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 AMOR



Junio 18, 2015, 09:08:48 am
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Desconectado Francisco de Sales

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AMOR
« en: Junio 18, 2015, 09:08:48 am »
AMOR


Nuestra sociedad extravertida ofrece muy poco apoyo al recogimiento introvertido. Se supone que tenemos que hacer cosas, preocuparnos por los demás, dar nuestro apoyo a causas nobles, ser altruistas, enérgicos, y cumplir con nuestro deber social.

Si optamos simplemente por ser, nuestros familiares y seres queridos pueden imaginar de inmediato que no estamos haciendo nada, y al principio es probable que hasta nosotros estemos de acuerdo. “Si no me conozco, no me puedo querer y, si no me quiero, probablemente el amor que siento por los demás sea una proyección de mi necesidad de que me acepten. Estoy actuando para que me quieran. Tengo miedo al rechazo. Si nadie me quiere, no existo. Pero, ¿a quien quieren?, ¿Quién soy?”

En la revisión de mi actitud hacia el amor, me encuentro ante un asunto tan amplio como indefinido, tan moldeable como receptivo a cualquier definición, tan esquivo como imposible de resumir. Todo lo que se quiera decir sobre el amor vale, ya que cada persona tiene un sentido del amor distinto en su planteamiento. En la fuente original del amor, sin embargo, al no depender de las diversas relaciones que, por lo general, constituyen la condición de un amor, éste nos eleva más allá; nos hace sentirnos parte de algo indivisible, sólo vivo en el sentimiento; nos hace ser libres y más receptivos de él que generadores.

Tony de Mello llegó a decir que “el amor es egocentrismo refinado. Al amar a alguien no es que se ame a alguien, sino las ventajas de compañerismo, afecto, placer, ayuda y apoyo que esa amistad trae”.

En realidad, el que practica la vía del amor debe practicar en la vía del desapego, para no entorpecer la evolución de la otra persona.

El amor es libertad. El amor no es una inversión, en la cual la fórmula es “yo te amo por lo tanto tú me debes amor más intereses”. El amor es “yo te amo independientemente de que tu me ames o no, incondicionalmente; por nada que has hecho, sino simplemente porque eres tú”, y cada una de las personas del mundo es tú; el amor es algo que no nos pertenece, es un regalo divino que traemos implantado en nuestro Ser, del cual Dios nos hace administradores haciéndonos ver, eso sí, que es interminable y que podemos utilizarlo sin racanería; Dios nos nombra distribuidores de amor, repartidores incansables, generosos proveedores; Dios dice “esto es infinito y además proporcional: mientras más das, más crece y se multiplica.

Si algún día tuviéramos la claridad de verlo, la valentía de decirlo, todos podríamos firmar este pensamiento: “HE DESCUBIERTO QUE YO NO HE AMADO A NADIE EN LA VIDA”. Eso sí, el ídolo que hemos construido, fiel imagen física de nosotros mismos, y hemos mostrado a nuestros conocidos, se rompería en pedazos, sería una explosión de mil kilotones de un ego innecesario. Lo bueno es que nos quedaría un mundo desolado, un solar huérfano en el que poder reconstruir una nueva capacidad de amar.

Ramiro Calle, en su libro El amor mágico y la sexualidad sagrada, dice que existe algo que él denomina amor consciente.

“¿Qué es el amor consciente? Es el verdadero amor. Cualquier otro palidece al lado de éste o es un mero sucedáneo. Sin amor consciente, incluso el amor mágico y la sexualidad sagrada se convierten en un divertimento arropado de hipócritas conceptos. El amor consciente es el único que merece llamarse tal. Salvo algunas personas que lo experimentan como inherente a ellas, la mayoría de los seres humanos tienen que propiciarlo, cultivarlo y desarrollarlo. Todos tenemos, por lo general, muy obturado el centro psíquico del corazón. El amor consciente es el yoga más elevado y seguramente el más difícil. Resulta más fácil brillar con la mente que con el corazón. No es difícil ser un hombre de cerebro, pero sí lo es ser un hombre de corazón.

Ese amor consciente es poner los medios para que los otros seres sean felices y evitarles en todo lo posible el sufrimiento; es amar con lucidez, sin dependencias ni aferramientos, atendiendo las necesidades vitales y de crecimiento de la persona amada.”

El amor es esa asignatura que todos tenemos pendiente porque no nos atrevemos a explorarlo hasta en sus límites más desconocidos, ni nos atrevemos a manifestarlo sin censura, ni a relacionarnos con él con el corazón.

 

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