Discordancia
Toda mi vida es un pasado,
reflexiono.
Y todo lo que tengo en mi vida es pasado,
concluyo.
Lo que debiera llamar presente
me parece un hotel de paso,
el vuelo de un pájaro en vuelo,
o una milésima de segundo abreviada.
¿Y el futuro?...
Ni lo sé, ni lo siento.
Hasta que no llegue no creo en él,
y cuando llegue, ya casi marchitado,
será presa del presente
que será presa del pasado.
¡Lástima del imparable tiempo!
¡Si yo pudiera tener un presente eterno!
¡Si pudiera él quedarse un momento quieto!
Es porque quiero ver la vida,
toda, todo, sin prisa;
sin la sensación de agobio
de estar muriendo;
sin el dolor insatisfecho
de perder el tiempo.
¿Qué busco?, ¿qué quiero?
No lo sé, no lo sé...
digo yo,
el único participante en mi muerte,
el único muerto en mi entierro.