Dicen que esta es la oración que reza el Dalai Lama al despertar:
"Hoy tengo la fortuna de haber despertado. Estoy vivo. Tengo el precioso regalo de la vida humana. No voy a desperdiciarla. Voy a usar todas mis energías para desarrollarme a mí mismo, para expandir mi corazón hacia los demás, para lograr mi iluminación para el beneficio de todos los seres. Voy a tener pensamientos amables hacia los demás. No me voy a enojar ni a pensar mal de los demás. Voy a beneficiar a los demás tanto como me sea posible".