DISCUTIR ¡NO SIEMPRE ES MALO!
La clave está en adoptar la actitud adecuada
Una pareja que no discute no es, para los autores de Maneras de amar (Ed. Urano), una pareja feliz.
Según la teoría del apego, en la vida real todas las parejas discuten.
Realmente lo que crea problemas a las parejas es qué provoca esas discusiones y cómo las afrontan.
Además, los conflictos suponen, para este enfoque, una oportunidad de que la pareja se conozca más y refuerce su unión. Así, si los conflictos se centran en problemas de convivencia, recomiendan adoptar las cinco actitudes para rebajar la tensión y resolver conflictos:
1. Demuestra genuino interés en el bienestar del otro. Si ignoras las necesidades de tu pareja, ello afectará a tu bienestar emocional y físico.
2. No te desvíes del tema principal. En una discusión, céntrate en llegar a un acuerdo sobre el tema en cuestión.
3. Evita generalizar el conflicto. Cuando surja una discusión, hay que ceñirse al problema y no descalificar al otro de forma generalizada.
4. Muestra disposición a implicarte. La actitud debe de ser constructiva y orientada al diálogo, y a buscar una solución. Mostrarte inflexible es un error.
5. Expresa de forma eficiente tus deseos y necesidades. Tu pareja no es capaz de leer tus pensamientos. Si te molesta su actitud o te sientes incomprendido, díselo claramente.
Si te interesa saber más de la teoría del apego adulto: Maneras de amar, doctor Amir Levine y Rachel Heller (Editorial Urano).
Revista: Psicología Práctica.