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 LA HUMILDAD EN EL CAMINO ESPIRITUAL



Octubre 28, 2014, 04:12:16 pm
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LA HUMILDAD EN EL CAMINO ESPIRITUAL
« en: Octubre 28, 2014, 04:12:16 pm »
LA HUMILDAD EN EL CAMINO ESPIRITUAL Y EN EL CAMINO CHAMÁNICO



“La humildad es el fundamento de todas las demás virtudes. Así, en el alma en la que no existe esta virtud no puede haber ninguna otra virtud que la mera apariencia.”
San Agustín


La humildad es el centro de todo camino espiritual sincero y de toda práctica verdadera. Es bíblica y presente en el Nuevo Testamento, es una de las raíces del Zen y del budismo así como de muchas otras prácticas espirituales auténticas, y es, por supuesto, junto con la compasión y el corazón, un pilar del chamanismo auténtico.

Hoy en día, me acordé de una frase de Stephane Kosen Thibaut, este maestro Zen con un carácter fuerte y lleno de humor que ha creado su propia familia espiritual (sangha) en Francia y en Argentina después de haber heredado de la transmisión póstumo de Taisen Deshimaru, él mismo un monje zen único con una espiritualidad excepcional que llegó a Europa para implantar la semilla de Zen en los años setenta.

En esa época, estaba en un retiro en el templo zen del sur de Francia y meditábamos intensamente oscilando entre el trabajo del ego, los dolores de piernas y los momentos de gracia maravillosa que venían a esmaltar la tranquilidad silenciosa de nuestro loto en la Poesía del instante.

Durante un Kusen – la enseñanza hablada durante la meditación – (las de Stéphane Kosen Thibaut son muy profundas y a menudo muy divertidas) el mencionó que, pocos años antes, después de la apertura del templo y durante la construcción del Dojo: “incluso mover una piedra y tomar el riesgo de molestar a un hormiguero”, lo había cuestionado más de una vez. ¿Quién era para decidir ponerse entre las leyes cósmicas y la creación, y para mover o desplazar lo que el propio Dharma (Dios, las leyes cósmicas) había puesto ahí?

Esta anécdota resume para mí lo que se llama humildad en el camino espiritual y le da la definición esencial. La humildad examina primero nuestra relación entre, por un lado, la Vida, Dios, el universo, las leyes cósmicas y por el otro lado, la conciencia de que nosotros ocupamos un lugar pequeño en el mundo de los vivos y de la creación, que si por cierto es un lugar maravilloso, no deja de ser un lugar pequeño.

En la práctica espiritual, no solo la humildad es la acción de no subir por encima de los demás o de creerse superior, sino que está enraizada en la conexión regular con la grandeza del universo y con el creador. Se practica de modo igual frente a todos los fenómenos de la vida y no sólo sobre la relación entre los hombres.

“La humildad, al parecer no sabe nada pero a la vez todo. Por otro lado, la arrogancia parece saberlo todo y en realidad no sabe nada “
Autor desconocido.


CITAS ESPIRITUALES, CHAMANISMO Y HUMILDAD.

En el chamanismo, es la misma conciencia en la magnitud de las leyes cósmicas y de nuestra pertenencia al mundo vivo que nos guía y todo tiene la misma importancia en este mundo de la vida a la que pertenecemos. Magnificamos, agradecemos, considerar que todo es sagrado de modo igual y sin hacer jerarquía desde la brizna de hierba, las piedras, los insectos, los hombres, y todas las criaturas con quienes compartimos esta aventura de la vida. Esta naturaleza sagrada de la creación es una clave sumadamente importante para la comprensión de la verdadera humildad en el mundo de las prácticas espirituales.

¿Cómo podemos pretender elevarnos por encima de las demás criaturas o de los hombres frente a la conciencia de la inmensidad de la creación? Además, cómo podremos creer en la supuesta perfección de nuestro propio ser una vez nos hayamos dado cuenta de todo el trabajo que tenemos por hacer en nuestras propias imperfecciones? El camino chamánico y la práctica espiritual diaria nos enseñan el largo camino que queda por hacer para purificarnos, para permanecer humildes, con corazón abierto, con compasión. Entender, ver, sentir el mundo y la vida a través de los ojos de Dios, del Dharma, del cosmos o del Espíritu con un juicio no egoísta, es la esencia del chamanismo y de su práctica.

Por supuesto, el poder del ego y de la mente son enormes, apenas vivida una experiencia que ya se cristaliza y se congela en palabras estrechas. Se acaba apena de cumplir o ver un milagro y ya se mete la duda y viene la sed de otro milagro. Si no se practica en base regular, muy pronto todo lo que se recibe se pierde en las nubes del recuerdo y pronto parece a sueño. En el Zen, el despierto, la iluminación, el Satori se debe de olvidar una vez se haya conseguido, para evitar buscarlo de nuevo con la mente equivocándose “como era?” “A que parecía?” No importa, los despiertos vienen cuando más lo esperan y nunca siguen igual. El recuerdo y la búsqueda son ilusiones en el camino al igual que las palabras. Hay que dejar fluir y dejar de buscar. El ego no sirve en todo eso y uno que pregona estar despierto ya ha dejado de serlo y se ha caído de nuevo en la mente y los juegos del ego. El que habla es el ego, el que experimenta no lo es. Hablar del satori no es solo arrogancia es dejar que el ego lo ensucie y se apodere de él.

Del mismo modo, el chamán no se jacta, ni se entristece de su éxito o su fracaso. Cultiva cuidadosamente humildad. ¿Cómo en el corazón de una práctica sincera se podría argumentar sobre los otros, o pretender enseñarles, estando nosotros mismos en el camino del aprendiz, conscientes de la magnitud de la tarea y del trabajo que se debe hacer en nosotros mismos cada día? ¿Cómo pretender saber cuando se está consciente de tanto para aprender ? ¿Por qué querer elevarse por encima de los demás, si nos desprecia y nos hace caer fuera del camino, en las trampas del ego? Otra vez, al igual que en el budismo zen, la parte quien sabe, cura y actua en trance chamánico desde dentro de nosotros no nos partenece. Esta luz es un trozo de la luz divina, de la consciencia y de la energía cósmica, es Dios. Para qué serviría la arrogancia cuando se trata de algo que no te partenece y que solo está si tu ego no se apodera y se queda afuera? La humildad no es un esfuerzo en el chamanismo, ni un valor externo que aplicamos, es la esencia de la comprensión y nos viene de la práctica y de la experiencia.


“¿Cómo puedes estar orgulloso si no estás despierto?
¿Cómo puedes estar orgulloso si incluso los que están despiertos, no lo son? “
Autor Desconocido


CITAS ESPIRITUALES, CHAMANISMO Y HUMILDAD.

Sin embargo, el mundo está lleno de predicadores. Tantos mercaderes del templo que sueñan con ser guías, con ser seguidos y escuchados, haciendo tan poco trabajo real sobre ellos mismos, y que no practican lo que predican… Entre narcisismo, búsqueda de reconocimiento y de éxito social, sed de adulación cuando no se trata solo de sed de dinero, se esconden debajo de la cara de la falsa sabiduría y a menudo de la falsa humildad. Incluso aquellos que están en búsqueda sincera terminan a menudo perdiendo su juicio, en contra de aquellos que tienen del ser espiritual solo la pálida apariencia. De hecho, no hay nada peor que la humildad usurpada y nunca se debe olvidar que la humildad verdadera se juzga por los actos y no por las palabras. Es en la sombra que se encuentre esta última. Al igual que el compartir o la donación verdadera, la humildad verdadera no está pregonando ya que interesa solo la relación de uno con Dios, nunca se prostituye bailando en la luz de los reflectores. No le interesa ser el centro de atención y no se dirige hacia fuera sino hacia dentro. Al revés, la arrogancia, las trampas del ego o la falta de corazón conviven mal con la verdadera humildad y ellos mismos son más fáciles de ver en los actos de un falso en la grande luz del dia.

Siguiendo en el mismo tema y para ilustrarlo, a lo largo de la historia del Zen , la transmisión de la maestría, el ” Shiho”, casi siempre ” cayó ” en los monjes que menos lo esperaban y muchas veces no lo deseaban. Incluso muchas veces los “elegidos” se veían obligados a huír de los templos porque los monjes mas grandes apoderados en la jerarquía de los templos y celosos del desafortunado que ni lo había solicitado podían meter su vida en peligro buscando matarlos. Ocurre que la profundidad espiritual no viene con el tiempo, ni con la antigüedad, sino simplemente con la verdadera práctica de la humildad y sencillez de corazón y siempre fue el camino seguido por el shiho.

Hay unas razones sencillas que explican que el monje ” eligió” convertirse en maestro siendo muchas veces sorprendido por no decir renuente para recibir la transmisión. Profundamente enraizado en la experiencia espiritual más alta y directa, la humildad del monje elegido siempre es grande ( por lo cual el maestro también lo reconoció ). Él no quiere poder y ni siquiera lo codicia. También es consciente de la gran dificultad que hay para despertar a los demás y sabe que siempre hay un riesgo al ser elevado como maestro por encima de los otros. Su camino de monje zen hasta que le toca la enseñanza, está muy lejos de eso por no decir, que va en sentido totalmente contrario de esta elevación. Convertido en maestro, el monje sabe que tendrá que hacer más esfuerzos para no perder la serenidad de su práctica y la humildad.

La elevación espiritual es algo inmensamente frágil y es mucho más fácil de practicar fuera de los juegos de poder y de influencia. El maestro espiritual no debe asignar a presiones, ataques de los otros egos con su ego, pero más difícil no debe dejarse llevar por los halagos y los privilegios que va a recibir de todas partes. Por esta razón, a lo largo, el mismo maestro zen no está protegido de caer en las trampas del ego. El camino espiritual es estrecho y si la humildad no está en el centro , el narcisismo siempre está al acecho. Sólo la práctica verdadera y profunda lo pueden salvar. Muchos monjes con el shiho se alejaron por esta razón misma, de los templos y se convertieron en ermitaños.

En conclusión, para el chamán como para el monje Zen , la humildad y el trabajo en el ego son necesarios para hacer de él un receptáculo, un espejo pulido que puede reflejar y manifestar el Espiritu, el dharma, la luz de Dios.

Como seres espirituales, los dos son girados hacia dentro para encontrar ésta luz y manifestarla hacia fuera. De esta luz nace el amor, la compasión y crece la humildad. Sentirse superior o querer elevarse en frente de la creación, como frente a los hombres, equivale a rebajarse enfrente del ojo del espíritu, eso no sólo es equivocado es una caída del camino estrecho. Cuando el ego y peor aún, la arrogancia retoman la mano y se apodera del ser espiritual, él deja de ser un sabio, un chamán o un monje. Para concluir , voy a plasmar a San Agustín de nuevo.

“Es el orgullo que cambia ángeles en demonios, es la humildad que cambia a los hombres en ángeles “

 

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