dentro y fuera (o afuera)
Quiso encontrarse y recurrió
torpemente,
a la inmediatez del espejo.
Ante sí, o frente a sí,
alguien que se le parecía mucho.
Quiso que fuera transparente,
para ver su interior,
pero no había nada más allá de la camisa.
Buscó instintivamente su alma,
que tampoco halló.
Se miró a los ojos para nada.
Se buscó inútilmente.
Mucho después, comprendió.
Para verse en el interior
hay que cerrar los párpados
y dar la vuelta a los ojos.
En esa oscuridad que no necesita otra luz,
moramos.
Somos dentro, que no fuera.
Fuera, actuamos.
Dentro, un mundo desconocido,
por inexplorado.
Dentro, el alma es líquido amniótico,
o maná,
o madre y Dios,
o luz y vida.
Dentro es el origen,
la verdad,
la esencia.
Dentro está todo.
O es todo.
Uno vive dentro,
aunque se asoma durante mucho tiempo
afuera.