¿QUIERES RESPETO?… COMIENZA POR RESPETARTE TÚ.
Saber lo que deseas para ti en la vida es tan vital, como saber que debes respirar para vivir… Todos sabemos que no hay manera de apreciar las cosas buenas, mientras no has enfrentado las malas. Y es de las malas de donde debemos recuperar las lecciones que nos lleven a mejorar y no repetir conductas inapropiadas o desfavorables.
La dirección que debes tomar en las diferentes etapas de tu existencia, va ligada directamente a razón de cómo quieres ser tratado o lo que deseas obtener de algo o alguien, o así debería de ser. Muchas veces nos perdemos en el camino y lo peor, ni siquiera nos damos cuenta de ello, seguimos en ese error, siguiendo el camino Olivo aun a sabiendas de que con ello no lograremos nuestro fin o propósito.
Encontrar el camino que nos lleve a las personas indicadas es más simple de lo que parece. ¿Quieres tener una pareja que te ame y valore, siendo correspondiente con lo que tú ofreces? ¡Por supuesto!… ¿Entonces qué haces allí? a un lado de una persona que no te hace feliz, que no te da tu lugar, que no te ama de la forma que tú mereces. Y esto aplica en cualquier relación interpersonal que tengas.
Nada llega a tu vida por arte de magia, debes tener el valor de alzarte y con seguridad tomar las riendas de tú vida, de tus días… de todos tus días. Marca claramente tus lineamientos, siempre ten presente lo importante y especial que eres. Nadie merece recibir tiempos a medias, cariños de sobra, atenciones hipócritas, desdenes ni menosprecios de absolutamente nadie. Así que, no te regales, no malbarates tú amor, no negocies tu cariño, no promociones el tiempo que ofreces y sobre todas las cosas, nunca te des por menos, bajo ninguna circunstancia, en ningún tipo de relación. Tú mereces un trato de calidad.
Nadie puede ni debe pasar por encima de ti, ni siquiera tú. Ten siempre presente que todo lo que otras personas hagan contigo, en primer lugar es su culpa y en segundo lugar, tu culpa. Cada daño, cada golpe, cada palabra intimidatoria y maliciosa, cada desdeño que tiene como objetivo tu persona, no te hará daño a menos que la recibas. Nadie puede hacerte nada que tú no le permitas. Eso es una completa verdad.
Una vez que reconoces tu propia valía es muy simple seguir tus pasos por los caminos correctos y encontrarte con las personas idóneas para ti. Crea tus propios límites y reglas y no seas tú quien primero los sobrepase, es muy importante que esos límites no tengan excepciones porque corres el riesgo de comenzar por permitir ciertas actitudes o comportamientos negativos, que más tarde no podrás controlar. Vuélvete intolerante, pero en un sentido positivo. Si una persona sobrepasa tus límites o reglas, de manera inmediata rechaza la conducta inapropiada, no lo toleres, se inflexible con eso.
Todos sabemos lo qué nos gusta recibir de terceras personas, sabemos bien lo que no nos gusta, lo que nos cae mal. ¿Entonces por qué eres tolerante con algunas personas en estos aspectos?… debes ser coherente en tus estándares. La coherencia es la madre del respeto; si tú te respetas, automáticamente es respeto lo que recibirás. Las personas que te rodean sabrán que no juegas y que no eres flexible en la dinámica social que manejas. De todas las formas posibles serás respetado y valorado.
Muchas veces por ahorrarte malos ratos o por dar lugar a una convivencia “sana” o en paz, pones de lado tus reglas y límites. Esto en lo corto, da resultado, pero por lo general a largo plazo genera frustración y mucho rencor, porque una vez que te viste permisivo en una falta de respeto, es muy probable que no puedas parar en las siguientes y esto no acabará aquí, vendrán apareciendo más y más faltas de respeto y sin darte cuenta te estarán pisoteando tu dignidad.
Cada persona que llega a tu vida tiene el derecho de saber cómo debe tratarte y tú debes ser muy claro y concreto en esto, hazte valer desde un inicio. Muchas personas te muestran una cara linda cuando apenas te conocen, pero siempre es un hecho que si se trata de una permanencia larga, tarde que temprano, se muestran tal como son. Si te muestran esa cara nefasta o abusiva y tú piensas que eso va a cambiar, estarás más perdida que ellos. No seas flexible cuando de ti se trate, aplica la tolerancia cero cuando así lo requieras.
No se trata de arrogancia, simplemente se trata de algo tan básico como el respeto a ti mismo, de cómo es que deseas ser tratado, también el tipo de cariño que quieres y necesitas, ese cariño que te hará llegar a donde desees. Tal vez y sólo tal vez, si eres firme en tus límites, podrás encontrar siempre tus caminos correctos, aquellos que te lleven a tu propósito personal, aquel al que todos soñamos llegar y lo harás de la mano de las personas correctas y con el trato debido.
No pierdas de vista nunca tus deseos, necesidades, tu valor, tu amor propio. No hay nada de malo en exigir cómo deseas ser tratado frente a quien sea. Lucha por obtener el respeto a tu persona en todo momento y te garantizo, que cada paso que des, te acercará de forma segura y directa hacia la felicidad.
Escrito por: Laura Calderón