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  EL CAMINO HACIA EL ÉXITO ESTÁ PLAGADO DE FRACASOS



Abril 28, 2015, 07:53:47 am
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EL CAMINO HACIA EL ÉXITO ESTÁ PLAGADO DE FRACASOS
« en: Abril 28, 2015, 07:53:47 am »
¿PIENSAS QUE TODO TE SALE MAL? EL CAMINO HACIA EL ÉXITO ESTÁ PLAGADO DE FRACASOS


 “¿Y si sale mal?” Si haces esta pregunta probablemente no eres aún consciente de todas las cosas que van a salir mal a lo largo de tu vida (y la de los demás). Y es que el fracaso es más frecuente que el éxito y es importante aprender a familiarizarnos con él lo antes posible y no darle demasiada importancia.

El camino hacia el éxito se construye a base de fracasos. Por supuesto, siempre hay algún afortunado que parece tener éxito a la primera. Pero lo ha tenido en un aspecto de su vida o en un proyecto concreto. En todo lo demás, es seguramente como el resto de las personas: ha vivido muchos más fracasos que triunfos. Por ejemplo, de cada nuevo producto que las empresas sacan a la venta, tan solo tiene éxito un 10% aproximadamente. El 90% son fracasos.

Aceptar el fracaso

Una persona que ha tenido muchos fracasos al perseguir una determinada meta puede empezar a sentirte fracasada, incompetente e inútil y puede incluso llegar a deprimirse. Pero su problema no es que no valga para nada o que sea incompetente o gafe o tenga una horrible mala suerte. En la mayoría de los casos, su problema es que no está aceptando la realidad: que el fracaso es más frecuente que el éxito y que el camino hacia el éxito está plagado de fracasos. Aceptar esto supone quitarse un gran peso de encima, pues te libras de una culpa inmerecida y de una autocrítica o autodesprecio que tampoco mereces.

No aceptar el fracaso hace también que fracasemos más. A algunas persona lees resulta tan inaceptable el fracaso que miran para otro lado, lo sacan de su mente y no aprenden absolutamente nada de él, aumentando así sus probabilidades de repetirlo en el futuro. Por el contrario, aceptar el fracaso como algo normal y habitual, te ayuda a fracasar menos.

La falsa filosofía del “todo va bien”

Puedes mirar atrás y lamentarte de lo mal que te sale todo, de lo que cuesta lograr algo, de las veces que has fracasado, de lo mal que han empezado a ir las cosas de repente… Si te sientes mal pensando todo esto es porque has adoptado esa filosofía tan prevalente que dice que todo tiene que salir bien en todo momento y para siempre y, si no es así, es una catástrofe.

Si piensas que todo tiene que salir bien, que tienes que sentirte siempre feliz, que tienes que lograr las cosas que deseas fácilmente y sin encontrar obstáculos difíciles, entonces te estás tragando voluntariamente la “píldora del malestar” porque estás esperando algo que es imposible. Por tanto, ese modo de pensar puede producirte frustración, depresión, ansiedad, inseguridad, culpa o desprecio hacia ti mismo por “fracasar continuamente”.

Según las investigaciones de la psicóloga Gabriele Oettingen, de la Universidad de Nueva York, gastar tiempo y energía centrándose en lo bien que pueden ir las cosas reduce la motivación de las personas para alcanzarlas.

A veces, cuando tenemos problemas, alguien intenta consolarnos diciendo que todo saldrá bien, que al final todo se arreglará. Al decirnos eso no nos está ayudando porque está dando a entender que sería horrible que saliera mal y, por tanto, no puede salir mal de ninguna manera. Pero eso no es cierto. Puede salir bien o puede salir mal (o algún resultado intermedio). En vez de pensar que todo irá bien, es preferible tener un plan de acción preparado y pensado por si las cosas van mal, hacer lo posible por que salga bien y aceptar la derrota cuando se produzca sin verla como una tragedia. Por supuesto, no es fácil hacer esto cuando hay mucho en juego y cuando las consecuencias pueden ser realmente graves, pero es lo único que te ayudará.  Pensar “todo irá bien” es una actitud pasiva que te lleva a no hacer nada, te deja en manos del azar y no te tranquiliza porque en el fondo no te lo crees del todo. Y tu incredulidad se muestra en problemas de sueño o síntomas de ansiedad. Pensar que puede salir mal y prepararte para la lucha, crear un plan de acción, informarte de lo que necesites saber, buscar ayuda, aprender, pensar, imaginar, crear… Todo esto significa actuar, significa que te percibes como una persona capaz de afrontar la situación negativa. Conforme te preparas te vas sintiendo más fuerte, sabes que en la vida el fracaso es común y sabes que puedes fracasar. Pero precisamente por eso, tienes la motivación que necesitas para seguir adelante y afrontar el futuro, sea cual sea.

Por tanto, la próxima vez que un amigo venga a ti asustando para contarte un problema y todo lo malo que puede pasar, no le digas que no se preocupe o que todo saldrá bien. Dile: “¿Y cuál va a ser el plan de acción en caso de que suceda lo peor?”

El fracaso como prueba de tu límite actual

El talento no es necesariamente una habilidad innata que se mantiene fija. Es algo que se mejora mediante el trabajo continuado, los retos y los fracasos. Las personas que piensan que el fracaso es una demostración de su incompetencia, se sienten especialmente horrorizadas ante la posibilidad de fracasar porque lo consideran una "prueba" irrefutable de su falta de capacidad y su torpeza. Pero este es un punto de vista muy poco realista. El fracaso es a menudo una prueba de tu límite actual. Es decir, te has encontrado con un obstáculo que no has podido superar y, por tanto, necesitas aprender nuevas habilidades para dar un paso adelante y volverte más competente. Cuando lo haces, superas ese obstáculo y sigues probando tus límites hasta el siguiente fracaso que, de nuevo, te da una información muy valiosa.

Así pues, considera el fracaso como algo que te indica que has llegado al límite de tus habilidades actuales en una determinada área y que, por tanto, tienes cosas que aprender. Pensando de este modo no solo tendrás más éxito, sino que además te sentirás más feliz.

La responsabilidad ante el fracaso

Por supuesto, todo esto no significa que no seas responsable de tu fracaso. Eres responsable porque se trata de tu meta, de tu misión u objetivo. Pero responsable y culpable no son la misma cosa. Ser responsable significa que es a ti a quien corresponde analizar las causas del fracaso, aprender de los errores, intentar hacerlo mejor en el futuro y ponerte en marcha de nuevo tras cada caída. Eres responsable de seguir adelante, de hacer los cambios necesarios, de abandonar lo que no funciona y cambiarlo por algo que funcione mejor, de perseverar y, sobre todo, de aceptar el fracaso como parte de la vida.

 

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