe para un determinado tipo de personas. Es una parada en nuestra vida, que debemos investigar. De esta nueva situación deberá surgir algo nuevo, una nueva orientación.

Nosotros somos responsables en un porcentaje muy alto de nuestra salud y de nuestra enfermedad. Pero esto no se tiene que percibir de forma negativa, sino todo lo contrario, hay oculto un mensaje positivo. De la misma forma que tenemos el poder de crearnos una enfermedad, tenemos el poder de curarnos esa enfermedad. Nuestra mente es tremendamente poderosa, nos puede hundir y enfermar pero al mismo tiempo nos puede salvar y curar. Sólo de nosotros depende.

Dentro nuestro, en nuestro interior más profundo, existe un lugar desde el cual todas las cosas son posibles. Los terapeutas estamos para ayudar pero quien realmente se cura es el paciente, el propio enfermo, y se cura cuando decide curarse. Cuando decide ir hacia su interior y preguntarse qué está haciendo mal, o quizás deberíamos decir que está pensando mal y por tanto sintiendo mal. Es responsabilidad de cada uno de nosotros, el buscar, indagar, cuestionar, perseverar hasta poder encontrar el mensaje, la enseñanza valiosa que se oculta en cada situación, suceso, vivencia, circunstancia, síntoma y enfermedad.

Cada vez que veamos un defecto en otra persona, deberíamos hacernos un examen de conciencia, y cuando seamos capaces de ver nuestros propios defectos, sentiremos más comprensión ante los defectos de los demás. Otra práctica de crecimiento interior es centrarnos en encontrar virtudes en el prójimo, en lugar de enfocarnos en sus defectos. Si verdaderamente lo intentamos de corazón, las descubriremos. Ya que todos absolutamente todos, somos un compendio de defectos y virtudes. Es sólo cuestión de cambiar nuestro enfoque, en vez de mirar lo negativo, mirar lo positivo. La cara siempre mirando a la luz, y de espaldas a la oscuridad. En la vida no todo es blanco o negro, hay una gama infinita de grises.

Necesitamos cuidar bien nuestro pensar y sentir. Hay que tener una actitud mental positiva ante nosotros mismos, hacia los demás y hacia la vida en general. Y sentirnos conectados espiritualmente. Si realmente queremos una vida dichosa, deberemos tener pensamientos dichosos, lo cuales crearán emociones dichosas.

Tenemos que aprender a observar a las personas y a los hechos sin que nuestro ego automáticamente cree un juicio de aprobación y conformidad o bien de condena o repulsa. A todos nos resulta tremendamente doloroso asumir nuestra responsabilidad total en nuestra vida, nuestras circunstancias y situación de vida. Y siempre tendemos a evadirnos de esa responsabilidad y buscar la culpa en el exterior.

Sentirnos conectados espiritualmente, es saber que algo muy superior a nosotros guía nuestros pasos. Que nada es casual, que todo tiene un por qué. El azar y la casualidad no existen. Todo lo que nos pasa, todo lo que acontece en nuestra vida es por algo, tiene una razón de ser. Lo único permanente, que perdura más allá de la tumba, es la conciencia. Porque nuestro cuerpo desaparecerá, al igual que nuestros pensamientos, emociones, sentimientos, nuestra mente, nuestra personalidad, nuestro ego. Sin embargo dentro nuestro, en nuestro interior más profundo, está nuestra esencia real, la que es eterna, inmutable, permanente, la que no puede ser destruida jamás.

Cuando nuestro cuerpo, mente, emociones y acciones estén en armonía será cuando estemos en sintonía, en un óptimo estado vibracional y por tanto se manifestará una salud plena. La única forma de empezar a controlar nuestra propia vida es controlar nuestra forma de ver la vida, nuestra forma de pensar y de sentir, y así controlaremos nuestra palabra y nuestras acciones. Todo lo que pensamos y creemos, justamente va creando nuestro destino y futuro.

Todos nuestros problemas no son sino que oportunidades para crecer interiormente, la mayoría de ellos proceden de las vibraciones que hemos estado emitiendo en el pasado. ¿Quieres cambiar tu futuro? el único camino posible es trabajando desde el presente, aquí y ahora. Si cambias tu presente, cambiarás tu futuro. El mayor negocio que existe es el negocio de la enfermedad. No dejes tu salud en manos de otros, responsabilízate tu mismo. Recordemos que la única forma de curar una enfermedad incurable, es desde nuestro interior más profundo.

Para sanar es esencial ver y reconocer la verdad acerca de nosotros mismos, acerca de nuestra participación en la creación de nuestra vida y acerca de cómo nos relacionamos con los demás.

Enfermedad incurable, quiere decir curable desde el interior.

Fuente: John Demartin

 

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