Dios es amor.
Esta es una afirmación correcta, que demuestra que bajo toda la estructura primaria de la creación está Su presencia de amor. Pero el hijo irresponsable que no acepta que el mundo es una consecuencia de sus acciones y una creación de Satán, culpa a Dios por este mundo caótico en el que vivimos. Por este camino llega incluso a negar la existencia de Dios y a llenarse de rabia de tal forma que termina llamándose a sí mismo ateo.